Reunión Julio Cobos-Graciela F. Meijide

El CPA propone a los responsables políticos y a los ciudadanos la adhesión a un Acuerdo para un Desarrollo Democrático:

Proponemos acordar un piso de convivencia que respete a cada  persona, con cinco programas iniciales: nutrición básica, salud universal, mejora de la calidad educativa, integración de los jóvenes que 

ni estudian ni trabajan, y una política integral de seguridad y lucha contra el narcotráfico. Mientras haya hambre, inseguridad y exclusión social, será difícil que el Estado consolide su autoridad para encarar asuntos más sofisticados. 

Buscamos fortalecer la democracia republicana: controlar la aplicación del presupuesto nacional, limitar el uso de los DNU, declarar imprescriptibles los delitos de corrupción pública, asegurar la independencia de la Justicia y del Indec y controlar la distribución equitativa de la publicidad oficial. Necesitamos un Estado eficaz e inteligente que rinda cuentas, haga públicos gastos, objetivos y resultados de gestión, profesionalice la administración pública y coordine las políticas nacionales, provinciales y municipales.

Tres cuestiones pendientes desde 1994 han de resolverse: la coparticipación federal, la reforma tributaria y la inversión pública en infraestructura, terminando con la discrecionalidad política en la atribución de recursos entre la Nación, provincias y municipalidades. Importa fomentar las inversiones, recuperar el autoabastecimiento energético y una minería responsable que cuide las personas y el medio ambiente.  La política de transporte debe saldar su trágica deuda, garantizando la calidad creciente de los servicios públicos y revitalizando las zonas incomunicadas por el cierre de ramales. El Acuerdo para un Desarrollo Democrático pide el compromiso de los responsables políticos y el apoyo de los ciudadanos para resolver los problemas esenciales que degradan nuestra convivencia, ponen en peligro la paz social y el crecimiento por venir.