“Hasta no poner por ley los trenes bajo control social y como servicio estatal, todos los días pueden ser otro 22F. Las demás variantes no cambian nada, ya que sólo el control directo de los usuarios y trabajadores puede terminar con la corrupción empresarial y gubernamental en el transporte ferroviario.”
Bodart, autor de la Ley 4.487 que declaró al 22F como Día de la Dignidad de los Usuarios del Tren, agregó: “La misma solución hace falta en el subte, otro servicio público donde la vida de pasajeros y trabajadores corre riesgo producto de años de desinversión de la concesionaria privada y el descontrol estatal.”