Alumnos mostraron el mapeo de un barrio de Villa Fiorito en la Bienal de Arte de Estambul

Las villas urbanas no figuran en los mapas, su lugar se representa como espacios verdes, advierten docentes y alumnos de la Escuela Superior de Arte Nº 43 (ex 349) de Villa Fiorito, en Lomas de Zamora, que por eso decidieron reconstruir la historia de La Cava, el barrio adyacente al establecimiento, ponerle nombre a sus calles y hacerlas visibles mediante un mapeo.

La inédita experiencia que aúna arte, historia y vivencias, tuvo repercusión internacional por lo que fueron invitados a participar en la Bienal de Arte de Estambul, en Turquía. Y ahora, motivados por el reciente viaje organizan una Bienal de Arte propia.

Allí estuvieron Nelson Goitía y Nahir Blanco, de 6º año, acompañados por el docente Leandro Tartaglia, quienes representaron a la institución escolar en aquel país, donde expusieron sobre la original idea y la técnica utilizada.

El trabajo, cuyo objetivo es “introducir el arte dentro de la comunidad”, requirió la previa confección de tres tipos de mapas que dan cuenta de la historia del lugar, su problemática y el deseo de mejorar esa situación, de casi dos metros y medio cada uno. A esto se suma la realización de un video sobre el proceso de documentación que refleja las actividades desarrolladas en la escuela para la concreción del proyecto.

Tartaglia cuenta que durante el trabajo en el aula “primero buscamos en mapas satelitales, on line, vistas aéreas de La Cava de Fiorito. Con esos elementos reconstruimos el barrio, ubicamos su historia y le pusimos nombre a sus calles y realizamos los mapas hechos a mano, con colores y textura manual, donde los pasillos representan las pequeñas callecitas de las villas, que carecen de nombre”.

El mapeo se hizo con resolución gráfica material, en papeles afiches pintados y dibujados y algunos cartones. Los afiches escolares fueron trabajados en la materia Proyecto de Arte, con la profesora Lorena Bosi.

El profesor agrega que “con los chicos le pusimos nombre a esos lugares pensando en la conexión con ese sitio, como el humo, las flores, la canchita. Confeccionamos carteles y los colocamos en los postes de luz de algunas esquinas, en un acto simbólico de nombrar lo que no está nombrado, de acercarse más hacia la transformación que operó en el lugar y realizar acción hacia el futuro, hacia el cambio de ese barrio. El mapeo fue una excusa de acercamiento a su historia y a los vecinos que cuentan esas transformaciones”.

La invitación a participar en la Bienal llegó al grupo de artistas denominado “Proyecto Secundario Liliana Maresca”, orientado en Artes Visuales, que trabaja en la Escuela Superior de Arte Nº 43, quienes trasladaron la invitación a los alumnos

 “Para nosotros era muy importante que los chicos pudieran tener la experiencia de lo que es una Bienal, cómo se hace un montaje, conocer otros artistas, ver otras obras, y por supuesto todo lo que significa viajar a un país tan distante”.

Los mapas fueron enrollados y desenrrollados durante todo el año, o sea que tienen utilidad y uso”, explica Tartaglia, quien afirma que “el viaje empezó en Ezeiza, en el momento en que despedimos a los papás y a las mamás. Todo era nuevo, distinto. Nos posibilitó un acercamiento entre profesor y alumnos y se creó un vínculo diferente”.

Y agrega que “como Escuela Secundaria de Arte nos parecía importante que no viajara sólo el proyecto artístico sino que la experiencia pudiera ser una vivencia para los alumnos, conocer una cultura tan distinta y genera –también- toda una transformación en la escuela”.

Mientras, Nelson Goitía y Nahir Blanco, de 6º año, quienes representaron a la institución en Turquía, señalan que “le pusimos mucho esfuerzo, muchas ganas, toda la creatividad. Juntar las ideas de todos fue complicado pero pudimos hacer algo muy bueno que les gustó a todos allá. Nos sentimos muy orgullosos de lo que hicimos”.