Se declaró lugar histórico nacional la casa principal de la quinta presidencial de Olivos, que fue reedificada por Prilidiano Pueyrredón en 1856, quién la proyectó en estilo neoclásico. El paisajista Carlos Thays embelleció el parque, con tipas y aracuarias que aún subsisten.
Por Decreto 1842/2013 se declaró lugar histórico nacional la casa principal de la Quinta Presidencial de Olivos.
La declaratoria comprende la casa principal de la quinta, delimitada por las calles Villate, Avenida Maipú, Malaver y vías del ex Ferrocarril General Bartolomé Mitre, en la localidad de Olivos, partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires.
Precisa que la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos realizará las gestiones y procedimientos establecidos legalmente para notificar a las partes interesadas los alcances y contenidos de las disposiciones y las responsabilidades previstas.
En los fundamentos cita un expediente de la Secretaría de Cultura por la que propone la declaratoria y luego relata la historia de la residencia.
Expresa, en tal sentido, a fines del siglo XVIII el matrimonio formado por Justa Rufina de Basabilvaso y Miguel de Azcúenaga —quien fue defensor de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas y Vocal de la Primera Junta en 1810— se instaló en una chacra que en 1779 había comprado don Domingo de Basabilvaso.
Precisa que la propiedad, con un terreno de 300 varas de frente por una legua de fondo, remontaba su origen en el reparto de “suertes” o “chácaras” realizado por don Juan de Garay en 1580.
Agrega que un hijo del matrimonio, Miguel José de Azcuénaga, se dedicó a la administración de la chacra y la destinó a la cría de caballos, por lo que comenzó a conocerse como “Cabaña de los Azcuénaga”.
En el año 1856 la familia encargó la reedificación de la casa a Prilidiano Pureyrredón, quien la proyectó en estilo neoclásico y con un planteo, original para la época, consistente en una sucesión de terrazas divergentes que se abren en diagonal hacia el río y se van reduciendo hasta convertirse en un mirador.
El experto paisajista Carlos Thays embelleció el parque, y las tipas y araucarias que aún subsisten datan de esa época.
En 1903 Carlos Villate Olaguer, descendiente de la familia Azcuénaga, heredó la propiedad, cuya principal actividad económica era, en ese entonces, la ganadería y en 1918 legó la “Casa Azcuénaga” al Gobierno Nacional, “para que pueda hacer asiento o residencia veraniega”, legado que fue aceptado por el Presidente doctor Hipólito Yrigoyen.
En 1927 se encargó el amoblamiento de la vivienda a la Casa Thompson, y en 1933, durante la presidencia del General Agustín Pedro Justo, se inició la mensura, deslinde y amojonamiento del predio, y se levantaron las instalaciones de la Colonia de Niños Débiles “General José de san Martín”, que funcionó hasta 1952.
Los presidentes argentinos usaron la quinta esporádicamente, hasta que el General Juan Domingo Perón comenzó a pasar los veranos allí.
Durante la segunda presidencia del General Perón, parte de las instalaciones de la quinta fueron cedidas para el funcionamiento de la Unión de estudiantes Secundarios (UES).
Para tal fin, se reformó un salón para instalar un cine, se construyó un teatro griego, un pabellón para garage, un taller de motonetas, y se realizó un túnel para acceder al sector de actividades náuticas, donde actualmente se encuentra el Centro Naval.
Luego del golpe de estado de 1955, el Presidente de facto General Pedro Eugenio Aramburu, utilizó la quinta como residencia oficial, costumbre adoptada por los primeros mandatarios que lo sucedieron.
El chalet principal fue remodelado a mediados de la década de los años sesenta para alojar con más comodidades a las familias de los presidentes, ampliando dormitorios y áreas de recepción y agregando la galería posterior imitando el lenguaje arquitectónico original.
En el transcurso de su tercera presidencia, el General Juan Domingo Perón falleció en la Quinta de Olivos el 1° de julio de 1974.
Consigna luego que si bien el parque, el chalet principal y las diversas construcciones complementarias han sufrido importantes modificaciones a lo largo de su historia, el planteo paisajístico se mantuvo y el chalet principal conserva las características de implantación, diseño e imagen que lo hacen relevante.