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Poemas de Beatriz Vallejos (Santa Fe)


Poemas de Beatriz Vallejos (Santa Fe)

24.07.2014 08:43 |  de ... Poemas  | 

Antes del poema

en cada rama

antes

antes

Sólo allí quiso ser

 

Hablar con otros es andar el mar

 

Libertad dinastía del aire

Estoy borrando los siglos.

La mujer se vuelve,

de sus manos brota la alfarería

la agricultura el tejido.

Ese es su reino, ese es su reino

alegría

Estoy borrando los siglos.

El hombre está

donde su mirada no llega

el amplio mundo

El hombre sueña

El hombre es un poema

La mujer cantaba arrodillada

en su quehacer

La mujer le dio a leer un mensaje:

Sólo me siento libre

cuando soy capaz de crear.

 

El diáfano

 

Hay un sitio en la Tierra.

Hay un sitio en la Tierra, sí.

Digo que hay un sitio en la Tierra;

no, el dolor lo retrae, lo lleva

más allá de nosotros,

más allá de nuestra pobre

posibilidad de explicación.  No

hay un sitio en la Tierra,

pero entonces el diáfano canta

para nuestro oído perceptible

de toda transfiguración de la memoria también.

 

¿Has oído cantar el diáfano

que absorta niñez

lo bebía de cielo?

¿De dónde regresaba?

¿En qué lugar de la Tierra, entonces?

 

...

¿Nadie ya, o acaso?

Glicina esmerilada

la luz

atardece

Nadie ya? O acaso el patio

suavemente desborda

¿Cantaba ella?

Susurraban las plantas

el agua del verano, arabesco

de otras presencias.

¿Lejos o cerca, nadie ya?

Cuenco de otras manos

auscultando el eco.

 

…..

Tarjeta de humo

apantallan

aguardan

de una nada

un algo

 

….

Los ríos

 

La humanísima vez

que cae una lágrima.

 

….

Huerto del alba

A Miguel Hernández

 

Huerto del Alba, sentémonos

aquí Miguel, que está

buena la luz para ver

 

La hermana

¿Yendo íbamos?

charcos de lluvia

descalzas yendo íbamos

de cielo

 

pies de arenal hilos

de las islas aire

cruzando desvaídos lilas

íbamos

 

Ángeles en los umbrales

De hogazas de neblinas

La madre los despeina

 

Calladitos están

rotosos de mí

 

La imagen

se despereza de la luz

y funda la memoria

 

Quise bordar

El poema inasible

 

Quise bordar

una corola

la corola fue pájaro

 

Quise bordar mi corazón

y regresó el pájaro

a llevarse las hebras.

 

El grito

 

De orilla a orilla

como si no hubiese nadie

 

Bodegón con jarra

 

El contorno de la jarra

entorna el vino.

 

Una posible ausencia

el mantel extiende.

 

Alguien levanta un vaso,

Cómo es que resplandece

una ceremonia de olvido.

 

….

Atardece

apaisado profundo

 

Ciudad

fosforece de lejos

como un nido

 

Angel de Paul Klee

 

Muchas veces fui el

ángel de Paul Klee

en la escalera profunda.  Huérfano.

Donde otra luz no llega

que veladuras de quinqué

quemadas vidrieras de mariposas

atrapadas o la vibración

de una abeja que perdió el rumbo

tal vez

Muchas veces fui el

ángel de Paul Klee y sobresaltaba

mi pecho un dolor de espinas

abiertas en penumbra.  Escuchaba

la voz de otro ángel

el ángel púrpura (el ángel

de los andrajos que reparte

ungüento a los desamparados)

 

Entonces mi dolor asomaba

girasol y se volvía a atenuar

y suspendía mis horas

 

Y no sabía que sabía

que toda piedad es triste

 

Y no sabía si arrojarme

a los callejones sin fin

o quedarme aquí

donde Paul Klee me había pintado.

 

Serena conexión

Una pequeña mujer china

como sería yo

bordó esta pequeña pantalla

de rafia y de colores

como lo haría yo

 

Leo sus manos

Leo su absorto perfil

bordando un pequeño detalle:

“Yo soy”.

 

Tinta de Goya

negra de azul

la tinta de joya de Goya

 

A una flor

 

La frágil flor

que la primavera no pondrá en mis brazos

otra dimensión recorre.

No digo vida efímera.

 

Para ella el mundo invisible extiende

el jardín nevado de Dios.

 

"y cantará en las tejas

un pájaro salvaje"

César Vallejo

 

Misil.......misil

grazna el cuco

el pico torvo acuña

la sombra de agorar

 

Revés del cielo

bogan

ropitas de los sueños

retablillo de Él

 

Por encima del silencio

                            Orillas del Salado

                            Santa Fe

Camalotes patéticos

por encima de latas

por encima de vidrios

por encima del silencio.

 

Quién sabe la piedad

la impiedad.

Quién sabe la vergüenza la exquisitez.

El paisaje sobre ruedas, quién sabe.

Casualmente de otros esotéricos

símbolos quién sabe, arrojados:

podridas gomas, podridas hojas.

Esa zapatilla en el barro

perdió su pie, quién sabe.

 

Chingados rectángulos

de toda existencia.

Interrogantes

que resisten los libros.

 

Amanezco otra vez

entretorcaz

entrenaciendo

entreluces

opalinas de sollozo.

 

Voy velada en la estación del viento

-isla del Ubajay y la laguna interior-

 

Tenuidad de mis ojos ya ven

Claridad de fragancia ya es

Éste es el sitio

Motas de luz aromito

Aromitos al mediodía sin límites

 

De la laguna interior la garza

Las garzas levantan cruzan

Vuelven me llevan

La neblina también..la

Cambiante gracia

 

Agonía plural

Maravilla musical de las gotas

sumaron la sonrisa del agua.

 

¿Aroma el azul, la tierra mece,

o las espigas triunfantes, aleluya cereal

cimbraron para sí la alegría?

Para sí ah para sí en el vaivén

de lo que es para sí y recibido

para dar ¿en qué brevedad la nota pura

es de sí o es el eco

el regresante de la gracia?

 

Piedra-nave del canto a sus unánimes:

hombro del día,

espalda de la aurora,

de la noche es el rostro.

 

Rocío

Permanece;

no ha cesado el amanecer.

 

Un picaflor asentado en una rama

bajo la llovizna

 

Largo tiempo estuvo así.

Bebimos el tenue

silencioso tornasol.

Y recién entonces

levantó vuelo.

 

A cambio

 

Nos fue dado un día

a un paso del sol,

casi nada.

 

Nos fue quitado un día

a un paso del sol,

casi todo.

 

Si entonces

 

Y el zorzal del amanecer

¿todavía asiste? Trae la hebra

y llama, o es el vidrio

de la ventana del oeste,

cerrada ya, si escucho su reflejo

del rectángulo como una hendidura.

 

Existe, o es su enviado,

o relaciona nuestro recuerdo común

para ese cofre de infancia

de ceremonia cotidiana

¿confinada ya?

 

El sirirí emigra

 

Con gritos de júbilo

¿despedida o retorno?

 

Tanta seguridad

para sus pequeñas alas.

¿Por qué me compadezco?

 

Vibraba de abejorro la mañana

y era un sentido

de la vida

 

a la sombra de las hojas

miraba pasar

 

qué hermosa flor separaban

un gajo

 

esta mañana

es demasiado pronto

 

Del mismo atardecer

 

la blusa avioletada

del mismo atardecer

dispersaba los gritos

 

llamaban de lejos

o lloraban?

 

o escondían el juego

motas del basural


Beatríz Vallejos nació en la provincia de Santa Fe (1922 – 2007). Poeta y artista plástica. Destacada en bellas artes.

A sus 15 años recibió su primera mención de Honor por su poesía (Biblioteca Popular “Mariano Moreno”)

Publicó los libros de Poesía: Alborada del Canto (Castelvi, Santa Fe ,1945);Cerca pasa el río( Ediciones Rosario, Rosario, 1952);La rama del seibo(edición de la autora,Rosario,1963);El collar de arena (Colmegna, Santa Fe, 1980);Espiritual del límite (La Ventana, Rosario, 1980); Pequeñas azucenas en el patio de marzo(Ediciones Juglaria, Rosario, 1985); Ánfora de Kivi (Ediciones Juglaria, Rosario, 1985); Horario corrido (Fundación Ross, Rosario, 1985);Lectur en el bambú(Fundación Banco Bica, Santa Fe, 1987); Sin evasión (Ediciones Delanada, Santa Fe, 1992); Donde termina el bosque( Ediciones del Taller,Rosario, 1993); Del río de Heráclito(edición de la autora, Santa Fe 1999);Del cielo humano(Universidad Nacional del Litoral,Santa Fe, 2000);El Cántaro(Ediciones en danza, 2001,Buenos Aires);detrás del cerco de flores (Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 2002) y más publicaciones con otros autores.

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