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Poemas de Raúl Mansilla (Chubut)


Poemas de Raúl Mansilla (Chubut)

02.09.2014 09:19 |  de ... Poemas  | 

AL PERDER SU DENTADURA TÚ Y YO HEMOS PERDIDO
La belleza se agota en los patios traseros donde mi padre perdió su dentadura: herramienta de morder en el universo de la tarde; podría haber sido una buena imagen pero estaban los perros, sospechosos.

Con mi madre y mis hermanas buscábamos entre los ladrillos plantas hierros maderos alguna respuesta a nuestros interrogantes.
Al buscar esa prótesis también buscábamos la felicidad y el éxito efímero.

Habíamos puesto en funcionamiento todas nuestras estrategias de búsqueda para encontrar el amor la guerra el blanco el salmón la moneda girando la moneda girando en el aire, caras y secas caras y secas.

Papa pa Papa pa Papa Papa pa Papa pa Papa pa Papa pa Papa pa
porqué no bajás como padre a la gramilla a buscar lo que es tuyo.

Los perros siguen siendo sospechosos y la ingenua y efectiva coartada
es revolcarse en los campos del señooooooooooooor.

Mi madre pensaba a quién tiene Dios en la gloria y removía las macetas.
Mi hermana cuestionaba el sentido de sus propias certezas y hurgaba detrás de los lugares comunes donde podría haber algo como una dentadura.

Papa pa Papa pa Papaaaaaaaaaaaaa Papaaaaaaaaaaa Papaaaaaaa

Rehén de la tradición la poesía mi padre la locura los perros sin estructura ósea yendo y viniendo como una cadena de ADN como la bailarina de flamenco en el cisne de cuello negro que da plumas para luego hablar de la belleza nuevamente o de los padres que ya no se sabe de que lado están si en el umbral muertos de miedo o en la gramilla buscando dentaduras o si los perros saben tanto como las damajuanas, las botellas vacías los tetras y los que tienen dentadura en los ojos los puños la camisa el culo los mordiscos al aire.

Papa pa Papa pa Papa pa Papa pa Papa pa Papaaaaaaaaa Papaaaaaaa Papaaaaa
En el desorden familiar, Papa pa Papa pa Papa pa Papa pa agachados y en cuclillas en la mesa del escándalo papa pa papa pa papa pa papa papa pa con el loco y el borracho y la policía llegando y la ambulancia llegando, con la guitarra rota el domingo y la dentadura de reír, seria, tirada como un alambre.

Papa pa Papa pa Papa pa.

OJOS ROJOS
Ojos rojos de jueves santo, ojo rojo en la ciudad feriada.
Ultimo faro del cuerpo dando señales en la tarde.
Ojos rojos para verla encallada en los techos.
Ojos rojos para mirar Neuquén, el valle, donde todos apretados dicen "Whisky".
Valle rojo de lágrimas desde donde te miro caer a las dos de la tarde.
Sandalia roja, ojo rojo de la tormenta, mal de ojos los ojos rojos del Neuquén.
Esos ojos te venden a mejor postor, te regalan,
anuncian lo que sos.
Dan el exacto lugar donde te moverás las próximas horas.
Múltiples lecturas, ojos rojos un jueves santo, el único santo de los innumerables jueves, jueves rojo por los que la ciudad quebrada deja pasar tu caminar de soldadito.
Rojo, mujer roja, velas rojas, moulin rouge.
Lo demás son colores conjeturales, impostan la mirada, repiten el cielo.
Lo eructan.
Son fuegos de artificio que emulan a esos álamos que no tienen cómo soportar ese color.
Son ojos que ven pero no sienten.
Estos ojos rojos que a partir de conocer la noche tomaron el día a la fuerza
describieron, pintaron y descifraron tu mirada insolente,
en Santo Jueves, ROJO.
Yo tuve unos ojos negros.

MENTIRAS VERDADERAS
SOBRE OJOS ROJOS
1
Estos ojos rojos no sirven para ver quien viene
pactan la luz del semáforo
cuelan, filtran al borracho en la avenida,
- yo tengo unos ojos rojos
quien me los quiere comprar -.

2
Leen el futuro
en la borra del borracho
cenizas tintas por donde
cruzado en la cintura
el cuchillo corta
roja a toda la ciudad.

3
Borra que borra los ojos rojos
del poeta Novelli
cuando lee sus poemas
y pasa el tren
y pasa Manson,
Marylin,
Uruguayo, uruguayo.

4
Maradona legisla
con las piernas cortadas.
En sus ojos rojos
escucha el discurso de la diputada
que tiene buenos muslos
y los hace conocer por ley.

5
Dice un viejo proverbio chino
que un ciego es digno
cuando reconoce bastones eléctricos
por donde llueve alcohol.

6
ojitos rojos, patitas chuecas
dónde vas?
ojitos rojos, olé olé olé olé.

PUERTOS DE PALOS
Qué puertos de Palos partieron de mí
y se abalanzaron hacia lo desconocido
usando mi cuerpo de nave y carnada.
Qué marinos se hicieron alados en la gesta
y juntaron sol y basurales,
paja y trigo, sueño y bofetada.
Qué murió de mí en el intento,
qué reflejo perspicaz en el océano de rocas.
Qué parte de mi espalda fue la náufraga,
la del motín de las mil noventa y nueve,
la sin timón,
la que burló a las brújulas
con sur y sur y sur.

Qué puertos de Palos partieron de mí
y quién cantó tierra para olvidarse de la sed.
Quién cantó a la mujer de su vida
y murió atragantado por una sirena y su gemido.
Quién dijo de esta agua no he de beber
y comió suela, vidrio, espejos de sal.
Quién vio a los mismos testículos de miedo
y quedó titilando en los carteles luminosos
anunciando nuevas tierras.

Puertos, embarcaciones, caminos gruesos,
pechos de cemento amamantando a una loba de botella.
Qué puertos partieron de mí que yo no vi sus sogas
ni el romper de lanzas ni sábanas.
Quíen quemó sus manos de vela y partir,
de tormenta y mareo,
y no conoció ni siquiera los umbrales del infierno.

Qué puertos de Palos partieron de mí,
dejando una estela de fuego
entre mis ojos y el desierto.

FRAGMENTOS DE UN VIAJE
I. (Botella terrícola)

Material peligroso, el viaje es un objeto.
Se ofreció a mi vista con sus lados disímiles.

Sin saber la diferencia,
me arrojé al camino como esas botellas
tiradas al mar por los náufragos,
esperando que entre miles,
una mirada descorche la osadía.

II. (No mirar atrás)

Al partir, me pregunté:
¿cómo situar una mirada responsable,
de modo que este ómnibus
no quede congelado en sal?

III. (Por el filo, cara y cruz)

Objeto cortante,
el viaje fue una navaja de asfalto,
que dividió en dos mi vida,
por un lado la cara,
y por el otro la desesperación.

IV. (Una mujer en el horizonte de Pampa Salamanca)

Definí una posición para mi cuerpo,
en el asiento, junto a la ventana.
Cuando miré hacia delante,
tu rostro ya había llegado al horizonte,
a tres,
cuatro mil,
kilómetros por hora.

V. (Líneas de una mano)

Las piedras al costado del camino,
saben de la muerte porque fueron infierno alguna vez.

A cien kilómetros por hora,
se muestran en línea,
mostrando en la palma del desierto,
una vida interminable.

VI. (Parada en Garayalde)

Un anciano,
solo frente al viento en Garayalde,
sostiene fuertemente un bolso,
que pide
salvar a las ballenas
en Península Valdés.

VII. (Relojes de Dalí en la Patagonia)

Los relojes no entran en el viaje,
se doblan, retuercen,
no aciertan a brindar la medida
del que parte y del que espera.

Se derriten,
entran en la arena,
no pueden superar el paisaje,
que los toma de sorpresa,
en una sola dimensión.

VIII. (Motor Oil)

En la cara externa de este viaje,
los tiempos pasado, presente y futuro,
son secuencias sin sentido,
al arbitrio de un motor.

IX. (Parada en Choele Choel)

Este boleto celeste,
es la puerta agujereada,
por la que entra parte de mi vida,
después de beber el vino malo.

X. (Faro del fin del mundo)

Este ómnibus es el faro del fin del mundo,
guía a los barcos sin memoria,
a la piel de la mujer que espero.

XI. (Omnibus entrando de noche a Bahía Blanca)

Este ómnibus
es un caballo de Troya,
en entra a tus labios,
mientras todos duermen,
en Bahía.

XII. (Colón llegando a Pehuajo)

Para llegar a Buenos Aires,
no hace falta guiarse por brújulas ni estrellas,
las antenas de televisión de los primeros pueblos,
indican la proximidad del país de las especias.

XIII. (Cordón umbilical)

Ni casi llegando a destino,
la ruta había cesado de ser,
ese cordón umbilical,
que unía mi rostro pegado al vidrio,
con aquellas sombras,
que todavía estarán delinquiendo
en Comodoro Rivadavia.

XIV. (Estación Retiro)

Mientras espero que la ciudad
me llame por el número,
intento pensarme en un rincón
como los otros que también llegan,
roturados y en silencio,
intentando ocupar sombras,
que ya estuvieron,
en este antiguo límite del viaje.

SITUACIÓN EN RUTA 3
Entrecruzadas manos, como quería, en el sur,
en el puto sur que lo parió.
Camiones yendo y viniendo por la suerte
de las rayas de su mano.
Ruta tirada a sus pies, viento arrastrando a madres
y cardos rusos.

La gruesa línea blanca divide en dos la ruta.
Es la opción de Dios y el Diablo.
Por un lado tiene la posibilidad de vender su alma
y por el otro la de morir bajo el Scania anaranjado.

Aislado, prefiere la música de su walkman,
mientras la arena fina hace esfuerzos poco nobles de:
meterse por los labios, por los ojos, la nariz,
el culo.

Pero él está como quería, en su puto sur,
en la ruta,
con las manos entrecruzadas, en cuclillas,
esperando que algún homo habilis
lo saque
del viento de mierda.

PARADOR DE CAMIONEROS
Anochecía en la ruta,
y observó el cartel fosforescente:

JUNIN DE LOS ANDES 225 KM
BARILOCHE 394 KM
ESQUEL 564KM
RIO GALLEGOS 2011 KM

Estaba solo como un perro.

Vio a los primeros camiones detenidos,
y no fueron tanto las ganas de comer,
como el deseo de que el tinto malo
se le ponga de lente de contacto.

EL INVENTO DE LA RUEDA
Cualquier cometario, intento de frase feliz,
máxima, parábola u poema tendencioso,
eran recursos menores,
ante el invento de la rueda en tu mirada.

Soporté la tarde del domingo,
caminé derecho entre baldosas flojas,
en las que todavía estaba la lluvia.

Armé el mejor camino noctámbulo
y no sentí que la distancia,
fuese una palabra desdichada.

Raúl Mansilla nació en 1959 en Comodoro Rivadavia (Chubut). Fue parte del Grupo Coirón de Neuquén. Uno de los fundadores del Grupo Poesía en Trámite.
Publicó: "Mariaísmo" "De la Construcción de Mitos y Otros Sucesos", "Las Estaciones de la Sed", "El Héroe del Líquido", "No eras un viajero inglés" , "Ojos Rojos". Publicó también “Oralidad Esquizoide”. Formó parte de varias antologías.

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