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Omar Ramos

Por Omar Ramos

 Escritor / Periodista

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Borges: realidad o mito

 Borges y el Pacto Sur 
Gastón Fiorda  - Novela -  Editorial Punto de Encuentro 2016 
Publicada también en Grecia por Ediciones Ópera 2017 
Borges: realidad o mito

09.03.2020 13:15 |  Ramos Omar | 

 El universo borgeano es un despliegue cada vez más incesante de biografías, memorias, ensayos, estudios académicos en distintas universidades del mundo, reseñas de su obra, entrevistas y otros textos que entrecruzan literatura con la historia, la teología, la filosofía y otras ciencias, incluidas las matemáticas, como es el caso de “Borges y las matemáticas”, del escritor Guillermo Martínez. También la ironía de Borges ha sido motivo de escritura, en el texto “El humor de Borges” de Roberto Alifano.  

Pero no es tan habitual convertir a Jorge Luis Borges en personaje de un texto de ficción, como lo ha hecho el escritor, periodista y licenciado en filosofía, Gastón Fiorda, en su novela “Borges y el Pacto Sur”.  Y menos aún plantear el dilema, en clave ficcional, como lo hace Fiorda en su novela, y también el escritor y biógrafo de Borges, Alejandro Vaccaro, en el prólogo de este libro, al preguntarse “si nuestro máximo escritor, fue real o un mero invento de un grupo de intelectuales que necesitaba de esa creación para tramar a su vez su pasión literaria”.  
 
En su texto, Gastón Fiorda, imagina que su novela fue escrita por Borges, sería como su libro inédito, recordemos que Borges jamás escribió ese género, que juega con la duplicidad, la trama laberíntica y las citas de otros escritores — Roberto Bolaño, Macedonio Fernández, Marco Denevi, Faulkner y filósofos como Kant, Hegel y Nietzche— en una historia y subtrama, que denotan la condición de Fiorda de avezado lector y filósofo. Tales citas hacen pensar que esos referentes son de la preferencia del autor y que lo formaron como lector.     

El personaje de Gastón y sus acciones son una ficción creada por el escritor de “El Aleph”, que se permite pensar y repensar la trama como tantos lectores haya, al igual que en “Pierre Menard”, donde a pesar de que en otro siglo un escritor escribió “Don Quijote de la Mancha” en forma literal, no será el mismo texto, ya otros son los lectores y otras las interpretaciones.     

El protagonista de esta historia que va y viene en el tiempo, en un traveling no lineal, tiene por objetivo descubrir el acertijo de si Borges fue el escritor genial que conocemos o un testaferro del Grupo Sur.    
La novela se estructura como un laberinto de trama compleja, por momentos policial, en otras ensayística, donde no sólo hay reflexiones del escritor de “La Intrusa” sino también del autor y puede asimismo leerse como un homenaje que Fiorda le hace a Borges.  

El estilo y la organización de “Borges y el Pacto Sur” no son ajenas a la transgresión literaria, al rompimiento de las formas de narración clásica y a las frases certeras y despojadas de tanto adjetivo que supo de la genialidad de Borges, quien en su juventud quiso imitar el modernismo recargado de frases pomposas de Lugones. 

La idea del hombre que es soñado por otro, el símbolo del doble, desarrollado magistralmente por el autor de “El Otro”, y la conclusión de que Borges escribía para entender el absurdo del mundo, sabiendo que nunca lograría develar ese misterio, domina la acción de esta novela filosófica, alucinada y experimental, que requiere para su completud un lector activo, que conciba a la relectura como un panegírico.   

Fiorda narra acciones y describe lo justo y necesario para caracterizar a sus personajes, en un desarrollo que se disgrega, sin perder el objetivo central, en un abanico de suspenso y hechos laterales con el fin de develar el mito más grande de la literatura argentina: descubrir si Borges es el artificio de un calificado grupo de escritores o por el contrario es el poeta y cuentista magnánimo que quedará como una celebridad.   

En resumen, en esta novela “Borges y el Pacto Sur”, Gastón Fiorda al igual que César Aira y Macedonio Fernández, uno de los escritores amigos de la familia Borges, utiliza los recursos de vanguardia del lenguaje al no pretender que este texto resulte verosímil. Podemos conjeturar que Fiorda, al igual que un poeta, hace prevalecer la emotividad, la reflexión y la imaginación por sobre la credibilidad de la historia y lo logra para beneplácito de los lectores.   
 
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