“Frente a los hechos ocurridos en Córdoba, hay responsabilidad en la acción y una notable falta de coordinación entre Estado Nacional y provincias; porque desde el Gobierno Central esto se maneja con la lógica amigos-enemigos. La discrecionalidad con la que actúa el Poder Ejecutivo Nacional respecto a las provincias es evidente y lo vemos en la distribución geográfica del gasto y esto se traduce en términos de sometimiento político. No hay que olvidar la dependencia fiscal que tiene la mayoría de las provincias argentinas con respecto a Nación y que ha crecido en forma considerable en los últimos años. Hay concentración de recursos por parte del Poder Ejecutivo pero hay que decir también que la Nación le transfirió a las provincias las mayores responsabilidades: educación, salud, seguridad”.