Pensamiento – Esteban Moscarda & Lucila Adela Guzmán

En invierno puedo pensar mejor. No sé por qué. Tal vez los árboles blancos, este frío que se mete en la mente y la despeja, las largas noches. Suelo llevar el hacha, internarme en el bosque y meditar largas caminatas de suaves senderos. El silencio me abraza. Pero fue en una de esas jornadas que lo inefable me trompeó. Mi pensamiento se subió a lo más alto del barco para decirlo de un modo poético y no por ello menos preciso.

¿Acaso el frío despejó mi mente en demasía, o el efusivo silencio me estranguló? Quizá por meditar en exceso perdí el sendero. Lo cierto es que trepado en este inhóspito lugar espero que vengan a mí las otras palabras, las exactas, descriptivas, que por bruto desconozco.

¿Inefable? ¿Indescriptible? ¿Inenarrable? ¡Ninguna me sirve!

Tomo mi hacha para cortar por lo sano.

Demasiado tarde... Nadie... nada sano queda en mí...