Los legisladores del Partido Socialista Auténtico, Virginia González Gass, Adrián Camps y Jorge Selser, presentaron un proyecto de Declaración para que el cuerpo legislativo exprese su pesar por el fallecimiento del presidente venezolano Hugo Chávez Frías.
Los fundamentos de la iniciativa destacan el compromiso político del mandatario con la búsqueda de unidad entre los pueblos.
“Durante sus años de gobierno, Venezuela alcanzó el alto honor de ser declarada territorio libre de analfabetismo y hambre (al igual que ocurriera con Cuba décadas atrás y con Bolivia recientemente), dos flagelos que acosan todavía a gran parte de la región. Implementó, asimismo, ambiciosos programas de salud (con atención primaria de la salud y construcción de hospitales de alta complejidad), educación (creando nuevas universidades y garantizando el derecho para las mayorías antes olvidadas) y vivienda, entre otros”, se lee en el proyecto.
PROYECTO DE DECLARACIÓN
La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresa su más profundo pesar por el fallecimiento del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, máximo exponente del Socialismo del Siglo XXI.
FUNDAMENTOS
Señora Presidenta:
Los latinoamericanos y latinoamericanas escuchamos absortos la noticia de que el Compañero Presidente de la República Bolivariana de Venezuela había fallecido, luego de atravesar una dura enfermedad.
Para quienes luchamos día a día por la emancipación de nuestros pueblos, el surgimiento de la figura de Chávez y su movimiento bolivariano en los oscuros años '90 representó la posibilidad tangible de revertir la situación de profunda injusticia que nos habían legado treinta años de neoliberalismo, reflejados en una sociedad pauperizada y deprimida en derechos sociales. Por primera vez en mucho tiempo, el pueblo venezolano se levantó para hacerse valer por sí mismo y clamar por el fin de aquellas políticas a las que había sido sometido, en lo que se dio a conocer como el "Caracazo".
En aquellos convulsionados días de 1989, Venezuela se encontraba sumida en una profunda crisis económica derivada de las políticas económicas dictadas por el FMI; la sociedad reaccionaba tomando las calles y haciéndole saber a la casta política gobernante de adecos y copeyanos que no estaba dispuesta a continuar con aquel modelo. Es de este proceso de masas y con el despertar del pueblo, que Hugo Chávez se convirtió en representación de aquel estallido social. Más adelante, con la insurrección de 1992, su aparición pública despertó esperanzas de cambio y se dio lugar a un intenso período de conformación de la fuerza electoral que concluiría en 1998 con su triunfo en las elecciones generales.
La propuesta fundamental de Chávez era la convocatoria a una Asamblea Constituyente que sentara las bases para la construcción de la V República. "Juro sobre esta moribunda Constitución…", dirá al asumir la máxima magistratura en 1999. A partir de ese año, y sancionada la nueva Carta Magna, la sociedad venezolana se encaminaba hacia un proceso inédito de participación vivaz y vibrante.
Con el horizonte en la transformación radical de las formas de democracia representativa existentes, se multiplicaron por todo el país los Consejos Comunales, que canalizan la participación ciudadana efectiva. En consonancia con lo anterior, es destacable y razón de ser de su Gobierno la incorporación de los Movimientos Sociales como puntal del proyecto de construcción del poder popular, dando sustento a la cimentación de un sujeto político múltiple.
Chávez será recordado también por los enormes logros materiales conseguidos para su gente. Durante sus años de gobierno, Venezuela alcanzó el alto honor de ser declarada territorio libre de analfabetismo y hambre (al igual que ocurriera con Cuba décadas atrás y con Bolivia recientemente), dos flagelos que acosan todavía a gran parte de la región. Implementó asimismo ambiciosos programas de salud (con atención primaria de la salud y construcción de hospitales de alta complejidad), educación (creando nuevas universidades y garantizando el derecho para las mayorías antes olvidadas) y vivienda, entre otros.
No es posible olvidar tampoco la multiplicidad de nacionalizaciones inmortalizadas con su "exprópiese", entendido esto como la forma más acabada de la soberanía popular alcanzada. Sin dudas, la más emblemática es la de la petrolera PDVSA, que permitiera no sólo el control total del recurso, sino especialmente el volcar ingentes recursos a la economía local.
Chávez tuvo también una intensa faena de tipo ideológico con la revitalización de las mejores tradiciones de la izquierda latinoamericana. Reivindicando la obra de figuras de la talla de Martí, el Che, Zamora, Mariátegui y Bolívar, sintetizó su pensamiento en lo que se dio en llamar el Socialismo del Siglo XXI, fomentando así una vigorosa politización de la sociedad.
La organización política en la que realizamos nuestra praxis militante, el Partido Socialista Auténtico, proclamaba ya en su Congreso Nacional de 1992 el nacimiento de un nuevo socialismo, de y para los/as latinoamericanos/as. En aquella época, las izquierdas continentales no encontraban rumbo frente al avance del neoliberalismo y el panorama desolador que este dejaba en términos sociales para nuestro pueblo.
Chávez procuró siempre la unidad de los pueblos latinoamericanos. El año 2005 quizá ponga de manifiesto mejor que ningún otro el ideario bolivariano nuestroamericano, cuando en la Cumbre de las Américas celebrada en Mar del Plata, Chávez resultó factótum fundamental del rechazo al proyecto estadounidense para la región, el ALCA. Y si bien su participación en el MERCOSUR, la UNASUR y la CELAC fue decisiva, el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) era su espacio político-económico estratégico a nivel continental.
Chávez fue en definitiva la expresión genuina de la identidad venezolana. En términos de Mariátegui, fue la "creación heroica" de su pueblo. La simbiosis generada en estos quince años tornó al presidente en líder y al comandante en referente nacional y continental. Su figura, irrepetible, trascenderá por siempre, dejando una marca imborrable. Como dijera el cantautor venezolano Ali Primera, "Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos, y a partir de este momento es prohibido llorarlos".
¡Viva Chávez!
¡Viva la Revolución Bolivariana!
¡Vivan los pueblos latinoamericanos unidos!