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"La Argentina del cambio ya empezó" por Mario Barletta
28.10.2015 10:03 |
Noticias DiaxDia |
La elección general del 25 de octubre de 2015 ha sido, quizás, la más trascendente desde aquella con la que en 1983 los argentinos recuperamos la democracia con Raúl Alfonsín al frente de la Nación. En los últimos años, la división de la sociedad, el abuso del poder y la corrupción se convirtieron en rasgos definitorios en la forma de gobernar la Argentina. Ello impidió que pudieran afrontarse con eficacia los problemas del país y frenó su progreso.
La elección general del 25 de octubre de 2015 ha sido, quizás, la más trascendente desde aquella con la que en 1983 los argentinos recuperamos la democracia con Raúl Alfonsín al frente de la Nación.
En los últimos años, la división de la sociedad, el abuso del poder y la corrupción se convirtieron en rasgos definitorios en la forma de gobernar la Argentina. Ello impidió que pudieran afrontarse con eficacia los problemas del país y frenó su progreso.
A este deterioro del sistema político se suman otros dos factores críticos: la inflación y el estancamiento, por un lado, y la economía del delito, expresada en la irrupción del narcotráfico y el crecimiento impune del crimen organizado. Jamás el Gobierno quiso reconocer ninguno de estos problemas ni emprender acción alguna para hacerles frente.
Es natural que en estas circunstancias haya germinado en la sociedad argentina un intenso deseo de cambio político que, rebasando las fronteras ideológicas tradicionales, se extendió transversalmente por todas las capas de la sociedad. El cambio en la Argentina dejó de ser una opción partidaria para transformarse en una necesidad colectiva.
La Unión Cívica Radical entendió que su responsabilidad con la sociedad en este momento histórico consistía, principalmente, en construir junto con otras fuerzas, el instrumento político que sirviera para canalizar ese deseo mayoritario de cambio a través de una alternativa de poder políticamente operativa y electoralmente competitiva. Esa fue la decisión estratégica que los radicales tomamos en nuestra Convención Nacional de Gualeguaychú, que se plasmó en el acuerdo político del que nació la coalición Cambiemos.
Los meses transcurridos desde entonces demostraron dos cosas. La primera, que el partido del Gobierno al consolidarse como un aparato de poder sometido al designio de una sola persona, y paralizado por su obsesión de poder y búsqueda de impunidad, era incapaz de generar su propia renovación. Y la segunda, que la coalición Cambiemos era el único instrumento político capaz de concitar los apoyos suficientes para competir eficazmente con el oficialismo y provocar lo que se consiguió el domingo: el primer balotaje de nuestra historia democrática.
Así, el resultado del 25 de octubre expresa la confluencia de tres situaciones:
· La existencia de una voluntad de cambio político ampliamente extendida y sentida por la mayoría de los argentinos;
· La constatación de que no puede esperarse ningún cambio efectivo mientras la coalición hegemónica que ha gobernado durante los doce últimos años permanezca en el poder;
· Y el reconocimiento de Cambiemos como el mejor instrumento para transformar esa mayoría social por el cambio en una fuerza capaz de ganar las elecciones, ser el germen de un gobierno nuevo y distinto y proporcionar al sistema político condiciones de competencia para la alternancia.
Cambiemos no es la única fuerza que trabaja por el cambio, pero los argentinos la han reconocido como el vehículo más capacitado para hacerlo posible. Esa es la explicación del resultado de esta elección.
Los radicales estamos satisfechos de haber contribuido a su construcción desde su origen, pero no lo estaremos plenamente hasta que la labor esté completada, y la Argentina tenga un nuevo Presidente y un nuevo Gobierno para iniciar una etapa nueva hacia la plenitud democrática.
El resultado del 25 de octubre es extraordinariamente positivo en múltiples direcciones:
1. Se logró que la Presidencia de la República se decida en una segunda vuelta a la que los dos candidatos llegan en una situación muy próxima al empate
2. Se constató que la opción continuista del Gobierno es una opción minoritaria en la sociedad.
3. Se avanzó sensiblemente en la representación parlamentaria de Cambiemos- consolidando la condición de principal contingente legislativo y se lograron importantísimas victorias. Cabe destacar la de la Provincia de Buenos Aires, luego de casi tres décadas de gobiernos justicialistas, y la de Jujuy que terminó con el régimen cuasifeudal de esa Provincia.
4. Se comenzó a restablecer el equilibrio del sistema político de la democracia argentina generando condiciones para la alternancia en el poder y el retorno del pluralismo y la tolerancia.
El 25 de octubre dimos el primer paso, pero para ganar el 22 de noviembre es necesario que toda la demanda de cambio converja en Cambiemos. Hoy es la candidatura de Mauricio Macri la que encarna la posibilidad de la construcción de una amplia mayoría social que dé lugar a la conformación de una sólida mayoría parlamentaria que, apoyada en un programa común, sostenga una sólida y nueva coalición.
Somos conscientes de que Cambiemos es el instrumento con el que hemos abierto la puerta del cambio, pero no somos los dueños del mismo ni sus administradores exclusivos. Así como nos hicimos cargo de la responsabilidad de contribuir a formar una coalición electoral plural y competitiva, ahora los radicales estamos también dispuestos a implicarnos activamente en la búsqueda de los acuerdos políticos que puedan garantizar la victoria el 22 de Noviembre y dar potencia transformadora al futuro gobierno. Estamos preparados para acudir a ese diálogo con la mejor disposición y con pleno respeto por las propuestas de cada uno.
La legítima satisfacción por el resultado del 25 de octubre no debe hacernos caer en la tentación de pensar que la elección presidencial está ganada. El adversario es poderoso y carece de escrúpulos. Lo sabemos. Por eso nos comprometemos todos: desde los simpatizantes y los militantes, hasta las máximas autoridades partidarias, junto a los gobernadores, intendentes, legisladores provinciales y municipales a movilizarnos para que el sueño del 25 de octubre se haga realidad el 22 de noviembre.
Queremos una Argentina que camine de nuevo hacia delante, mejorando la calidad de vida de todos sus hombres y mujeres con un proyecto de legalidad, seguridad, igualdad, prosperidad y justicia.
Queremos una Argentina unida, políticamente plural y socialmente integrada.