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Un acto de arrogancia que esconde debilidad en radio Nacional Córdoba. Patricia Barral para UCAYA

(*) Ex Directora de Radio Nacional

26.10.2017 14:45 |  Noticias DiaxDia  | 

Fabiana Bringas no quiere que se tome como un asunto personal lo que le pasó este viernes 20 de octubre en radio Nacional Córdoba. Porque, aunque lo es, sólo se trata de que se hizo público a través de ella y el programa de la mañana que estaba conduciendo algo que estaría ocurriendo casi "día por medio" según cuentan lxs trabajadores. Esas mismas observaciones destempladas y recriminaciones intolerables que su Director le hizo en público, se estarían repitiendo en privado con todas las producciones de programas. "Día por medio". Después de escuchar el audio de la salida al aire que prepotentemente y abusando de su autoridad hizo Orestes Lucero en un programa de la sede cordobesa de Nacional muchxs nos paralizamos. Personalmente cuando supe que se trataba de ella me sentí peor. Ella ya había vivido en los '90 una situación espantosa de violencia de género. Y esto que le provocó el funcionario también (también decimos, y no sólamente) es violencia de género.
 
Orestes Lucero puede dar directivas, claro que sí. Puede incluso pretender orientar una línea política. Puede sugerir. Puede enojarse por algo que sale al aire, ¡¡¿cómo no?!! Puede discutir sobre una nota, un tema o una entrevista. Lo que no puede hacer jamás, menos a esta altura de la historia y en el marco de un gobierno que se autoasigna la Copa en el Campeonato de la República, es salir a pretender denigrar y a entablar lo que se debe y lo que no se debe. Menos de la forma desaforada en que lo hizo. Lo que muestra dicho sea de paso una atronadora debilidad y una absoluta falta de liderazgo. 
 
“La llamé porque la línea de Radio Nacional es la falta de línea, no hay línea. Son los hechos debidamente cronicados con entidades y con representantes que podamos saber exactamente qué entidad tienen para hablar”, le dijo Lucero a Fabiana. Segundos antes la había acusado de hacer “periodismo militante” por haber sacado al aire a María Isabel Huala, madre del líder mapuche Facundo Jones Huala. Esa entrevista motivó su ira.
Fabiana Bringas es una periodista con un gran recorrido en la profesión y en especial en la cuestión de los pueblos originarios. Lleva más de 20 años en radio Nacional Córdoba. En ese tiempo se la vio dar batallas personales con una valentía que ninguno de los actuales directivxs de radio Nacional o del ministerio de Medios Públicos parecen tener ni por asomo. 
Pero es tal la degradación de los valores y las ideas, tal la manipulación, que el vice director de Nacional para todo el país, Pablo Ciarliero, puso al agresor como víctima. “Solidaridad con Orestes Lucero, director de RN Córdoba acusado de censura. Censura es omitir una opinión, no emitir la propia”, escribió. La misma Directora General de la radio, Ana Gerchenson, colega a quien respeto y con quien comparti redacciones, falsea y confunde gravemente (igual que su vice) el rol del funcionario cuando dice que “censura había antes. Ahora se escuchan todas las voces, la de la madre de Hualas (sic), pero también la del Director”. Los directores de emisoras no están para salir al aire intempestivamente a vapulear a periodistas porque no les gustó una nota. Y a amenazarlxs con un “después vamos a hablar de esto” que nunca cumplió porque justamente le falta valentía y le sobra soberbia.
 
La “no línea” editorial de la que habla Lucero en su argumentación es falsa. Completa y totalmente falsa. Pero seguramente él cree que es así. Ya se escuchó eso hace 20 años. Orestes Lucero y quienes lo promocionan atrasan más de dos décadas. La “no línea” que “son los hechos debidamente cronicados con entidades y con representantes que podemos saber exactamente qué entidad tienen para hablar” aporta una claridad arrolladora. Esto se lo debemos agradecer al director de radio Nacional Córdoba. Nos está confirmando exactamente lo que creíamos: que sólo tiene cabida la versión oficial, los hechos cronicados según la versión de los voceros oficiales. Y que hay una vara impuesta y dispuesta por este Gobierno que se autodefine pluralista, y que mide lo que puede salir al aire y lo que no. 
La “no línea” que imparte Lucero como línea editorial no existe. Es mentira. Una falsedad de la cultura hegemónica que él seguramente cree a pie juntillas. Una idea que te exime de pensar, te anula el espíritu crítico, te instala inerte en la matriz ideológica que le conviene al poder. Una construcción política, comunicacional y personal antigua y olorienta que muchos y muchas aún pretenden mantener instalada suponiendo que atrapan de esa manera a sectores importantes de la sociedad. Pero todxs crecimos, aunque nos quieran atrasar 20 años. 
Pedir perdón, disculparse, parece poca cosa en este momento y a esta altura. 
 
 
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