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Poemas de Gustavo Silva (Buenos Aires)

28.02.2019 12:53 |  Noticias DiaxDia  | 

NUESTROS FANTASMAS

A veces habitan

en los cines abandonados

en los zaguanes tapiados

entre cacona seca de gato

entre viejos papeles de diario

Desde lo más oscuro

se despenan de a uno

como gotas de agua

con sus cabezas reventadas

se velan entre ellos

como fantasmas que hubieran

preferido morirse de viejos

ya hicieron la ronda

ya se cosieron los botones

ya eligieron la palabra exacta

para destrozar la póstuma oración

A veces ni siquiera

intentan salir hasta la puerta

se nos asoman por encima del hombro

y se quedan toda la noche

para hacernos compañía

se quedan

para contarnos hasta bien entrada

y muerta la madrugada

que hubiera sido de nuestras vidas.

 

LÁGRIMAS DE COCODRILO 

Un señor llamado Francis Drake

en una de sus incursiones bucaneras por el Caribe

capturó una espléndida pieza de caimán

reluciente y color verde esperanza;

en un principio pensó obsequiarle

a la reina Elizabeth I

una cartera, un par de botas

y si le daba el cuero

no vendría nada mal

un par y medio de guantes

de fina cabritilla de reptil

 

Pero como ocurre oportunamente

en las novelas de amor

y en los cuentos de hadas

Sir Francis Drake el flemático corsario

se encariñó profundamente

como se encariñan hasta el tuétano

los melancólicos y alcohólicos piratas;

no sólo lo bautizó con toda la pompa

del rito anglicano

sino que también le enseñó a preparar

el té de hebras a las cinco

 

Le enseñó con esmerada paciencia

y dulzura

todas las trapisondas del bridge,

del whist y del pase inglés

a Charles Brittany Drake, hijo postizo

pero legítimo heredero en el buen decir

y sentir

del ilustre y líder de hombres,

Lord de los piratas Sir Francis Drake

 

No sólo lo convirtió en un avezado jugador

de cróquet y paddle tennis

sino también en un exigente degustador

de vinos españoles y del buen blend escocés;

lo inició en los conocimientos de la cábala,

la martingala y en la brutal mística del ajedrez

Inseparables compañeros de entuertos;

binomio célebre de parrandas,

abordajes y depredaciones

 

Hasta que un asqueroso

y afiebrado protozoo

evadido de las Antillas

y apodado disentería

se lo lleva para siempre

hasta el fondo del océano

en un cajoncito de pino alquitranado

lleno de lastre y de poco lustre

al muy carismático señor de los piratas

Sir Francis Drake

 

No se conoce si se hundió

del lado del Pacífico o del Atlántico

lo revolearon como moneda falsa

a cara o seca a la altura de Panamá

 

Lo que sí se sabe a ciencia cierta

y sin exageraciones

que tristeza tras tristeza

en el onomástico de su desaparición

las lágrimas de Charles el desconsolado saurio

de piel extremadamente fría

pero de corazón incandescente

y condescendiente

desbordan las riberas del Támesis,

los canales y las acequias

y las cuatro puntas del Imperio Británico

 

A las cinco en punto al ritmo del Big Ben

desbordan por el enrojecido lagrimal

del pobre animal

a las cinco en punto

los siete mares del mundo

y también de onda tristeza

todas esas amarillentas

y cascadas tacitas de té.

  

TRINCHERA

El corcoveo de esas estrellas

en el cielo negro

puede ser un pecho

luminoso e iracundo

que flamea

una bandera

con jirones en borrasca

o simplemente

mi ojo tan estremecido

que aún sostiene

que la lucha sigue en pie

y sin tregua

y que yo

no me estoy muriendo,

no

apenas

pudriéndome de viejo

demasiado solo

y acribillado de sueños

que no se rinden

demasiado solo

en esta trinchera.

 

DOLOR

Dolor, que venís

con trotar de caballito ciego

quisiera que no existiese mar

ni planicie donde darte a pastar,

que no te acostumbres a tanto océano

en tu luz de hipocampo en celo

que no levanten otra calesita

en el medio de este baldío;

la muerte tiene esas cosas engañosas

como el mareo sin luces y sin gracia

pero sin tanto girar

 

Dolor, que venís

en globo lindo de cumpleaño infeliz,

hubiese preferido no desear tu nombre

olvidarte en el recodo de una sombra

o en naufragio de barquito de papel

hubiera querido no saber tanto de la nada

La historia balbucea un cielo amputado

malhablado en desconsuelo y tanta derrota

llevátelo tan lejos si existe un posible;

esta noche sólo oye lo que le conviene:

el eco de una lágrima vieja

y la renguera repetida y tartamuda

en el insoportable

terrible ensordecer

de tu lisiado galopar.

 

ADIÓS

Despedida

migaja de adiós

palomita de crayón

rictus de película rayada

las despedidas son siempre

en blanco y negro

nada de tecnicolor

a lo sumo un sepia

donde un Chaplin

se va hacia un the end

de quebrados horizontes

canto de cisne

mano como ala

que se abre

y daría cada uno

de esos cinco dedos

por irse

desaparecer lo más lejos

de este cielo imposible

solo

en recortado contraste

y a veces ni siquiera eso

de la mano

que nos dice

adiós.

 

OTRA LLUVIA

Viene llegando

otra lluvia

la de los desesperados,

pie y traspié

pasito adelante

pasito atrás

un salto al costado

haciendo hincapié

en esa calculada melancolía

con aire sofocado de vals;

un paso después de otro

de pura porfiada y nada más

con encanto malsano de hiena

llega con una mujer en la voz

y con una pollera arrancada

entre amaneceres ahogados;

no necesita cómplices

no reclama ningún testigo,

se desnuda en vertiente

con abismales caricias desde el insomnio

dibuja contornos de tarántula

acertijos de la peor adivinanza;

un mohín fosforescente en el beso oscuro

su bendición de cuchillo ciego

y llega nomás

punto y coma

y el que se escondió se embroma

y llega nomás

al galope baraja y reparte

su juego de la vida y la muerte;

su pobre intemperie de payaso

con sus muñones multicolores

a puro aplauso nomás

ni loca ni estreñida

viene llegando con prólogo

y esperanza de epitafio

a celebrar otro aniversario

de la pálida y amarilla

tan desteñida

tan despiadada

era de los milagros.

 

EL ECO ROTO DE RUFINA CAMBACÉRES

La brisa que llega del parque,

esa de aliento a azucenas

aquella

como a talismán de enamorados

despliega sus manos

y como por arte de magia

con aquellas flores anónimas y secas

arma un molinete en ramillete

y se lo regala a Rufina

 

Ascenderá

como sueño peregrino

hasta su corazón rasgado en alba

Esperemos que en aquel más allá

alguien la lleve de paseo

a trote lento por calles espejadas

por primaveras sin nombre ni apellido

Cuando a esta hora

 

y en esta muerte

hombres de paso apurado

devorados por otra niebla

se olvidan de rezarle

aunque sea en voz muy baja

un tímido lucero

para que juegue a las escondidas

y todo sea luz de encuentro en su cabello

 

¿Alguien vió a una muchacha dormida

a las orillas de un viernes

jugar a ser navío

trasponer puertas y puertos?

 

Es que ella

siempre imagina un mar

en las vetas del mármol

donde persiste todavía ese aún a beso

con frágil sentido de lo eterno

 

Y la ciudad grita entre sueños rojos

a puertas cerradas

su miedo y su olvido

hasta que un relámpago

con arañazos de nácar

le arranca

en un desfigurado dos por cuatro

el ala a un ángel

Rufina

percibe el resplandor del alarido

el eco en vano de su mano

tanteando desenmascarar un cielo

y despierta.


TANTAS VECES DE ELLA

Había una vez

una mujer

que a golpe certero de antojo

se estrelló en mi entrecejo

 

Algunas veces

se corría de ojo,

se iba por el izquierdo

a enseñarme una estrella;

y volvía por el derecho

cuando del cielo

un ángel se caía

 

A veces

se ahogaba en mares

cerrados y errados de sueños;

otras se escapaba

en mortales y perpetuas

noches de insomnio

 

Se fugaba en silencio

y siempre de las veces

aparecía

sin equivocar de sendero

siguiendo el mismo derroteo

 

Y siempre de las veces

aparecía

sin extraviarse el destino

por el pasadizo secreto

del agujero ciego

y vencido del mismo ojo

y arrastrada de la mano

por aquella lágrima de siempre

cuando del ángel

otro cielo más

se caía.

 

BOLUDEZ CRÓNICA

Trazo frente a mis pies

una línea de tiza blanca,

en el juego de los imposibles

creo que del otro lado

se abre celeste el cielo

salto

y en la milésima secuencia

de ese vuelo

soy pájaro

sin embargo

en la circunstancia indiscutible

de que el otro lado

es sólo asfalto

sigo siendo

el mismo boludo de siempre

pero un boludo feliz

en el perfecto compendio

del boludo alegre,

a los tristes boludos

jamás se les ocurre volar.

 

NOTIFICACIONES DE AQUEL SOL

Desde que aquel sol se perdió,

los acontecimientos

siguieron su cauce normal,

todos las semanas se descubre

una constelación inservible;

anteayer fue martes trece

y si todo es una cuestión

de números impares

la vecina del número quince

sigue tan arpía como siempre

lo único y a modo de novedad

es que el futuro

es lo más cercano

a un gato embalsamado

y su terrible mirada de acrílico

es siempre par

y tan ajena

a cualquier escalofrío

y entre otras y tantas

terribles cuestiones

como que nunca pude dibujar

con precisión

precisamente aquel sol

me sigue saliendo despatarrado

con la mirada algo turbia

y la sonrisa todavía torcida

y esos rayitos obsecuentes

de un fantasmagórico perfil

que alumbran y acompañan

sin ningún tipo de excusas

esta espera

pese a todo

y ante todo

trastabillando y saludándome

amotinado de luz en la ventana

con su carita amable y atenta

amarillenta

y purulenta

de pobre asteroide

aquel sol

ligeramente cálido

y tan pálido

con trazas amarillas

de total abandono

inrremediablemente

solitario

jugando al gallito ciego

llevando a la rastra

su luminosa tristeza esquizoide.

 

SALUDO UNO

Cuando el heroíco

el pundonoroso general de la nación

fue sospechado de cometer un ilícito

de no sé que cuenta

en un banco del extranjero

pero ante todo occidental y cristiano

y de no sé cuál

de sus dos manos en la lata

indignado pronunció

un encendido discurso:

el alegato emocionado

del honor incuestionable

del soldado inmaculado

y dos lágrimas

rodaron por sus mejillas

con fanfarria incluida

dos lagrimones con marciales sones

como amanerados leones

dos lagrimones

como ríos marrones

cubriendo de gloria

sus mejillas de mierda.

 

LUGAR

Buenos Aires es una ciudad postiza,

clavada sobre una pared castigada

falsificada sobre el desmayo de un mundo,

y no tiene

ni la más remota noción de que existo

sin embargo,

a veces la noto compungida

cuando se le desfigura el otoño

triste a más no poder;

cuando no tiene ni a este pedacito de mí

para contarle

que falleció un buzón jubilado

o que resucitó el antifaz del carnaval perdido;

asunto que me hace reconsiderar la loca idea

de que

sin mi sombra en su olvido,

esta ciudad sería sólo una espectral postal:

una prolija salpicadura de luces descabezadas

una sonrisa carbonizada en la comisura del cielo

y cómo será de porfiada

que viene con una tontería en papel de regalo

para compensarme de todo lo que me pierdo

pasa lista por mis detalles:

mis huesos pintados de alarido

mi colección de desaciertos repetidos

mis cordones desatados de distraído

los puentes que no he cruzado

esa luz de gorrión partida en vidrio

y hasta de la puñalada que se hace madrugada

sobre el pecho así nomás y por instinto

y como será de estrafalaria,

de loca linda en su conjunto

con guiños de neón y besos de engrudo;

promete y jura desde el arrabal del insomnio,

que a la vuelta de la noche

del lado del revés y del asombro

cruzando la calle y doblando en esa esquina

ni bien tararee su nombre en tu nombre

me acompañará calle por calle

sin contar las avenidas

las plazoletas y los gatos negros

me colmará de alas toda su garúa

me besará de festejo y a contramano

hasta aquí nomás,

hasta el umbral de una palabra

y su indescifrable conjuro

hasta aquí nomás

cerquita

hasta el último patio de su cielo

hasta la emboscada de un recuerdo

y su inmediato infinito,

hasta el tal vez del día en que te encuentre

y dos o tres baldosas

más allá.

 

ÚLTIMA

Voy a escribirte esta noche

amor mío

esta noche que será la última

los ojos cuarteados de naufragarte,

las palabras rabiosas por ser jauría

esta noche será la última

un malestar de palomas percutiendo en do sostenido

de observarte y maldiciendo que apenas seas bruma

y nada más que eso

bruma

insipida de nada ni trazo de recuerdo

esta noche será la última

quiero que me entiendas,

sera la última vez que te escribo

nadie se dará por enterado

asesinaremos todos los vestigios

invocaremos al fantasma y a la gárgola

esta noche será la ultima

si hasta las piedras pudren el aire

si hasta el cartílago de la estrella más lejana

peca de insomnio para que no haya otra noche

voy a escribirte esta noche

amor mío

de una vez por todas la última

guiarás mi mano y en salto mortal

acariciaremos la bestia

una palabra tuya

bastará para devorarnos.

 

DESTINO

De dónde llegará el amor

se preguntaba

vendrá de un mar agujereado

de piedras y pájaros

un mar desfondado con dolor de pecho

un mar de una noche azul siempre azul

a altas horas de la madrugada

 

De dónde viene

si no estamos nunca

viene con un desierto en los ojos

viene saciado hasta la garganta

de hambre y otra vez hambre

 

De dónde llega para irse

que lo estamos aguardando

hemos arrancado las puertas

escondimos las malas palabras

y la ciudad se aviva en un ahogo

de flores y luces de colores

 

De dónde llegará el amor

se preguntaba

hemos derramado viento

en todas las veletas

para guiarlo hacia la calle

donde lo estamos esperando

 

De dónde llegará

que estamos con nuestra mejor esperanza

de dónde llegan los rostros

mezclados en mi rostro

vendrán de lejos si todavía

puede haber un lejos

 

De dónde llegará se preguntaba

si viene con lluvia en las manos

acariciando las ventanas

aquella sí, esta otra no

de donde viene con luz de sueño perdido

en la noche azul

siempre azul

siempre que estamos dormidos.

 

ELISA PIES DESCALZOS

Elisa

pies descalzos

con el cielo trizado

tan cerca

y la luna demasiado llena

redondita como una aspirina

para aplacar dolores

tan cerca de la mano

la luna es a duras penas

una mueca agria

un flash de luz;

la trae para sí

en un ritual

en un perfume ciego

que la eriza de pies a cabeza

la embeleza la transporta

la abandona

le revela una amarga sonrisa de sol

la destierra hacia un grito en technicolor

de amapolas incendiadas

y la luna demasiado en pena

tan cerca de la mano

la trae para sí

en estremecimiento trival;

la adora sobre la mesa

en la habitación vacía,

le dice dos palabras: te quiero

y la descuartiza

hasta hacerla polvo,

arma tres líneas

y se la va aspirando

apresuradamente

antes que el alba

violeta y violenta

alcance

sin pausa

sin prisa

esos pies descalzos.

 

BOCETO CARDIOPÁTICO

¿Por dónde andará tu corazón?

¿falta mucho para que venga?

de visita por este aire

y con todo ese incógnito

que conozco pliegue a pliegue

y sin alardes de memoria

me tiento palmo a palmo

en volver a descubrir...

...y digo descubrir

en esa práctica

de correrle el velo

sin que pierda vuelo

 

¿Andará descontándole al tiempo

con su mímica de estallidos y desvelos

todas esas muescas y muecas

con las que presume la muerte?

 

Hay corazones del tamaño de un puño

hay corazones tallados corazones helados

corazones en láminas de enciclopedias

corazones a punto caramelo y al rojo vivo

hay otros corazones que se preguntan

si tu corazón

forma la luminosa auréola de una constelación

o si en la última noche de todas las noches

abordó un tren oscuro y se perdió

 

¿Por dónde andará tu corazón?

¿aún conserva el número volátil de mi dirección?

 

¿Todavía posee esa habilidad

de sortilegio en desorientar

al más certero de los estetoscopios?

 

Sólo él sabe encontrarme a tientas

conoce el eclipse de los días destrozados al medio

todas mis artimañas y cada una de mis arritmias

se mimetiza de espera en la angustia de las horas

y cuando ésta latitud se acongoja de tan sola

se hace pura luz al ritmo del eco

se hace trompo y nunca le pierde el paso al latido

y nunca se detiene

ni enmudece

y late a quemarropa junto al mío.


CUESTIONES DE LÓGICA

Toda lógica es

deliciosamente repugnante

gélida y escamosa

y ni un pelo de sonsa

por lo demás mezquina

y tiene los dientes sucios y rotos

en una solemne sonrisa

por suerte duerme toda la noche

sin aparentes sobresaltos

y por las mañanas despierta,

organiza y dispone cada parte del día

aquí un sol cuadrado de tan perfecto

y siempre a las doce en punto

clavado en el medio

aquí un plato con sopa

y su respectiva cuchara

allí ese predicado siempre equivocado

que clausura en injustificada pavura

que a una mariposa se le espine el aliento

y que la vida duela tanto y tanto

en ser intento

toda lógica padece de estreñimiento

y del más común de los sentidos

por suerte duerme toda la noche

por suerte esa suerte que el búho

no ladre y la luna en menguante

por suerte esa suerte

de acariciarle los pezones

ahora que se desvanecen las catedrales

y se inmolan en vuelo los ángeles

y se suicidan todos los verdugos

y se incendian los puentes

por suerte esa suerte

de vejarla dulcemente

con ilógicos

e intrépidos sueños.

 

BERMELLÓN

Ella dibuja

el fugaz trazo de un vuelo

un horizonte en insinuación

y desplegado en vivo abrazo

ojos de niña silvestre

a orillas de la siesta y del corazón

ella prefiere

una paloma en bruma

en vez de un alboroto de alas

y un conejo blanco a deshora

por demás locuaz

y extremadamente puntual

en el país de la cercana maravilla

ella elige

si amarillo el viento

o hasta que punto de tan rojo el sol

ella prestidigita

un color en silencio

y no hacen falta las palabras

menos que menos

la insistencia de una sílaba

ni los signos de puntuación

sólo el designio de la magia

y ese abracadabra

tan de ella

en idioma bermellón.

 

SUEÑO EXTRAVIADO DE LA OTRA TARDE

La otra tarde

me puse a pensar

en descalabrar

descelebrar sueños

sueños rabiosos de siesta

sueños tullidos

extraviados;

sueños con la puntita chorreando

una lágrima de querosén

o un putear de agua bendita

que les inflama el ansia

la otra tarde

decidí bautizar cada deseo

desanimalarlos del rojo pelaje

rociarlos con el alcanfor

de una remota victoria

pero la pelambre

que tienen los sueños

peca de rebelde

se le pegan las polillas

las luciérnagas

y las almas en pena

y anda uno todo

y todo en uno

erizado de sueños

que no se dejan peinar

ni lavar la cara

que se apartan al instante

de la caricia

se cortan en mis dedos

se restan en un ultimátum

de arder siempre despiertos

y ni en sueños sueñan

aquellos sueños

de la otra tarde

en este demasiado tarde

que ya no te encuentra.

 

POSTERGAR LA NOCHE

Ella viene

con el sol enredado en la cintura

y alcanza un pase mágico

de sus caderas

y la noche deja de ser noche

en soledades

y se amotina un viento

o el almanaque se olvida

de tildar el día en muerte

sin embargo

ninguno de estos prodigios

dice presente

se les da en brillar por su ausencia

entonces les imito la voz

les dibujo pasos y retazos de cercanías

soy vendaval insurrecto

soy todo corazón en ningún latido

y hasta designio impuntual

a la hora de arrancarme una partida

lo único que sé

es que no sé que hacer

con el nuevo día;

yace hecho una maraña

de pájaros calcinados en el mediodía

deshecho y maltrecho en resplandores

y no hay malabarismo ni hechizo

ni caricia hacia la luz

para postergar la noche

que se avecina

más sanguinaria y brutal que nunca

con esa luna de carcajada rabiosa

asomando rojabunda y fría

con los párpados entumecidos de alaridos

ella viene

con un sol condenado a la sombra

desde el ángulo lascerante de la vigilia

con su acusador beso enrojecido

en eso de resucitarme

y conjurarme

hasta perderme

para siempre en su extravío.

 

CUESTIONES

Tengo hambre

de que no existas

sed de no poder creerlo

que seas tan real

letal y carnal

y yo aún

tan obstinado en la inocencia

me lo crea

o no

a medida que

esta ceguera avanza

tanteando imposibles

rumbo a tu beso.


VIGÍA

Estoy ahí amor

donde la veleta yerra su viraje

donde el viento es por siempre

el mismo adonde;

ese lugar pintado sobre el pecho

hacia un sueño agazapado

y ninguna medianoche

estoy ahí

en los colores de tu espera

en el grito de la primera luz

en el silencio aturdido

de unos pasos que nunca llegan

estando por estar

en la cruz de otra garúa

condenada y sofocada

se me hace pena obscena

un día sin tu día

donde

atrapada en el ángulo

del frío y la ventana

envejece de ahogo

una estrella.

 

LA MUCHACHA DE LA PALOMITA PLATEADA

Quisiera declararle mi amor

a la muchacha

que viaja por esta cercanía

siempre suya

y la de todos los vientos

delineando a crayón la fugaz ruta

del aliento y del desconcierto

la muchacha de la palomita plateada

en el alma

y una musiquita entrecortada como la mia

la de la tuba incendiaria o el fagot abstracto

esa muchacha con una traza azulada

de infinito en la piel

desnudando un aleluya triste en la lluvia

y a la luz de semejantes fenómenos

es que nunca supe bien

de fugas semifusas y corcheas

de colores y lejanías atonales

de muchachas que desarticulan

el círculo cromático del mundo

y la partitura hipnótica de lo cierto

y hacen volar palomitas de plata

al son de inusitados colores trasnochados

cuando el sol se fulgura

en chispazos de besos

al declararle mi amor

a la muchacha de la palomita plateada

aun a riesgo que su alma

alzara vuelo

y a este corazón en flor

se le entrecrucen los pétalos en espinas

o se le ocurra morirse

crujiendo de ternura

vertiginosamente despacito

despenado en sombras

una y otra vez ante lo incierto

y tiritando al desesperado ardor

de aquella estrella

dibujada en arañazos para guardar silencio.

 

A ESTE VUELO

Qué lindo sería

darle de beber a la luna

este sueño en brebaje

y que se torne toda llena

hasta olvidar su menguante andante

y salga a eclipsar los malos días

y se pare al filo de la ventana

con la audacia en puntas de pie

aunque le cueste el equilibrio

y que no susurre ni en azul

ni en viento

las malas artes de este frío

que se acerque

hasta el espejo de mi boca

y deje de ser alba rota,

que me empuje a seguir

soñando entero

y en caso de emergencia

en caso que el abrazo

trastabille ciego

prometo no delatar

ni el menor dolor en mi pecho

supongamos que me fuí

lejos muy lejos

y no me busquen

entre los despojos de la palabra

ni en la realidad

inquebrantable del suelo

no me hallarán

vencido ni perdido

tal vez un algo en desplume

que a este vuelo

apenitas

le falta el cielo.

 

SOMBRA

La sombra no es un trazo gris

que copia la angustia

y me entrega este contorno;

es mucho más sutil

perversa y amorosamente

más complicada

hay días que mira de reojo

si intento escaparme

si me voy;

la sombra tiene agrios ojos

de animal enjaulado;

despelleja el tiempo

lo mastica

se alimenta de sobras

y de sombras de otros

que partieron hace tiempo

las sombras sienten recelos

de compartirme siempre

con otra sombra

las sombras no saben de caricias

apenas tienen noción

de los abrazos ajenos

y nos dan una inmensa lástima

que corremos a su encuentro

y bailamos con ellas

las besamos

y les hacemos el amor

en un ritual mudo

y sin espejos

hasta no querer decir basta

nos dibujan con carbón una boca

para llamarlas por su nombre

hasta que nos pintamos de luto el alma

y tapamos con los dedos al sol

para que en ese simulacro de caricia

encuentren

de una vez por todas

un oscuro consuelo.

 

POEMA A LO PAVOTE

La razón de ser

y la sed

de este deseo

es inmensa

e inversamente proporcional

a la improbable y lejana posibilidad

que un intrépido y temerario

cosmonauta

de la península de kamchatka

descienda pasado mañana

entre el anillo violeta

y el amarillo

del mismísimo planeta saturno

o que esta llovizna de viernes

y tan de miércoles

siga abofeteándome de contradicciones

así a lo pavote

y confundirme la noche

con un paraguas abierto de mala suerte

y entonces pierda esta poca razón

en agonía intensa y sed

tan pegadito a lo cercano

y de tu mano lejana

frente la posibilidad

que el vértice de tu risa

me invite

a darle la vuelta al otoño

en un abrazo.

 

ENCUENTRO

No te pido una certeza

sino mas bien

una aproximación

constante y sonante,

hablemos de un sutil indicio,

algo así como una centésima

en apenas medio miligramo

de la más ligera esperanza

la posibilidad de un sol entreabierto

en la forzada casualidad de un encuentro

y no te exijo más nada

por el momento

te dejo la inquietud

ya mismo me estoy yendo

para el lado más luminoso del deseo

dejo librado a tu criterio

el día hora y lugar

en la intersección de tus ganas

con mi indisimulado brío

en el aire de otro barrio

bajo la luz del mismo cielo,

en la conjunción de marte con venus

en lo que nos resta de este mundo

y si no es demasiado pedir

que sea un sábado o un viernes

y en lo posible

en algún paraje de este milenio.

 

ESA ALEGRÍA

este jirón de alegría

no tiene más territorio

que tus ojos en mis ojos

y una luz alzada

desde temprano

brillo en mano

de hermano con hermano

esa alegría se le ríe

en la cara al ciego que no quiere ver

estalla se mea de risa

ante el gesto desfigurado

esa alegría sin días contados

esa alegría en pedidos de captura

entre edictos amarillos

entre vientos cercados de espanto

y como quien no quiere la cosa

y dada la inclemencia de los tiempos

que se arrastran y ya no corren

en caso que sobreviva

alguna sana locura,

besarla dulcemente

hasta que no duerma

y siga soñando

arrullarla clandestinamente

bajo la almohada

y para no darle el gusto

a tanto verdugo desaforado

simular hasta nuevo día

que la estamos velando

a cajón cerrado.

DESHOJAR

Deshojar

otra y otra espera

me quiere mucho,

poquito

o nada

qué le hace a esta pena

una espina más

o un pétalo menos

y algún que otro jirón

la madrugada se desanda

volcada a los tumbos

sonámbula en vida

clavada en ausencias

gritando siempre presente

atizando de frío

tiznando de apuro

aún más allá de la agonía

tensando en congoja

los tientos viejos y secos

de algo parecido

mucho

poquito

o nada

a un corazón.

 

TRIBUTO

Voy a decirte

que la primavera

llegará extraña en el recuerdo

que ya no se entristecerá

de azules vientos el limonero

que lo días

no pueden doler tanto

y que no es casual

encontrar aquel libro

donde la historia

en llanto se deshoja

al abrir la página aquella

con la mariposa aplastada

y disecada

sacrificada

en desalmado tributo

a lo efímero de lo eterno.

 

HOY

Hoy

nos afeitaron

nos disimularon ese olor a viejo

y anduvieron repartiendo masitas

esas que se ablandan tan ricas

al mojarlas en el mate cocido;

también cantó el jilguero

justo a las seis menos cuarto

lo estaba extrañando

por esas manías de la lluvia

y otro tras otro día nublado

 

Hoy estuvieron de visita

Lucas con Simón

qué grande y vivaracho está ese nene,

me trajo un dibujito de San Martín

cruzando la cordillera de los Andes

y diciéndome con picardía

este burrito se parece a vos abuelo

pero vos sos mucho más bueno

y no tenés tanto pelo

y dibujás mejor que yo y que el burrito

 

Hoy

también anduvo la gorda rubia

la del ejército de salvación

a traernos algunas ropas

que ya nadie ni loco ni tuerto

con un mínimo de buen gusto usaría

 

Hoy

estreno este pijama

abrigadito y de frisa

de rayas color café

y con un botón partido

casi a la altura del pecho

A ver si consigo hilo y aguja

y otro botón de reemplazo

tengo que estar prolijo

por si me toca hoy

o a más tardar

mañana

irme entre esos árboles

con una sonrisa redonda

por donde late el corazón

una sonrisa al mejor estilo

de estrella fugaz y locuaz

que los haga danzar

y aplaudir al saludarme

hasta marearse y florecer

hoy tan solo hoy

a los árboles deshojados

y tristes

indiferentes

del pabellón sur.

 

ESE BESO TIENE UNA MUJER

Esa mujer

lleva una dália rota

en la mirada

y un negro puñal

asomándole

entre los labios

una flor de metal

a sangre fría

contra un primer

y último beso

y lo abandona desnudo

a la puerta de una pena

temblando en silencio

hasta que se le haga

costra sin piel tanta alevosía

 

Ese beso

tiene una mujer

oscurecida

en mi argumento

y anda que anda

ese beso

rompiéndose la boca

por encontrarle

un laberinto carmín

un húmedo destierro

donde olvidarla.


CIELO ROTO

dicen que dicen

que daba pataditas

boca abajo

pataditas

como errándole a una escalera

una y otra vez

sobre el asfalto

y un riacho negro lo ahogaba en la noche

un manantial coagulado en sangre

a la altura de la cabeza

y daba pataditas

con esas zapatillas nuevas

de correr más rápido

y daba pataditas de sueño moribundo

en un barrio mal parido

desde una fotografía

trepando inmóvil

una escalera tirada a matar

de un mundo cuesta abajo

errándole al cielo.

 

BRI LILÍ

Que alguien preste ayuda

para darle forma a este poema

haría falta el atrevimiento del cincel

la simpleza de la arcilla

la nobleza de una buena causa

e inspiración para este sujeto de avería

 

Que alguien ya mismo le encuentre

un sobrenombre a la magia

un mejor argumento a mi historia

una turbulencia de estrellas en celo

y un antónimo en antídoto

para todas las sombras

 

Que una mano piadosa

me alcance una cuerda

para remontar y sacar a flote

y llevar a buen puerto este poema

 

Necesitaría el brililí del colibrí,

la épica de los jazmines al atardecer

y por las mañanas y en ayunas

muescas de aire nuevo en la ventana

 

Necesitaría también un tambor

para irme de payaso o pregón

por aquellos confines sin fines

y replicar a la lluvia

en redobles de re, de sol y de mí

 

Que alguíen me auxilie

a encontrarle un sentido

a la metáfora y de paso al estribillo

que va tarareando

de árbol en árbol un loco jilguero:

que por un instante

tan sólo por un instante

mis ojos brillen como un lucero;

y tu nombre en luz y fuego

por sobre todos lo nombres;

y no es requisito excluyente

ni mucho menos

que un día te llames

como yo quiero.

 

POEMA EN VERBO

 A Osvaldo Bayer

Noche tras noche

se enciende un fuego

rasante y ardiente vuelo

de un ángel azul

como un beso sobre la frente

como un lucero en los párpados

punzante aleteo

incandescente verbo

no es epílogo

nunca será duelo

es un hombre de pie

en un sueño en lucha

es un hombre entero

y no hay mitades

en el abrazo desplegado

ni dobleces en su verdad

a los cuatro vientos

noche tras noche

sueño tras sueño

estalla un incendio

hay una bandera ardiendo

de voraz insomnio

en algún lugar de nuestra pena.

A LA TARDECITA

La tarde se muere siempre

contra el murallón que apunta al oeste

siempre a las siete menos veinte

en el hospicio de mujeres

 

Como posando para la fotografía

están las cinco locas de siempre

pintarrajeadas con ladrillo rojo

y a la cal viva

saludan al tren que pasa

al tren que se hace fantasma

desde la manito que saluda

hacia el adiós de la barraca

 

Pero siempre hay cinco locas nuevas

que no conozco

aunque esto no lo puedo aseverar

porque siempre me olvido en el lugar

menos apropiado lo que más me conviene

 

De las cinco, la menor

o sea la que mira con desconfianza

en la fotografía

es lejos la más pavota

con su muñequito de trapo

deduzco que a de ser por falta

de experiencia

o porque el aire cada vez trina más loco

despierta en medio de la noche

oliendo a sonrisas de hijo

y vaya desgracia que el trapito le desvaría

de licantropía prendido fuerte al pecho

hasta que a la noche se le pierden

todos los dientes en su seno

 

Las dos mayores son verdaderamente

un caso perdido

cierran los ojos al desnudarse

entre eléctricas y risueñas luciérnagas

y gritan fuerte

hasta despedazarse por ser más luz

que la luz en sus oscuras intenciones

 

Hasta festejan como locas

cuando llega la ambulancia

con la tercera y la cuarta loca

amarradas espalda con espalda

compartiendo el mismo camisón

manchado de verano y guiso viejo

 

Hasta festejan riendo y llorando

a intervalos de dos a tres vientos

a rajatabla

cuando la luna se despierta emporcada

hasta el cuello en su chaleco de fuerza;

huele a lavandina la enfermera

y a pañal sucio lo que lloverá

con la madrugada

 

Y la luna no sé da por enterada

que a la barraca le faltan cinco locas

para sacarla a pasear

aunque sea muy de vez en cuando

y hasta no muy tarde

en un cochecito de bebé

a través del patio enguirnaldado de baba

a lo ancho y a lo largo

de cuanto pueda llegar a aguantar

sin respirar toda esta tristeza

a lo mejor de las siete menos veinte

y hasta un poquito más allá

pero no muy lejos

de las siete menos cuarto.

 

BIBLIA NEGRA Y SIN ESTRELLAS

La noche desnuda,

de biblia negra

de otra identidad

de tu luz;

y yo que duermo

un sueño de constelaciones

malcriadas

de medio cielo

y de flores rabiosas

yo que ando penando

por ser asterisco

en tu palabra,

en aquella estela

fugitiva del eco

tu boca se endiabla

en crear una religión

de narcóticos cometas

de la rima un epitafio

y de la sonrisa amputada

tan solo una auréola

parábola fugaz

de estrella descuartizada

hasta podría pedirle

a esa noche desnuda

tan solo eso,

la mitad de un beso

para terminar

de arrancarme esta boca.


VOLAR HACIA EL SOL

 Sobre una libreta gastada

minuciosamente

con la precisión de un niño

anotaba las piruetas del sol

media cabriola esplendorosa al amanecer

la plenitud del abrazo sobre el mediodía

y esa melancólica obstinación hacia el poniente

a la ribera de los umbrales del sueño

y a bienvenidas de corazón

 

Y para qué, para quién

esos trazos dibujando animalitos

puntitos, rayitas y ciudades bajo el rocío

 

Y para qué, para quién

esos poemas que nunca se rinden

lejos de lejos y tan cercanos a la victoria

Somos ángeles taciturnos

extraviados

tenemos el apuro de la risa

y un destino por escribirse

puntitos, rayitas, palabras de fuego

apuntes de hombres de a pie

taquigráficas coordenadas

en el papel de una libreta gastada

con la inevitable

hermosa premonición

de volar hacia el sol.


CARTA TRASPAPELADA

 Perdón,

pero no me vas a creer

ayer te prometí un poema

un despliegue de luces de todas las especies

un quitarle el aliento al cielo

un destino de inminente constelación

una culminación a bombos y platillos

de rutilante galaxia y alguna que otra estrella

para tu ventana y una flor

 

Perdón,

pero no me vas a creer

se me traspuso un nubarrón

me deje llevar por la noche

y vaticinaron luna llena

y uno que anda tan perdido con los días

creí que aún era viernes y se me dió

andar de lobo aullido más aullido

 

Enrojecí la luna cráter por cráter

hasta el pedazo de una bandera yanqui

flameó ingrávido y tímido para vos

infligí dentelladas voraces y arteras

a diestra y siniestra,

y siniestra una y otra vez

hasta saltearme incluso las reglas del decoro

haciendo pis levantando la patita contra un jazmín

bien sabés que en la oscuridad

el deseo siempre es presa fácil

y no dudé hasta hacerlo estallar sobre el mismo jazmín

 

Perdón,

pero no me vas a creer

que entre tanta absurda bestialidad

no te deslicé un te quiero tanto,

a prueba de olvido

anduve como lobisón mal entretenido

alucinando en trueno por el vía crucis de la tormenta

 

Anduve como alma en pena entre las funerarias

los cementerios y los purgatorios del barrio

para que alguien me acompañe en sentimientos,

y me olvidé

me olvidé por un instante entre tanta animalada

de la intensa inmensa humanidad

de tus ojos al descubierto

y creeme,

eso

eso no tiene perdón.


LA PRISIÓN

Estas manos la una con la otra,

entrelazadas desplegadas

las falanges abiertas a ser pájaro

el sol reparte una seña

ensaña la sombra contra el muro

reflejo en la mudez de la piedra

me das tu alas, te entrego mi vuelo

esquivaremos si es preciso

lluvia granizo y trueno

desafiemos púa, espina y acero

palomita

inventemos el cielo.

 

CINCO MIL Y TANTAS VECES

Me he preguntado

cinco mil ochocientas cincuenta y cuatro veces

qué alquimia qué impulso violento

qué mordaza por romper

me lleva a escribirte a padecerte

a resucitarte sin esperar el tercer día;

qué perversa manía de enamorarse

hasta los dientes;

de deshacerme en poesía

de desahogarme en nombrarte

de creerte lo que no tiene remedio,

de elegirte entre todas las mentiras

 

Me he preguntado

qué coalición inexplicable qué conjuro de estrellas

qué confabulación intergaláctica

hará perdurar la lluvia en luna

una sombra mordiendo otra sombra;

qué silencio desmesurado

podrá apenas cavar un resquicio de luz

en lo insondable de tus ojos,

qué desquicio a viento cruel

asolará sin tregua mi comarca

 

Me disfrazaré de esdrújulas

para huir de este palabrerío grave,

albergaré el dulzor precario de la esperanza

la magia lisiada en creer y en crear milagros;

soportaré con estoicismo y vergüenza

el desdén de tu piel

cuando se avecinen noches intratables:

noche de espuma ácida como mares

erosionando las piernas de mi cama;

la sed y un espejismo a vos

petrificando sábanas

y el esperma doliendo molesta

inservible sutil servil

por donde quiera que el deseo duela;

la falsa escuadra de tu boca

entornada como a media risa

señalando el lugar exacto

por donde se ahogaron mis peores poemas:

el sentido común

la escritura automática

el cadáver exquisito

las reglas gramaticales

la indiferencia preparando una fiesta

el más obtuso sentir del amor

y lo abyecto de un corazón clavando el aire de campanas

repicando sin demasiada esperanza

cinco mil ochocientas cincuenta y cinco veces

por donde quiera que tu ausencia duela.

NO LE TEMO A NADA

No le temo a nada...

acto seguido, introduciré mi cabeza

en la jaula de los leones

pero sólo apenitas

hasta sentir un vértigo húmedo

abanicándome las orejas por un ratito

 

A lo bonzo sonso

irrumpiré en danza por el aire

en una dramática serie

de cabriolas y convulsiones

amarillas, negras y rojas

hasta chamuscarme los últimos piolines

 

Y como si esto fuera poco

y al precio de uno

como bala humana

surcaré el espacio

con afán de cometa y de meteorito

desafiando el cielo infinito

hasta estrellarme contra el terraplén

luminoso de otra galaxia oscura

 

No le temo a nada...

aunque todavía no me atrevo

me da miedo, me invade el pavor

me causa cierta cosa

un escozor maldito

un escalofrío inaudito

a altas horas de la madrugada;

mirarte en aquella fotografía,

no vaya a ser que por un segundo

se me ocurra parpadear

y tus ojos de una vez por todas

se decidan en un descuido

a mirarme.


ANUBESADO

Aquí está mi nombre

tiritando en su pellejo

tiznado de medianoche

con el último humo

de los tres últimos fósforos

tres maderitas chamuscadas

que no alcanzan

para arrimarle un pie de luz

al próximo día

 

Aquí está mi nombre

anubesado

o nublado qué más da...

no existe palabra tal

en ningún diccionario,

que ley de puro antojo

o caprichosa regla admite que haya

o que tenga que existir

sin decoro

ni principios

obligatoriamente,

la palabra triste

y que me calce tan a medida.


UNA LÁGRIMA NO PUEDE

Una lágrima

no puede cruzar el infinito

no es que se evapore,

no es que se ahogue

en el fuego catódico

ni pase desapercibida

su tea errante

entre el ciego mar;

es que de tan herida

se ciega en el ojo del silencio

se muere

y no es de rabia

ni de descorazonado intento o pirueta;

es de la más terrible

y muda

de todas las tristezas,

de que no la veas

en esta noche del alma

brillar.


REUNIÓN DE CONSORCIO

Frente al espejo

con cara descarada de máscara

frente al espejo un hombre gordo

los ojos cicatrizados de lagañas

un hombre gordo desnudo

con el pitín perdido bajo la grasa

pelusón de batallas incruentas

escaramuzas en el desvelo

se sienta, hace sus necesidades

y da a luz a una lombriz solitaria

tan sola como él

pero con promisorio futuro de anaconda

que lo engulle

se lo traga

lo disuelve en el otoño de su esófago

le muele en acidez los huesos

y no queda rastro alguno:

se fue de vacaciones y nunca mas volvió,

conoció a una mujer

se ganó la lotería

se hizo monje tibetano;

entre tantas disquisiciones absurdas

los vecinos del hombre gordo

no saben qué nombre ponerle

a la nueva mascota del consorcio.


DOS PAPELITOS

Algunas veces a Rita

se le daba por escribir poemas

algunas veces entre vetas de lluvia

y tantas otras en no sé qué silencio

 

Pero había uno,

de lo más parecido al viento:

un par de papelitos sin recuerdos

azotados por algo muy parecido al viento

y dándose besos se navegaban

enajenados entre luces y cables;

se naufragaban el uno en el otro

entre convulsiones o distancias varias

cuando la tarde se venía cayendo

desde anoche sobre el empedrado

 

Cuando la ciudad se traía de regalo

goteras en la mirada

cuando un nene con un silbidito

llamaba a la alegría

a que viniese a lamerle la sombra

 

Cuando un nene con un silbidito

llamaba a la alegría y nadie venía

un silbido lleno de agujeros

por donde se confundía el viento

o algo de lo más parecido

a dos papelitos blancos

con sus ojitos de ciego.


CUANDO UNA MUJER ESTÁ TRISTE

 Cuando una mujer está triste

este poema se encoje de hombros

de tamaño,

se hace poema chiquito

se le da por buscar en los bolsillos;

hurga hasta lo inmerecido

y encuentra

intransitable imperdonable

un universo

al que se le ahogaron todas las estrellas,

descubre un espejo roto

el vórtice de un otoño

por el que se fugan las sirenas,

ruedan hasta un perdido infinito

las monedas de cinco centavos

y se amargan los caramelos de menta

 

Cuando una mujer está triste

la visión del mundo

se queda tan desamparada

completamente desnuda boca arriba

sobre un piso ajedrezado,

tuerta en cada baldosa negra

esperanzada de abrazos

en el vacío del baldosón blanco

 

Cuando una mujer está triste

se escucha un enero en la vereda

un todavía de todo o nada

exigiendo que incendien mi pecho

y dos colillas de cigarrillo

arman la señal de la cruz

y un padre nuestro desde el cenicero

 

Cuando una mujer está triste

se apagan las luces

se extravían las calles

se cierran los bares;

se ponen en penitencia las sillas

arriba de las mesas...

y este café helado con gusto a muerto

llora conmigo en la ventana.


EL BORDE DE MI SER

Aquella mujer

era una colección de sinónimos errantes

daba voz a su luz y el día hablaba

se hacía entender mediante el dialecto de las gotas

para decir te amo, eran de lluvia

de llovizna para contar un sueño

y las del rocío francamente no me acuerdo

 

Tenía también aquella mujer

una bitácora de etcéteras

donde anotaba todos los fuegos, los de San Juan,

los del crepúsculo rabioso y los de mi corazón,

pero por fortuna nunca existieron

los sin embargo ni las aclaraciones al margen;

siempre había un ruiseñor dibujado a crayón e intemperie

a membrillo y a canción que transmutaba en cielo

en luna o en romanza nueva

y ahí siempre estaba ella

en esa cuestión de abrir los ojos

con esa música de organito querendón

que le brotaba en cada despertar

y el sol se orientaba

en la inmediatez de su perfil

y todo un submundo de esperanzas

liberaba una fauna funambulesca;

hipocampos al tribal ritmo de su estrella;

si hasta las palabras abandonaban su insomnio

y se iban a dormir para soñarla

con sus labios en verso y sonámbulos

rimando ilógicos al compás del beso

y ahí siempre estaba ella

con esa aureola en sus pasos

como las de un niño perdido

dos risas hacia el oeste,

un jazmín arrancado a la tarde

medio caramelo hacia la izquierda

y un sexto sentido

justo, justito hacia el borde de mi ser

para descubrirla en bienvenida.


PENUMBRA DE VOS

Arde la penumbra de vos

tu voz también azul

ojo intenso de mar

ni siquiera la larga sed

ni esta noche

ni corazón ni asombro

sólo amor de vos sin vos amor

entrego sin condiciones

mi pecho

sin tregua mis manos

por tu cuerpo

que no amanece en el mío

que no hay día en que no esté

sin amor de vos

que estás aquí y ni estás

sólo en esta fotografía

y aquella penumbra

toda azul de vos.


LA LLUVIA EN EL PATIO

Podría tener a la lluvia del patio

jugando a la rayuela

pero la tengo en penitencia

escribiendo en los renglones

de la siesta

una y mil veces tu nombre

y apenas una,

sólo una el mío;

mil y una vez tu nombre

hasta que lo aprenda

hasta que se lo sepa de memoria

y pueda ir a buscarte

a preguntar por vos y encontrarte

y que me vengas a rescatar

de tu olvido.


LIBELULUM

Con un sabor agridulce

y chispas de polen

entre los labios

empujo con saliva

y un corcoveo de la lengua

el último pedacito tan exquisito

de ala de mariposa

Y es un deleite el cosquilleo

del desaforado aleteo

del amarillo que se aplaca

contra el intenso rojo que canta

atroces gritos de batalla

desde lo más profundo de la garganta

Y es una maravilla

ese particular encanto

el crocante y desesperado forcejeo

de esas alitas galopando en el gargüero

Estas me saben mucho más ricas

que las de la primavera próxima pasada;

pero si me dan a elegir

prefiero sin duda alguna

las Catedonis Quitinguis Libelulum

precisamente

entre la cuarta y la sexta hora

de un sábado y de un verano

cuando aún llevan la tarde

y toda la luz del viento

a punto de ser cielo en tu sonrisa

a pasear

nuevamente por aquí

Gustavo Silva nació en Buenos Aires en 1960. Es diseñador gráfico. Durante el período 1977-1984 participó como coditor de la publicaciones Cordón Umbilical, Merlina y Antimitomanía. Dibujó en diversas revistas alternativas de aquellos años.

Como poeta publicó: Papelespacio (1978), Reflejos Nocturnos (1981), El riesgo al infarto de miocardio debido a la prolongada contemplación de la lluvia (1995) y las plaquetas: Uh! (1996), Little red rooster Blues (1996), Un viejo, muy viejo colgado de una guirnalda (1997), Un agrio perfume a sirenas (1997), Crónicas del último cielo (1998), Pequeña antología de las peores serenatas (1999), Aquella mañana en que fusilaron a Mata Hari (2001). En 2010 participa en la antología Poesía y Poetizar. En 2012 publica el poemario Milonga triste o blues de la isla Maciel (79 poemas y un esperpento).

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