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Celebro ser Mujer. Por Susana Quiroga, escritora Jujeña

8 de marzo, Dia Internacional de la Mujer
De “Arcilla de mujer” (SQ)

04.03.2024 14:50 |  Noticias DiaxDia  | 

Intentamos hablar de la MUJER, DEL SER MUJER, sin caer en frases hechas, en esta fecha de marzo destinada a ella. Para eso, me es necesario pensar en la propia existencia, en las mujeres de la familia, de antes, de ahora, en amigas y conocidas.

Escritores de textos de ficción abordan la temática como también ineludibles fuentes psicológicas y sociales en el intento de conocimiento y universalización.

La mayoría de las mujeres han ejercido, vislumbrado, diferentes roles: hijas, novias, esposas, amantes, madres, luchadoras, líderes, seres sociales que desearon trascender el corazón familiar y realizarse en el desarrollo de una sociedad con su presencia y trabajo en lugares ocupados por el varón, lo que le demandó y demanda aún hoy grandes esfuerzos.

Abordar su sexualidad, tema delicado siempre, tabú aún vigente, es una temática en que interesa reflexionar. Ella, la mujer, nosotras, urdimos velos, otros burkas necesarios para poder ser dueña del propio destino. En ciertas sociedades los burkas son impuestos para hacer desaparecer el cuerpo femenino. En otras, con fajas, las nacientes mujercitas se aplastaban los senos. Que padres y hombres de la familia y del contexto no vieran la transformación sublime, símbolos de la fertilidad, ternura, del deseo sexual, era la consigna. En prisiones, las mujeres dejan de menstruar ante la tremenda violencia ejercida. El cuerpo, objeto mancillado. El alma, amordazada. No al placer, no a la autodeterminación.

El cuerpo de la mujer habla, dice lo que la realidad, a veces, no quiere manifestar.

Cuánto costó y cuesta que sea mirado desde otro lugar, el del conocimiento y sabiduría porque ese cuerpo de mujer es hermoso, representa la vida misma. Su erotismo perdura durante toda su existencia. Existencia signada por historias, sucesos, que desencadenaron la realidad que vive hoy. Las revoluciones tantas veces afrontadas en diversos lugares del mundo nos dicen del deseo de ser reconocidas en su plena dignidad.

Querían y quieren mejores condiciones de trabajo y de vida fuera del hogar y dentro de él. Ser consideradas con equidad, a igual trabajo igual derecho.

Así ocurrió en Nueva York en 1857 cuando las costureras de una fábrica textil hicieron una huelga para exigir mejoras de trabajo. En 1867, en el mes de marzo las planchadoras de cuellos de otra fábrica de Nueva York fundaron un sindicato para proteger sus derechos. Años después, en Liberia, realizaron huelgas sexuales cansadas de las violaciones cometidas contra su género y de la guerra que en el 2002 ya había costado la vida de 200 mil personas.

Durante la Revolución Francesa las mujeres parisinas marcharon hacia Versalles y reclamaron junto a los hombres libertad, fraternidad, igualdad. Recordemos a las heroínas de la Coronilla en Cochabamba, Bolivia, que se atrincheraron en la colina de San Sebastián a luchar contra las tropas realistas ante el abandono de la defensa de sus hombres. En marzo de 1908, 15.000 obreras trabajadoras textiles de Lawrence en Estados Unidos marcharon por la misma ciudad al grito de “¡Pan y rosas!” por aumento de salario y mejores condiciones de vida. En Rusia, febrero de 1917 según el calendario ortodoxo, las obreras textiles tomaron las calles reclamando “Pan, paz y libertad”, marcando así el inicio de la más grande revolución del siglo XX.

Las mujeres lucharon y luchan no solo en el hogar por su progreso, bienestar y paz, sino también como revolucionarias. Así combatieron por la patria, por los ideales, por los principios democráticos. Desde este norte de la patria, Jujuy, reconocemos a las mujeres del Bicentenario, quienes se infiltraban entre las tropas realistas con sus armas femeninas para luchar por la libertad.

Finalmente, en 1910, durante un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, la alemana Clara Zetkin propuso que se estableciera el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer en su homenaje.

En las últimas décadas, la participación de la mujer en la vida civil argentina, en agrupaciones sociales, estudiantiles y políticas se ha visto enriquecida; sin embargo, también tuvo y tiene un precio que se sigue pagando ante represiones y abusos de poder.

Mujer. Memoria. Patrimonio de vida. Ellas - nosotras, reconocemos a todo varón que sepa respetarnos y amarnos, al poeta, al político, al sociólogo, al científico, al padre, al hijo. Responsabilidades recíprocas y justas compartidas.

Entonces, todos hagamos honor a este Día Internacional de la Mujer.

Yala, marzo de 2024.

Reproducción: “América morena” de Miguel Hachen.

 
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