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Cine - Entrevista a Isabel Macias. Por Ileana Andrea Gomez Gavinoser

19.09.2024 12:18 |  Noticias DiaxDia  | 

¿Cómo comienza tu trayectoria en el cine de animación?
I.M:
Terminé mi carrera de Bellas Artes en la Prilidiano Pueyrredón, hoy UNA, en el año 87.
Miré mis pinturas y aunque amaba el color sentí una tremenda desilusión: ¡las pinturas no se movían! Empecé a buscar en otras direcciones y estudié escenografía teatral en el Teatro Payró con Tito Egurza. Disfruté esa experiencia pero mi cuerpo no estaba en condiciones de trabajar colgando telones y cargando utilería y me di por vencida.
Mientras trabajaba dando clases de Plástica en una escuela secundaria horrorosa me encontré con un ex compañero de Bellas Artes que estaba estudiando animación en el Idac (Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda) y fui para allá en el año 1995.
Sentí que había encontrado mi tribu. ¡Magia!. Todos mis deseos cabían allí: podía escribir, dibujar, modelar, poner en movimiento a mis criaturas y jugar con la música y el sonido.



¿Qué técnicas inusuales utilizas para tu cine animado? Aunque en stop motion es posible la convergencia de distintos materiales, la utilización de lo textil en tu obra tiene tu sello particular ¿Puedes hablarme con detalle de esto?

I.M: Soy nieta de una modista y por algún tiempo mi mamá se dedicó a tejer como medio de vida. Yo era chica, tenía 4 o 5 años y lógicamente molestaba todo el tiempo. Me enseñaron a tejer para que me entretuviera. Mi abuela me dijo: “no aprietes las agujas, dejalas que bailen”. ¿No es hermoso?
Hoy sigo dejando bailar a mis agujas, no las aprieto, ni siquiera les indico por dónde bordar, raramente dibujo antes de hacerlo, las dejo que lleven sus hilos por donde quieran. Así aparecen los personajes, los diseños, las historias. Casi no compro telas, uso las que me regalan mis amigos. Este juego de recibir y encontrar, forma parte del ritual porque todo tiene historia detrás. Olores, texturas, desgarros, impregnan a los personajes y a los paisajes. Trabajo con los accidentes del material y reparo lo que está dañado pero dejo las cicatrices a la vista.
No solo las telas me interesan, este año estuve animando frutas y cáscaras en diversos estados de conservación. Tener presente el paso del tiempo en las manos te sumerge en un viaje interesante. Lo fresco y lo podrido, entrelazados.



¿Qué referentes del cine animado puedes nombrarnos y qué significan para vos como animadora?
I.M:
En el Idac veíamos cortos de la National Film Board of Canada y aluciné con Norman Mc Laren; cuando vi que Michel Ocelot animaba blondas de tortas en “Los tres inventores” sentí que tenía todos los permisos del mundo para hacer lo que quisiera. Mis profes del Idac me dejaron trabajar con mis ideas y comencé a tejer y a bordar mis cortometrajes.
Amo el trabajo de Regina Pessoa de Portugal y lo que está animando Tecarat en Japón. En la Argentina disfruto de Zaramella y de los Can Can. Los videoclips de Juan Manuel Costa me encantan y me siento acompañada con las animadoras de Rama, Red Argentina de Mujeres y Diversidades.

A la hora de animar, ¿cómo eliges tus temas y las texturas que vas a utilizar?
I.M:
Si tengo que pensar mi proceso creativo, si es que eso existe como algo separado de mis otras dimensiones humanas, creo que consiste en girar alrededor de las mismas preocupaciones buscando conversar con ellas de la manera más honesta posible.
En esos procesos de acercamiento construyo una gramática para articular el lenguaje que necesito. A veces un sonido me da una dimensión hondísima de un límite o de un cambio definitivo.
Recuerdo que hace muchos años llevé las cenizas de mi padre al muelle de pescadores de Mar de Ajó. Había elegido un paño blanco de algodón para envolverlas y bordé nuestros nombres en él. Recordé la palabra sudario que tantas veces había leído cuando estudiaba pintura del medioevo y del renacimiento. “El sudario de Cristo”. Pensé que al ser todo orgánico, las cenizas, el paño y los hilos, el mar recibiría los restos sin sufrir ningún daño, algo así como completar el círculo de la vida.
Hacía frío y estaba acompañada por mis hijas y mi marido de entonces. Él se quedó con las niñas en la entrada del muelle y yo caminé en dirección al mar buscando un sector sin pescadores. Allí me incliné y dejé caer las cenizas desde la altura. Sonó un plop cuando entraron en contacto con el agua y fue ese plop el que dividió el antes y el después de la despedida fúnebre. Las cenizas ya eran parte del mar y el borde del lado de la vida era el pavimento del muelle, el viento, los pescadores y las gaviotas.
Caminé a reunirme con mi marido y mis hijas; la mayor insistió en tomar una foto. Curiosamente aparezco mirando a cámara, sosteniendo un perro de peluche de mi hija menor.
Esa distancia, ese duelo, ese frío, ese juguete, pueden ser una poética si hallo el lenguaje apropiado. Nunca pude hacerlo sin antes explorar lo material, lo táctil y lo sonoro. Las palabras siempre vienen después. Mis cortos, mis series, mis bordados, aun mis escritos aparecen de esa manera.



Como ex gestora de la Carrera de Cine de Animación de la Escuela de Avellaneda (IDAC), ¿Qué perspectivas ves en la gente joven que realiza cine animado?
I.M:
Las vueltas de la vida me llevaron a enseñar y coordinar carreras de animación por muchos años. Primero en la Escuela Multimedial Da Vinci, luego en el Idac y finalmente en el equipo de coordinación de la Enerc.
Creo que se puede pensar a la comunidad de estudiantes, docentes, autoridades como una especie de sopa que se revuelve todo el tiempo, a veces a punto de hervir, a veces insulsa, a veces sabrosísima. Los deseos y proyectos personales de cada uno son increíblemente interesantes de vivir y pensé en mi rol como la práctica de una delicada alquimia que permitía que cada uno se alimentara con lo que necesitara. No solo los estudiantes y los docentes, yo misma también. Algunas cosas salieron bien, otras seguramente hubieran necesitado cambios pero a mi me hizo feliz trabajar así.
Con respecto a las perspectivas de los jóvenes en formación, es algo que no puedo anticipar. La animación está en todos lados ahora pero eso no significa que genere empleos de calidad necesariamente, ni dentro ni fuera del país. Hay gente más hábil que otra para insertarse en el mercado y muchas veces son mano de obra calificada y barata. Lo difícil es generar una continuidad de trabajo que permita organizarse y planificar algo.


¿Qué significa hacer stop motion en la era de lo digital?
I.M:
El trabajo con la fotografía y la edición digital me dio independencia de los procesos de laboratorio y me permite autonomía para producir.
En este momento de mi práctica siento que la animación stop motion es como bailar y detenerse un instante para tomar una foto, retomar la danza y nuevamente hacer una pausa para sacar otra foto y seguir así hasta completar el movimiento. Tengo conciencia de mi cuerpo y del mundo físico atravesando el tiempo. Amo eso.

¿Cuáles son tus cortometrajes más significativos para vos y por qué?
I.M:
Nina (2017) es un corto que me permitió trabajar una estructura narrativa utilizando dos tapices reversibles y personajes de tela. Aprendí mucho en el proceso y tuvo buena recepción de la gente que lo vio. Inicialmente era un proyecto para un libro álbum pero un amigo me alentó a animarlo y le estoy muy agradecida.
Seguí buscando el concepto de animar figura y fondo de manera integrada y con Génesis (2019) experimenté animar un bordado en el que los personajes estaban casi todo el tiempo bordados en el lienzo del fondo, eso me permitió explorar otras técnicas de movimiento.
Tejedoras de Mampuján es un documental animado de 10 min próximo a estrenarse. Fue increíble volcar una experiencia histórica en la animación textil. Memoria está en el circuito de festivales ahora mismo y es el más íntimo y experimental que hice hasta ahora porque terminó siendo un relato de mi maternidad. No sabía que estaba bordando acerca de ese tema hasta que terminé el tapiz.



Has sido premiada en múltiples festivales de cine de animación. ¿Cómo ves tu futuro inmediato en cuanto proyectos, en cuanto a la distribución de tu material y por qué no los medios?
I.M:
Tengo dos proyectos de serie en desarrollo, una es una comedia que acompaña a ungrupo de acróbatas diminutos en la aventura de cocinar alimentos de escala real y laotra es una telenovela de micro capítulos de 2 min animada al aire libre en el Tigre. Losdos proyectos están viajando a laboratorios y encuentros de mercado para fortalecersey buscar coproducción. En estos dos casos la técnica es stop motion pero no se trata deanimación textil.
Afortunadamente tengo un distribuidor, Ezequiel Darlinger de Animation 1908, que se encarga de enviar mis cortometrajes a los festivales.

¿Algún proyecto en largometraje?
I.M:
En este momento estoy trabajando en formato serie porque me parece que es más adecuado para los contenidos que estoy desarrollando y para el tamaño de mi estudio.



¿Cuál es el futuro del cine animado en la Argentina?
I.M:
La pregunta me excede. Solo puedo decir que el cine en general necesita autores, guionistas, técnicos, financiación, distribución, políticas de promoción. Tenemos autores, guionistas y técnicos... por ahora no veo en el horizonte inmediato nada más.

Por último un pensamiento que refleje todo tu sentimiento acerca del cine animado y qué significa para vos
I.M:
Más de la mitad de mi vida se mezcla con la animación, a esta altura no puedo imaginarme sin ella. Me permite idear mundos y pensar la manera de concretarlos.
Tengo amigxs que me acompañan y yo colaboro en lo que puedo. Como dije al principio, encontré a mi tribu y eso me hace sentir en el lugar correcto.

Isabel Macias

Directora de San Quirino Estudio, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, especializado en stop motion. Entre sus cortos figuran El Correo, La nena, El botón, Nina, En la banquina, Lady Hacker, Génesis, Tejedoras de Mampuján y Memoria.
Fue coordinadora de la carrera de Realización de Cine Animado y docente de Stop Motion en el Instituto de Cine de Avellaneda, IDAC, y parte del equipo de coordinación de la carrera de Realización Integral con Especialización en Animación 3D y Tecnologías Digitales de la Enerc.
Es miembro fundador de la Asociación Argentina de Cine de Animación y pertenece a RAMA, Red Argentina de Mujeres y Diversidades de la Animación. En la actualidad trabaja en proyectos de series de ficción en stop motion.

Links al estudio de Isabel Macias
www.youtube.com/@SanQuirinoEstudio/videos

Fotos del estudio
www.instagram.com/p/C9nbsYDvltE/

Videos del estudio
www.instagram.com/reel/C9na72gPV7N/

web
www.isabelmacias.com.ar

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