LUIS BENÍTEZ
El poeta, narrador y ensayista Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Asociación de Poetas Argentinos (APOA), de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina (SEA) y del Centro PEN Argentina. Entre otros reconocimientos nacionales e internacionales, ha recibido el Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); el Premio de Poesía de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); el Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); el Primo Premio Tuscolorum di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); el Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); el Accesit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003), el Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2007) y el Tercer Premio Municipal “Ricardo Rojas” de Novela (Buenos Aires, 2022). Es considerado una de las voces más destacadas de la poesía argentina contemporánea y referente de la poesía latinoamericana actual. Sus 45 títulos de poesía, ensayo y narrativa han sido publicados en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, México, Rumania, Suecia, Venezuela y Uruguay. En 2023 la cineasta argentina Ileana Gómez Gavinoser filmó “Luis Benítez y el mundo de la poesía”, una biopic galardonada en festivales cinematográficos de EE.UU., España, Francia, Italia, Macedonia, Reino Unido, Singapur, Sudáfrica y Turquía como mejor largometraje documental. En 2024 se han publicado dos ensayos -el tercero y el cuarto de los editados en Argentina- sobre su obra poética: Luis Benítez, una poética de la indagación, del crítico y narrador Osvaldo Gallone, editado por la Fundación Victoria Ocampo (Buenos Aires, 100 páginas) y Luis Benítez. Historia Nacional, del Prof. Juan Sebastián Rodríguez Maza, publicado por El Arte de Leer Ediciones (126 páginas, Mendoza Capital, provincia argentina de Mendoza).
Últimos poemarios publicados:
Una gran guerra habita las cosas. Lo mejor de Luis Benítez (antología poética, compiladora y prologuista Gabriela Guerra Rey, Editorial Aquitania Siglo XXI, 230 pp., México D.F., 2022).
editorial.aquitania-xxi.com/autores/luis-benitez/
La vida entera. Una antología (antología poética, Pro Latina Press, 156 pp., Nueva York, EE.UU., 2023).
www.prolatinapress.com/
uno siempre se enamora de janis joplin
uno siempre se enamora de janis joplin
vive buscándola y encontrándola
antes de que ella cumpla los 27
cualquiera sea la edad que tenga
de verdad sea cierto o mentira
y siempre hay pedacitos de ella
algo de llora nena está allí
del otro lado de la mesa
o murmurando para sí
sentada al borde de la cama
janis te contempla
y te preguntás a quién
estará buscando janis
y si dará con él algún día
uno siempre se enamora de janis joplin
porque siempre le estuvo destinado
como si con eso alcanzara
habida cuenta de todas
por las que vos y ella han pasado
por cómo ven ambos el mundo
descomponerse furiosamente
detrás de las ventanas
como si eso solo fuera suficiente
porque la tierra gira siempre en dirección a ustedes
una y otra vez aunque posiblemente
nunca jamás se encuentren
uno se enamora siempre de janis joplin
Lo que para estar, no está
Poesía no eres tú,
no lo es nadie.
Lo que el verso
atrapa de lo inefable
apenas sombra es,
asomo, rasguño, aire.
No está aquí, sin duda,
ni lo estará cuando
estos trazos envejezcan,
porque el tiempo no agrega,
sólo quita lo que el presente
creyó que era inmutable.
No se puede decir poesía
porque es lo impronunciable:
su lengua balbucea, a veces,
en la sospecha de una frase
que, al volver, buscándola,
resulta inencontrable.
Última frontera, confín
de un mundo que no conoce
las palabras, pero que gusta
de montarse en ellas
y pasar al nuestro
por hacer fulgurar, sólo un instante,
su relámpago en la mano,
mientras su rayo lo descarga lejos
y de aquel trueno, en el papel,
burlón, apenas su silencio queda.
La Recoleta
Aquí en la Calle de las Tunas
(que le dicen Callao) terminaba Buenos Aires.
Más allá, la pampa. Luego, la múltiple
Galería de sus nombres.
Rodríguez de la Peña recibió la parcela
Que le dio su rey y alzó la casona,
Hecha de buena fortuna y contrabando.
Aquí escondió tres días
A un infortunado inglés, Beresford,
En previsión de ciertos sucesos que después
Urgirían el auxilio de otra corona, como todas,
Codiciosa de los cuatro puntos cardinales.
Era cosa de quedarnos con La Aduana
Como fuera, aquel mediodía de mayo.
A unas cuadras, en Quintana,
Por más mentas la Calle Larga,
La cíclica inundación trajo un jaguar
Que saltó sobre el jinete
Buscando el cuello de su zaino.
Aquí La Mazorca acorraló unitarios
Y luego unitarios colgaron federales
De los árboles. Era barrio bravo de día
Y de noche se salía con trabuco, tercerolas
Y puñal, solo obligado. Y por las dudas.
En plaza Arenales –“el Hueco de las Cabecitas”-
Se ahorraba mucho sepultando esclavos
Hasta que de los terrones sueltos
Alzaban la calavera. Luego otros crímenes
Y miserias y grandezas y lástimas
Sin pensar en estos nos hicieron la patria.
El problema
hace tres millones de años
cuando éramos todavía más parecidos a los monos
lucy la primera chica y de apenas 20 años
fue arrojada desde 40 metros de altura
por estar comiéndose las hojas favoritas del macho alfa
pero ella no era el problema
hace diez mil años estrangulamos con gusto
a la última matriarca cuando nos dimos cuenta
de que bien podíamos encargarnos nosotros de la cosa
y luego borramos toda huella de aquel pasado vergonzoso
pero ella no era el problema
la antigua gran madre de los dioses y los hombres
pasó a ser una anciana olvidada cornuda y muy celosa
pero como ella no era el problema
pusimos en su lugar a un viejo colérico y temible
ya más adecuado al gusto de nuestra época
y respiramos por fin felices y asustados
el primer emperador de la china
mandó so pena de muerte
que no se les enseñara a leer y escribir
ni a las mujeres ni a los perros
pero ellas no eran el problema
una griega que vivía en una isla
tenía una amiga a quien le escribía versos
y cuando llegaron los persas
quemaron todos sus escritos
pero ella no era el problema
leonor de aquitania era reina y fastidiaba
hasta que por suerte juan sin tierra se puso la corona
pero ella no era el problema
mary shelley se volvía loca
repitiendo que eso no lo había escrito su marido
pero ella no fue problema
jane austin bajó la cabeza cuando su hermana mayor
la obligó a resguardar bajo esa firma escrito por una dama
el orgullo de la familia consistente en todos sus prejuicios
pero ella no era el problema
alfonsina storni escribía mejor que nosotros
pero entre todos logramos que se metiera mar a adentro
y aunque ella no era el problema
afortunadamente no sabía nadar
si a alguno de nosotros se le da
por vestirse raro
siempre se puede lavar el problema
con su sangre
pero ella no es el problema
y a nadie concretamente le importa todavía
nos lo repetimos cada mañana
y cada día y cada noche
caramba este mundo
todavía es nuestro
hasta que todas ellas entiendan
cuál de todos los viejos bien escondidos asuntos
es el verdadero
el único problema
la espada invisible
te forjé brillante para que refuljas
en medio de las tinieblas del alma y de las cosas
y aterres al dolor asustes a la angustia
ante ti vacile indecisa retroceda y se esconda
cualquier afrenta a mi vida
temiendo por la suya
te hice de las cenizas más duras del pasado
de la fragua ardiente de ese temible día
mañana
robé la violencia que anima tus horas
hasta que tu forma incandescente fue de mi gusto entero
machaqué con saña toda duda
espada mía la que yo solo puedo ver
y sin descanso le quité sus filos a los dientes del espanto
uno tras otro los coloqué en tu larga mordedura
para que igualaras a la furia más mortal
superaras al asco de los días
pudieses enfrentar a las derrotas
con implacable ventaja
pesada y segura extensión de mi alma
fui el herrero que descarga su golpe
una y otra vez para que los dupliques
en tu saña
fui el armero que admira complacido
lo que pesa en su mano
el artesano paciente que decora
con sonrisa feroz tu siempre lista empuñadura
para ceñirte mi mano se hizo más pesada
y mis dedos más ágiles mis ojos
se volvieron por ti más rápidos
más segura la descarga de mi brazo
desenvainarte es igual que respirar
nuevamente con la cabeza fuera del agua
parpadear bajo el sol otra vez
saliendo de la más oscura sombra
espada donde ardiendo está mi nombre
beso tu hoja bendigo tu esperanza
ante ti el día se ilumina
la noche retrocede
el autor vuelve a leerse
el ceño que repasa las páginas amarillentas
o ya casi por estarlo
la mano crispada que señala aquí y allá
errores omisiones lo que podría ser o estar allí
la furia de no hallarlo
el teléfono que salva de narciso un breve instante
el pensamiento que vaga como siempre
por tierras nubladas y en alguna felicidad encontrada
fugazmente se detiene
el asombro ante el espejo de papel
que de esas antiguas máscaras
no devuelve casi ninguna
solo habitantes ellas ahora de una clausurada funeraria
en mayúsculas y minúsculas los nombres que ya no recordamos
la dedicatoria a traidores o a quienes no sabían
que iban a ser víctimas nuestras o de otros
la fraterna fragancia de cuanto ah eso si lo recordamos
alguna vez nos fue querido
las preferencias repudiadas el gusto y el disgusto
nuevamente examinados colocados en balanzas nuevas
recientemente calibradas bien seguras de sí mismas
como antes
incautas inocentes hijas adoptivas
del presentido candor
del minuto
la primera intención
esos días en que dios nos hace bullying
cuando se acuerda de que nos creó
para divertirse únicamente
con la condena del perdón
llueven miserias y sorpresas sobre los hijos del hastío
la gran fiesta del mundo es una de disfraces
y el pasado no pasará
otra vez visibles los grilletes en tus pies
solo resta pintarse en la cara
los círculos del blanco
esperando ansioso los primeros disparos
somos el casillero donde una cruz
ya su dedo ha marcado
mientras sigue sigue resonando
con la condena del perdón
el big bang
esa la divina carcajada
vuelven sin despedida
los fantasmas de la afrenta
retornada / perdida en la memoria
somos los que hablan a solas
los que hacen gestos en la sala vacía
sonríen a destiempo con gallardo desprecio
pegan puñetazos que no tienen lugar alguno en la memoria
pronuncian 20 años después una frase memorable
ella sí capaz de hacer enmudecer al más osado
aquel que nos empujó para robarnos el taxi
quien nos insultó delante de terceros
el que nos humilló sin réplica posible
el que abusó de su rango la circunstancia
la edad el parentesco
espectros triunfantes sobre todo olvido
que aparecen / desaparecen / aparecen
escondidos y devueltos por un sueño de odio
que se adueña imparablemente de la vigilia
aunque sea probable que lleven ya décadas
en sus tumbas volverán a ganar esa partida añeja
una y otra vez restituido el momento
en que tuvimos la imprudencia de ser cobardes
en la ceremonia secreta que nadie debe ver
allí donde por fin inútilmente
una y otra vez con un hacha invisible
arrancamos de cuajo victoriosos sus cabezas
entonces cuando nada de la muerte nos concernía
una torpe palabra imprudente nombró sus candelabros
anticipó sus ceremonias exclusivas para los vivos
dibujó con mano temblorosa en las paredes
su inédito contorno y cerró sus labios
para no repetir cuanto ya estaba hecho
la presencia corporizada para siempre
sigue dejando su largo rastro a la par nuestra
montada en su monstruoso caracol invisible
nos persigue por las calles sin atender a los semáforos
almuerza puntualmente en la mesa de enfrente
duerme sin descanso junto a nuestras camas
les señala a sus murciélagos sonrientes
la hora exacta de su cena pero en voz baja
no vaya a ser que oigamos cuál de todas
es esa hora que tanto nos precisa
indiscreta palabra que no existía antes
y ahora todo entero lo comprende
plenos poderes al verano
y que sus hojas reverdezcan en cada sien
devolviéndonos la estatura de un atleta
todo hecho de una respiración que arde
quemando la tierra bajo sus pies
que la suma entera de la experiencia humana
se condense hasta volverse nuestra sola sangre
seamos un resplandor aunque resulte nuestra eternidad
efímera como el humo y luego apenas
un remolino quede de lo que ese instante erigió
que si todo es cambio avance
marcha y contramarcha
un solo segundo la rueda se detenga
y te veamos completa allí de pie
en nosotros tú misma ah vida entera