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Antonio Di Benedetto: Un paradigma literario. Por David Antonio Sorbille

23.03.2025 11:20 |  Noticias DiaxDia  | 

Antonio Di Benedetto, nació en la provincia de Mendoza el 2 de noviembre de 1922. Luego de cursar algunos años de abogacía, se dedicó a la actividad periodística desempeñándose como subdirector del diario “Los Andes” y, también, como corresponsal del diario “La Prensa”. Su primer libro de cuentos “Mundo animal” –la deshumanización expresada en mutación y regresión- recibió en su provincia, el Primer Premio de Literatura en el año 1953.
A partir de entonces, Di Benedetto inicia una brillante trayectoria de escritor que se consagra con la aparición de la novela “Zama” en 1956, cuya dedicatoria dice: “A las víctimas de la espera”, y comienza con la siguiente frase: “Salí de la ciudad, ribera abajo, al encuentro solitario del barco que aguardaba, sin saber cuándo vendría”.
La historia de un funcionario llamado Diego de Zama, aguardando en Asunción del Paraguay a fines del siglo XVIII, un nuevo destino dentro del imperio colonial español en América, desarrolla un estado de resignación que asfixia al personaje dentro de un espacio físico que lo degrada sin atenuantes, y se convierte en una conmovedora metáfora, tan plena de sobriedad y precisión introspectiva, que parece adelantar el tiempo de postergación y sufrimiento que abrumaría al propio autor dos décadas después.
El paradigma literario de “Zama”, está contemplado en “El concepto de ficción” de Juan José Saer, al definirlo: “Un soliloquio lírico sobre la espera, la soledad, el desgaste existencial y el fracaso”. Mientras tanto, Di Benedetto recibe premios, distinciones y condecoraciones por parte del gobierno italiano en 1969 y la Alianza Francesa en 1971.
Además, es designado miembro fundador del Club de los XIII en el año 1973, y obtiene la Beca Guggenheim en 1974. Su novela “El pentágono” (1955), fue estructurada a partir de un enlace de cuentos que en su segunda edición reordenada, se denominó “Annabella” en 1974.
“El silenciero”, que narra el delirio de un hombre de ciudad para evadirse del ruido del mundo, recibe el Premio de la Subsecretaría de Cultura de la Nación en 1964, y, junto a “Los suicidas” (1969), y “Zama”, completa la serie novelística y temática del personaje imposibilitado de vivir ante el avance del totalitarismo tecnológico que avasalla el espacio humano del escritor.
Sus magníficos relatos definidos a través de una variedad de propuestas, tanto por los temas conflictivos, como por los experimentales, en donde predomina el narrador protagonista y se plantean situaciones elaboradas desde lo metafísico y lo poético, se reunieron en los siguientes títulos: “Grot” (1957) –ganador del Premio D’Accurzio y uno de los Premios Nacionales Regionales, y reeditado en versión corregida como “Cuentos claros” (1969)-, “Declinación y ángel” (1958) y “El cariño de los tontos” -Premios SADE y Fondo Nacional de las Artes (1961)-, “Two stories” (1965), y la antología “El juicio de Dios” (1975). Admirado sin reticencias por sus pares, Jorge Luis Borges consideraba a su relato “Aballay”, como: “páginas esenciales que me han emocionado y que siguen emocionándome”.
Pero, su promisoria carrera es abruptamente interrumpida a pocas horas del golpe militar del 24 de marzo de 1976, en que Di Benedetto fue tomado prisionero por un comando militar, encarcelado durante dieciocho meses en su provincia natal y, después, en la ciudad de La Plata. Las gestiones de personalidades como Victoria Ocampo y Ernesto Sábato, entre otros, permitieron que Di Benedetto fuera liberado de ese infierno de golpes y simulacros de fusilamiento, el 4 de septiembre de 1977.
La causa de ese repudiable confinamiento, trató de ser explicada por nuestro escritor, en una nota de Flavia Costa del 1° de agosto de 1999 publicada en Clarín, de cuyo texto extraemos los siguientes párrafos: “Nunca hice política. De joven simpaticé con el socialismo romántico de Alfredo Palacios, pero a falta de otros argumentos se adujo que yo estaba vinculado a grupos violentos, cuando yo sólo he sido víctima de la violencia”.
Humillado y deprimido, Di Benedetto debió exiliarse a EE.UU., y luego a Francia y España, donde le fue muy difícil superar la tremenda experiencia pasada. No obstante, da a conocer un conjunto de relatos que giran alrededor de un mundo imprevisto que provoca desamparo y extraños procesos de animalización: “Absurdos” (1978) y “Cuentos del exilio” (1983).
Di Benedetto, regresa definitivamente a la Argentina en 1985, y ocupa un cargo de asesor de la Dirección Nacional del Libro, pero al no renovarse su contrato, terminó empleándose en la Casa de Mendoza. En 1985 publica la novela “Sombras, nada más”, y en 1987, presentan el libro póstumo “Páginas escogidas”.
Escritor de indudable talento, Di Benedetto sobrellevó con dignidad y modestia sus últimos años, hasta que un derrame cerebral lo doblegó el 10 de octubre de 1986 en la ciudad de Buenos Aires.
En la misma nota precedente del diario Clarín, el cineasta y amigo Nicolás Sarquis recuerda a Di Benedetto en una recepción junto a su hija luego de años de no verse y, después, junto a su compañera Graciela Lucero en el momento de su internación en el Hospital Italiano, definiéndolo como: “un soberbio y crepuscular pesimista, siempre tenía a su alcance un retrato de Dostoievski”.
La materia creativa de Antonio Di Benedetto, que osciló siempre entre matices desgarradores y sublimes, es la fuente inolvidable de quien solamente esperaba, que: “para morir quisiera un lugar donde nadie me reconozca”.
 
Bibliografía:
DI BENEDETTO Antonio; Zama. Alianza Editorial, Buenos Aires, 1984.
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