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Poemas de Cayetano Zemborain (Buenos Aires) 
Fundó la Asociación de Poetas Argentinos
 26.06.2025 12:00 |  
Noticias DiaxDia  | 
  Línea  y punto uno
Línea de fuego 
línea equinoccial
línea de tierra 
de agua y flotación 
Línea de tiro 
materna y paterna 
ascendente descendente colateral 
línea entre dos puntos 
tortuga y Aquiles
Líneas 
doce de las líneas
para narradores en cuevas de Altamira
para los mapas navegantes
para adivinas de las cuencas manos 
Línea recta
lo más cerca entre dos puntos
la gaviota alzando vuelo transpolar 
cerrada línea sol.
La Baba 
Yermo por silencio
manto con Golgota celeste
punción acuosa 
blandiendo habitualidades marzo 
consagró la baba en el círculo
en la espera 
en la infinita intemperie
ante atronadoras turbas.
Desierto de la niebla
Desierto de la niebla 
no resplandor orilla 
no redondez pétrea
de huestes del silencio 
nadie cabalga con marfil 
nadie exhala navíos con olores 
cuando salitre desconoce lengua 
Vendrá alguien a besar el mundo.
Habitaciones oscuras
Descubre 
bastaría por habitaciones oscuras 
intentar mano
nacer ventana sin desborde intermitente 
para tientas sea su rostro 
arcilla tensa todavía
respóndele
siguen con boca hablando.
La ventana del incienso
Número pulso 
brazo durmiendo sueño 
crujir la vida 
graznar los ademanes 
Newton 
bostezar la ventana del incienso 
la intemperie respira 
nieblas calladas 
Pronto el saltar del tigre 
taburete aro fuego garra 
tender al valle tulipanes 
y concebir al hijo pródigo 
que no retornará 
a vociferar nudillos 
sobre la palabra padre.
La cicatriz del péndulo
Invoco 
un gemido verde 
un salmo de agua
una noche intermitente 
la cicatriz del péndulo 
Desde antes 
desde mucho antes 
cavo rodillas 
adoso pieles 
y en tiesa bruma 
sueñan con trizas       campanarios
Truena vasija sueños 
Toro 
vertidos cuernos 
truena vasija sueños
la muesca biografía
en un tañir interrogante 
y
ni brisa lengua 
pelambre de arena 
catorce del carbono
o
antropo etcetera 
desovan por la noria 
Cavar las manos
quepa
la mordaza en el tamiz.
La cazadora furtiva uno 
La cazadora furtiva
ronca de playas
ocupa habitaciones anémonas 
desecha endilga
regurgita lanzas
sumerge lobos lagos
garganta catarata 
tos.
La cazadora furtiva dos 
La cazadora furtiva 
ojo máscara espejo 
retorna
meticulosamente retorna
con mueca pantomima 
desencajar oído 
de muro complicitada hiedra
orográfica escalando 
peaje piel 
tos 
La cazadora furtiva tres  
La cazadora furtiva 
agazapa cielos 
colérica por trueno
golpe timbal candombe 
tenor repiquetea calle 
sonido bombay serpiente 
hiroshima einstein
tos 
Miedos de neón
Lumbre     planicie 
negras murmuraciones     ventana vidrio 
tronar pezuñas 
con piedra tallada
por barranca floresta 
niño maria desventura 
la ceniza horaria 
la construcción sonámbula 
la urgida desnudez 
himnos profetizando bosques 
sombras    espaldas 
miedos de neón y estrellas
El reloj manuscrito
Entonces no fue letargo
sueño del pie        Nagasaki espejo
Tirol en las praderas
reloj manuscrito
cavada fosa viento
Fue Edison a giorno Boston      New Jersey
polen sobre oreja     homo miedo sapiens
Armstrong trompeta Armstrong
insectos en raspar zumbidos
fronda del manzano
dispersando belleza
Su corazón tinaja con tatuajes
Fónica pliega
la incisión la astilla
grises despiertos
el cromo Delta de memoria
dedos círculos diamantes
los desbordes Chanel
cauces de palabras
cauces de papel
su corazón tinaja con tatuajes
Árbol prohibido
Retomar
ojos ajados
de pleamar a cólera
con himno lengua
bajo llanto planicie
Verbigracia
la carnal levadura
ígnea la prisa
luxación de manzanas
La pausa  la pausa
bagual los aposentos
Línea y punto dos
Que hacer con tantas líneas
casa del puente
habitación Van Gogh
un horizonte una cintura
un ecuador
un fresno por la caja
un acopio de ojos
y una vertiente de aceite y sal
sobre las caras del útero
Caja
Zeus Pandora Epimeteo
Celebran los trigramas
Caja
nueve lunas tus líneas
Caja
el tercer arcón
Caja
Zenón de la flecha
Caja
y el cuerpo vertido noche
Caja
velado de reposo a palabras
Caja
traza su línea 
una brumosa línea
entre dos puntos
La cama amarilla 
Rodeamos a mamá
en su cama amarilla
y mientras cerraba sus ojos 
entonamos aquella vieja canción infantil
con la que arrullaba a nuestros pequeños cuerpos
Marina imitó con un fuerte alarido
el primer pujo que hace treinta años
sostuviera su garganta
Juan con un raspar metálico
machacaba de ella su cuchillo de cocina
y lagrimeaba la cebolla
o al rato entre el sopor
perfumado de las flores en corona
en las paredes cerradas de la pieza
ladraba como Cachilo
y mi pequeña hermana lo reprendía
con la voz de mamá 
Arremetíamos nuevamente
con el Antón Pirulero
como en aquellos días felices
hasta que Pablo y Marta
sonaban en quejidos al igual
que las cópulas frecuentes
de padre y madre
Entre tanto
desde su cama amarilla
se elevaban sus ojos lacerados por el dolor
tratando de conseguir
el perdón de los pecados
la resurrección de la carne
la vida perdurable
o
algo así 
Cayetano Zemborain nació en Quilmes, Buenos Aires (1946/2023). Integró con los poetas Julio Cesar Invierno, Beatriz Avolio y Gabriela Mársico el Gru-Poe-Sia 4. En 1987 con Mario Sampaolesi, Maria Rosa Lojo, Luis Benítez, Santiago Espel, Jorge Clemente y Graciela Araoz, participa del grupo literario Los Siete Locos. Funda en diciembre de 1989 la Asociación de Poetas Argentinos (APOA). Director de la revista Poetas y co-director junto con  Esteban Moore y Mario Sampaolesi de la revista La Isla de Barataria. Fue Presidente de la Federación del Arte y la Cultura de la República Argentina y uno de los miembros fundadores de la SEA.
Entre sus publicaciones, los ensayos La insensible poesía y El recorrido en el poema, y  los poemarios El reloj manuscrito y Extrañas poesías, con el que ganó el premio “Puma de Oro” de la Fundación Argentina para la Poesía.