EMBRUJADA. Por Susana Quiroga (Jujuy)

Pero que los hay, los hay”

decía mi papá

 

A ella la han trabajado, falseada su energía, habitada por otras malsanas, incómodas, cobardes, como la mente de ese o esa labrador/a egoísta envidioso/a.      Y la tuvieron que curar, doctoras que perciben ciertos ataduras, ciertos embrujos. Entonces, ella empezó a soñar. Todas las noches soñaba, y lo raro, que al despertar, se acordaba de esos sueños. 

      Nada que ver con el filósofo chino Zhuangzi que se quedó dormido un día y soñó que era una mariposa. Al despertar no  sabía si era un hombre que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa que soñaba que era un hombre.

     O como aquella mujer, ella, que no sabía si los personajes desconocidos de sus sueños eran reales, de alguna dimensión, o simples sueños. Entonces, pensó en la vida, y si la  vida era un sueño como sus propios sueños, o era otra realidad. O si a través de sus sueños quería escapar de la realidad. Y le vino a la mente Calderón de la Barca que ante la pregunta: Qué es la vida, la respuesta fue “toda la vida es sueño y los sueños, sueños son". Recordó esa frase que a la madre le gustaba y las dos, la madre y ella, repetían como un juego mnemotécnico una y otra vez.

      Y hablando del sueño que, ahora tratada, la invadía y la develaba al despertar, le vino a la mente ese cuento de Borges, Las ruinas circulares.  Ese cuento que narra la historia de un hombre sin nombre que intenta crear a otro hombre a través del sueño. Intenta que el hijo y otros que no se quemen en el fuego porque parten de un sueño, pero cuando él tampoco se quema comprende trágicamente que él también es un sueño. El fuego es el tiempo. Es el tiempo? El que destruye, devasta, quema, salvo el de la candela protectora. Cuento tan borgiano que reapareció varias veces primero en 1940 en la revista literaria Sur,  por segunda vez en 1941, cuando fue incluido en la colección El jardín de senderos que se bifurcan, y más tarde en el libro Ficciones, en1944.  Ja! Será ese sueño repetido el inspirador de los propios? 

     Lo cierto es, que ella no sabe si los sueños que sueña son parte de la sanación, que pretende liberarla de ataduras, porque esos sueños crean nuevos rostros, envoltorios desconocidos que la hacen pensar. Ella cree ser la mariposa soñada por algunas mentes, y sí, le gusta sentirse mariposa y recuerda su primer poema publicado, titulado Mariposas. Todo se entreteje, el embrujo, el sueño, la candela, el poema. Acaso quieren rescatar a una mujer, ella, de una realidad, embrujada o soñada? ¿Cómo será?