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Poemas de Bettina Ballarini (Mendoza)
10.07.2025 19:31 |
Noticias DiaxDia |
(EL LIBRO DE JUANA- Jagüel Editores de Mendoza)
PUDISTE LLAMARTE EVA O MARÍA O MAGDALENA
ni Herodías ni Salomé estaban en la onomástica de tus
padres,
tal vez tu madre sabía que dar nombre es dar estrella
y tu padre quería tu nombre redondo para su raíz.
Como naciste mujer y nada ni nadie podían evitarlo,
te llamas Juana. Juana a secas, solamente Juana.
Aunque pudiste llevar tres nombres
como las princesas.
Muchas juanas hay en la historia que nacieron en la fe
y fueron evangelios en la proscripción del silencio.
Una, encerrada por disparates o por la locura
de haber dado a luz un magno emperador,
cuando solo era otra mujer más.
Y hay juanas poetas.
Sobre todas, la que cautiva fue libre en versos.
Y está también la Juana
de guerrilla por nuestra América.
Y hay más cuantiosas juanas sin pasión legendaria.
Será bueno que sepas, desde temprano,
que es un caleidoscopio audaz,
difícil, comprometido,
este asunto de llamarse Juana
y a secas.
ESTÁS
sigues
respirando
haciendo este acto
aprendido sin saber
a veces vas a decir que no puedes
que no vas a poder
y de pronto desnudas
lo bueno lo malo lo neutro
la escala de grises de tu memoria
de tus olvidos
la peripecia de las historias
el orden doméstico
los contratos y las claúsulas
que puedas y que no podrías pactar
y en un instante
agónica y resucitada
herida
intacta
libre
esclava
repites
conmovedora
el programa
de sístoles y diástoles:
que sigues
que estás
que respiras
que te darás tu propio nombre
aun
con tus pechos caídos.
PODRÁS SER
todo lo que dicen
que sucedió entre huertos y bosques,
incluso el manzano con serpiente
antes de nacida.
Luego la caperuza de color rojo
como el rojo de esas manzanas
que atraen lobos de grandes ojos
y dientes.
Pero guárdate de los espejos
porque tienen revés,
en tiempo y espacio un revés
donde se disuelven los intentos
de encontrarte indemne.
Guárdate de esas otras malvadas
manzanas envenenadas,
por si no quedan príncipes comedidos
ni puntuales corceles blancos.
Y, en especial, guárdate
de la serenidad de cada sueño
semejante a un bautismo.
Porque al cabo, nadie te guardará.
Y si te salvaran unas palabras mágicas
habrás de repetir:
“soy la que de noche va y anda llevando
la luz y la mira.
Delante y adentro la luz
y elijo
todo lo que ilumina”.
DE TU PADRE APRENDERÁS
a sacar cuentas en el aire hasta de cinco cifras
y que los resultados deben ser exactos.
Quizás tu padre olvide
que las operaciones primarias
también están sujetas a egoísmos y prejuicios.
De tu madre,
que hay un dios en la calma y la paciencia
y es celestial la pasión
que nos concede la propia palabra;
que cantar bien o mal es el gesto
derramado de transparencias en cualquier sitio.
Pero a lo mejor tu madre se olvide
de atarte cintas coloradas y patas de conejo
para que no te aturdas
entre la tolerancia y la indulgencia.
Te contarán en la familia
algunas pequeñas historias
que desbordaron y desbordarán la vida.
Aunque ninguno
hablará del dolor en los huesos
de la vieja abuela de Caperucita
agarrotada dentro del lobo.
Ni de que el enano Gruñón
era un psicópata furtivo
detrás de Blancanieves.
¡Tan frágiles, incómodas y duras
las zapatillas de cristal de Cenicienta!
Ni de la violencia sobre Penélope
amarrada a un tejido y a un viajero,
ni aun sobre Circe, la maga,
que no pudo conjurarse a sí misma
como amante abandonada,
ni del estupor diverso de ser madre
y tal vez Hécuba
o una madre de la plaza desolada
de pañuelos blancos.
Me hubiera gustado contarte,
desde el principio,
aunque el hubiera no existe,
lo que le cuesta a una mujer
concluir historia
y ser moraleja.
PONER LA MANO EN LA PARED
y doblar siempre a la izquierda
para todo lento laberinto.
Ya no es posible ser Ariadna,
apenas si se puede desmadejar el ovillo.
NI paloma. Ni mártir.
Son tantos laberintos
como minotauros y teseos
y salidas, como calles ciegas.
Acaso tengas que seguir buscando
otra manera de mujer.
SEGURO QUE NO ERES PRINCESA
Te desplomas en el colchón y te duermes
y no hay guisantes que germinan y crecen
llevándote al cielo mágico
donde el ogro y su mujer
toman el té y te regalan
un reloj con conejo.
Seguro que no eres princesa
porque te duelen los pies
y no tienes un huso de oro, ni en tu casa
hay un espejo que habla
y te dice que eres la más bonita.
Ni tienes trenzas tan largas
que si se sueltan te salvan
del peine de tu mamá.
Seguro que no eres princesa
porque te da hambre y si comes
mucho chocolate
dice tu mamá que te dolerá la panza
y te dará fiebre y no podrás ir a la escuela
donde la maestra es como tu segunda mamá
que te peina dibujos y palabras.
Seguro que no eres princesa,
porque tu maestra y tu mamá te dan tareas
y tu papá trabaja todo el día y no de rey
y tu mamá le dice que el dinero ya no alcanza.
Seguro que no eres princesa
porque tu sangre es completamente roja.
Pero cuando seas grande,
como tu mamá y tu maestra,
si es que te dieran a elegir
que no seas propiamente tú,
quizás se te ocurra
ser una viña llena de racimos
y convertirte en ese vino
que beben los poetas.
Ellos parecen ser los únicos
creyentes en las princesas.
PENSARÁS QUE EN UNA NOCHE O UN DÍA
se cumplirá el fuego.
Pensarás con los ojos y los puños apretados,
como se hace con los deseos,
que la vida que te dieron y te dijeron
ha de ser el punto de cocción de los años
cocido con la propia vida.
Pensarás que Prometeo pudo ser mujer.
Aunque es mejor que interpretes
que la única urgencia
es bajarse de los mitos
para dejarse caer.
COMO TODOS ENSAYARÁS LOS PRIMEROS TRAZOS
dibujando a la par casas con techos de tejas rojas
y jardines multicolor cercados con maderas
de la inmaculada concepción del blanco.
No faltará connivencia de cortinas.
No faltará la hiedra. El árbol. El caminito.
Ni esa sensación de algodón en las nubes.
(La chimenea con humo o sin humo sabrás más tarde
que dice cosas de ti que no siempre has sabido).
Esas casas te enseñarán
a mantener la paz de la familia
y el silencio de los vecinos.
Con el tiempo entenderás
que más te habrán alentado
los incipientes trazos
de tus soles despeinados.
EN PUNTO AMANECE
La tierra gira firme en su engranaje
de dientes por momentos aceitados.
Vacilarás bajo la luz
para elegirte
entre los pájaros que cantan
y la provocación de escaparte
y volar.
UN SOLO INSTANTE
llenará tu reloj de arena.
TORBELLINO
Escalera caracol
que revuelve
la vereda la plaza la sangre
el humo
del cuerpo.
Nadie imagina
el vértigo escandaloso
de estar hoja de otoño
y ser mujer
tan desnuda.
HAY DÍAS PARA LEVANTAR
amplios castillos de aire azules o verdes o rojos
y amarillos de sol adentro.
.
Días para alzar desde los pulmones
esos setenta veces siete escalones de cielo
y subirse a la torre más alta
para mirarse a lo lejos viniendo como antes:
el pelo al viento, el paso firme y la sed de siempre,
la del hueco en el vientre
por donde una vez se derramó el universo.
Y es cierto,
hay días de silencios sin puertas ni ventanas.
Días de ausencias, no puentes.
De exilios largos exilios.
Espejos y fobias.
Hay días que la lluvia siempre está por llover
y resulta pequeña la casa.
Hay días de mojarse los pies en el madrugador
rocío del pasto.
Hay días para morder todas las frutas de estación
con la astucia de nuestro sexo.
Y días para echarnos un baldazo de agua fría
cuando uno a uno nuestros hilos
no tejan ni el pedernal
ni el río.
DICEN QUE LAS MUJERES
somos propensas al pensamiento mágico.
Quizás será por eso que nos confían
la religión de los hijos;
claro que en todo caso probado
de manipulación de las escobas
nada más que para limpiar la casa.
Dicho está. No siempre escrito,
en virtud de esa severa
gerencia de la palabra escrita
que aconsejan los manuales
y algunas filosofías de los hombres.
Sin duda,
tú podrás cosas maravillosas.
Pero que no te vea nadie
si bajo el rocío de la noche
invocas
perder la noción del tiempo
para emprender elástica
cada mañana.
SIN SERPIENTES INOCENTE
evanescente Juana
te evaporas navegas
tan lejos tan cerca
difusa malva
desatas con tus dientes las cuentas
de la luna mayor que te lleva
y tus pies y tus piernas
el barro rojizo en la cabeza
el contrapunto del sexo.
Eres todas:
Eva
Herodías
María
Magdalena
Salomé
y la que bosteza
en el aburrido ombligo de tantas
agobiadas y mudables certezas
sobre de qué se trata ser mujer .
Abre tus ojos,
eres la dueña de esos evangelios,
Y extiende la lengua.
El mundo
siempre tendrá escaramuzas
de tibias gotas de sal
y azúcar
para tu boca.
Bettina Ballarini nació en Godoy Cruz, Mendoza (1960/2025). Egresó de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo como Profesora de Enseñanza Media y Superior en Letras y Licenciada en Letras. Se especializó en Buenos Aires, Argentina, y en Valencia, España, en Guion y Producción Audiovisual.
Docente e investigadora de la Universidad Nacional de Cuyo en la Facultad de Filosofía y Letras. En 1990 fue una de las fundadoras de la Escuela Regional Cuyo de Cine y Video (Provincia de Mendoza, Argentina), donde también ejerció como docente de Guión y Directora, desde 1990 y hasta 1997 inclusive. También desde 1990 y hasta 2018, ejerció en la docencia y en la gestión del Nivel Superior de la Provincia de Mendoza. Fundó y dirigió en la Facultad de Filosofía y Letras (UNCuyo) la Cátedra Libre “María Luisa Bemberg”.
Ha publicado entre el 2000 y el 2013 los libros de poema Espacios que los pájaros pierden, Sin fundación mítica, La cantina del alba y Bananaspleen. Ha sido seleccionada para las antologías La ruptura del silencio; poesía mendocina contemporánea y Promisorios y promiscuos; poetas mendocinos contemporáneos. En 2016 fue seleccionada para la Antología Federal de Poesía Cuyo Andino, del
Consejo Federal de Inversiones (CFI). Su libro, Lejos de Liboa, ha recibido una muy buena crítica.
Para niños y jóvenes publicó las ficciones El príncipe Narancho y el misterio de las nueces, El Conde Polán, la anciana Meli y el roble, De dónde vino la Sol Pol, El tiempo de la chicharra y Los ojos del desierto (colección de relatos sobre tradiciones orales mendocinas).
Fue seleccionada en el Certamen Cuyo 2019 por la editorial Desde la gente (Buenos Aires, Argentina), para integrar la selección Cuentos de la ruta del sol.
Además de publicaciones científicas y periodísticas, ha actuado desde 1994 como productora, guionista y/o directora de videos, espectáculos de danza, teatro y multimedia. Recibió premios por sus poemas, fotografías, videos y proyectos de desarrollo comunitario, entre ellos, la nominación al Premio Presidencial de Educación Solidaria, por el proyecto: “Promoción personal y comunitaria de los
puesteros jóvenes y adultos de la Reserva Bosques de Telteca, LavalleMendoza”, desarrollado entre el 2000 y el 2004.
Desde 2010 fundó y dirigió el emprendimiento editorial independiente Jagüel Editores de Mendoza.