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DOSSIER 10 POETAS ARGENTINXS NACIDOS EN LOS 90. Nazarena Luz Jaramillo, Chubut. Por Sergio Morán
28.09.2025 12:17 |
Noticias DiaxDia |
¿Qué es la poesía para vos? ¿Cuál es su función en el momento presente?
N.L.J: Sospecho que la poesía es una modalidad del ser y el estar de ciertas cosas, de ciertos seres, afectos y acontecimientos. Quien hace poesía en realidad atestigua el acontecer de algo que ya existe per se. Por ejemplo:
Una niñez de sombrero,
chaleco y guitarra al hombro
una niñez de círculos de fuego en las mejillas niñez de campo.
Lejanía a pie
¿A dónde es que vas?
Pa arribita nomás
¿es que te vas al cielo?
No, pa allí arribita vivo nomás.
Eso, no es un poema que yo invento, es nombrar al modo de un cronista a la poesía sucediendo.
¿Tiene una función la poesía? Supongo que en el presente hace las veces de un espejo o gran reflejo identificatorio del yo. Una especie de mostración imaginaria del sí mismo. Quiero decir, suele ser parte de la espectacularización del yo bajo la pomposa palabra : el / la poeta.
Pero, por sí sola y en toda temporalidad, la poética - me interesa pensarla así - funciona para volver disfuncional al lenguaje, al sentido común, a los discursos amo de cada época.
¿Qué poéticas te interesan?
N.L.J: Me interesa la poética que no es pretenciosa. Que no surge del acto onanista de un poeta con las palabras. Sino aquella que decanta cuando un cuerpo se deja atravesar por algo que le excede, y entonces no puedo hacer otra cosa que hablar o decir en una lengua extraña, casi como si conjurara.
¿Cómo definirías tu propia poesía?
N.L.J: La poesía cambió según el momento subjetivo y territorial en el que me encontraba. Inicialmente fue una poética auto referencial y sintomática, de allí que la desbordara un aura de visceralidad y pathos, siendo también política y contestataria, coincidiendo con el habitar la urbanidad en mi primera juventud. Posteriormente eso fue decantando cuando fui regresando a la geografía que modera mi espíritu: El Sur. En ese tránsito, mi poética fue más lárica - empleando el término descrito por el chileno Jorge Teiller - y al mismo tiempo fue saliendo del ensimismamiento neurótico, y del regodeo de la palabra por la palabra.
Finalmente en la actualidad me vínculo con lo poético sin escribirlo - al menos no en el sentido común de lo que significa escribir poesía - más bien atestiguo lo poético inventando un estar diario particular, en mi quehacer como psicoanalista pero también cuando fotografío, cuando hablo, cuando leo , escucho y deseo.
Es decir, apuesto a que lo poético puede prescindir perfectamente de los poetas. La poesía, se hace sola. Y encuentra los modos más insólitos para existir, solo hay que agudizar el ojo, sin que ello signifique necesariamente tener que leer en sentido estricto. Más bien se trata de aprender a leer la lengua, y eso se hace con todo el cuerpo.
En tu opinión ¿qué poetas han influido en la poesía joven del país o de tu provincia?
N.L.J: La poesía en esta latitud, a mí entender tiene tradición oral. Tiene el germen - no siempre consciente- del contar, desde un sueño y su materialidad poética, a un chisme, a una memoria alegre o triste, hasta el contar leyendas. También hay influencias de la geografía y sus características, la territorialidad con su historia hace influencia. Y en esto que nombro no señalo nombres propios - sin dudas los hay - pero también hay un material poético en lo cotidiano que pertenece a todos y a nadie en simultáneo, y que intercepta los modos de hacer poesía, porque la poesía ocurre en una territorialidad , no es un artilugio meramente abstracto o intelectual.
¿Te gustaría agregar algo?
N.L.J: Recuperar la potencia y la presencia de la territorialidad en el quehacer poético, recuperar la voz con acento, el agenciamiento de un cuerpo colectivo que habla como pueblo, recuperar la lengua en lazo con otros… quizás algo de eso nos permita sostener los restos de la dignidad de la palabra en tiempos de un goce muerto.
Poesía quizás hoy sea decir, pero no cualquier cosa ni de cualquier modo.
Presentamos una breve selección de poemas de Nazarena Luz Jaramillo:
EVOCACIÓN
Hilos blancos
la trenza
infinita
tras los años
su hija
Hilos blancos
manda a teñir
la trenza infinita
a cortar
yo
usando de peine mis niñas manos
infinita la trenza
inmenso el misterio de aquel pañuelo
que ahora iba al cuello
pero había sido munulonco cubriendo el pelo.
LA LENGUA
¡¡Hable en paisano abuela, hable!!
primero era la luna nacida en su boca
primero era el cerco de dientes y agujeros negros
a la luna eclipsando
¡¡Hable en paisano abuela, hable!!
segundo era el empequeñecimiento de sus ojos
segundo era la profundidad acrecentada
de los surcos en su cara
trazando estuporosas cartografías avergonzadas.
¡¡Hable en paisano abuela, hable!!
¡¡Hable!!
¡¡Hable!!
Así abruptamente
venía corriendo veloz la lengua
como un cauce de agua imposible de atrapar
como si se conjurara a la fuerza
como si el paso de las palabras en danza por la lengua
doliera.
Nosotros reíamos sin saber cómo
se guardan y cuidan los lenguajes
reíamos y no aprendíamos,
la risa hamacaba hasta dormir al desconocimiento,
la risa lavaba la culpa de haber traído a los empujones
el decir “paisano” que se había llamado a silencio,
como se llama a silencio para que hable solo el gesto.
Acaso porque revivir la lengua sea revivir el momento
en que el decir paisano
era
prohibido,
era
declarado muerto.
ACTO DE MEMORIA
La abuela juntó las manos
conservando el recuerdo en ese nido:
Era verde el vestido,
con enaguas de almidón.
A los quince años el primer vestido
regalo de la esposa del patrón.
POBLADORA
He poblado lo siniestro de las despoblaciones,
entre la ponzoñosa agua de lo que crece en tierra de piedra y coirón, y la libertad con que los brujos se vuelven remolino por las tardes.
He poblado la paradojal mixtura de las despoblaciones,
entre personajes espantapájaros, fotografías de la historia en madera y cartón, el juego con los que no podían jugar, y el olor a las abnegaciones hijas de todo lo que hizo falta.
He poblado lo desgraciado de las despoblaciones,
su estar implantado a los pies de las montañas, en el abandono encaprichado de hombres de extraviada huella.
He poblado la mentira de la despoblación, lo en apariencia deshabitado se puebla
con cada exhalación que la sangre comanda.
Verá las razones de por qué usted no se me hermana,
porque por estos lares que son su cuna y su casa,
yo voy con la carne poblada de crudezas y hazañas que se tejen con la lengua silvestre que aquí ya no se habla;
voy por estos laberintos que son su omnipotencia y su gracia, con la memoria agujereada por imágenes ariscas
ya ve porque usted no se me hermana,
porque yo he nacido en la crudeza de cierto hueco, sin adorno ni cemento.
Porque la noche fue para mí azul con lo blanco cayendo,
porque septiembre era de color lila, y perfume de niña mezclado con lo sobrio de las velas en rezo o cementerios.
Si no se me hermana es porque llevo la memoria cargada
de paisajes que a usted se le escapan.
Porque a mí su avidez se me escurre, porque sus pretensiones me son sin hueso,
sin sabor a ningún suelo.
He poblado lo decapitado,
lo anarco de las costumbres que se hacen solas, y la niñez, la niñez desbordante.
Si usted no se me hermana es porque nuestros brazos no hacen la ronda de las pasiones que cobijen los sueños por contar y los presagios que se avecinan,
porque no hacen la ronda que nos trence en canto, y aún en nuestras rabias e instintos homicidas.
He poblado su despoblado conocimiento de la raíz y el fuego.
Si usted no se me hermana es porque no me ha dicho
aún
con qué cosas usted hace pueblo.
CONTINGENCIAS
Cuando muera nadie cantará
poemas ni leyendas de los derrumbes
que una vez me compungieron la carne.
Si fui un puñado de huesos perecedero
un accidente del agua silvestre
sin geometrías
en tiempos donde la civilización en su ley
duerme sola
si fui inmigrante que arribó
a la encarnación del anémico asfalto.
Mientras viva sabré que la noche
no cosecha tibiezas
y aunque yo hile misterios
bajo el fuego poblador
contra el fuego de la inquisición
puede que no me salve.
La calle abre su boca
para que pasen las guerras humanas
quién dirá en medio de tanta fórmula de revueltas,
si fui digna combatiente
quizás un día despierte y alguien anuncie
que sí valieron
-balearon-
las palabras,
tal vez exista una sublevación de golondrinas
agujereando con rabia al mundo y su artillería.
La víbora queja anuncia
lo que ha aún sigue faltando
desgranados los ojos
de los que amanecimos mirando.
Ahora y hacia atrás
llamamos a las puertas de una tristeza
al margen de las rosas
comiendo pan negro.
Todo cae a tierra,
se revelan las rasgaduras
cuando caen las suturas.
Hacía el fondo todo crece
-frente a las apariciones de los cielos-
hacía allí van las cosas arrancadas
para nacer muriendo.
Nazarena Luz Jaramillo, nacida el 09/10/1992 en El Maitén, Chubut. Es Licenciada en Psicología por la UBA, es practicante del Psicoanálisis y como marca vital en ella se encuentra el haber escrito poesía. De aquel tiempo siguieron tres libros auto gestionados e improvisados: Grietas (2015), Malezas (2017) y Savia Bruta (2021) .