La elección de textos de Federico García Lorca, realizada por la actriz y directora Analía García Fedra, con la interpretación de Osmar Núñez, en la obra teatral Con Federico, es una conjunción de poesía y prosa.
Los poemas tempranos de Lorca se cruzan con fragmentos de su dramaturgia, conferencias y reportajes, en los que queda definido su rol de artista frente al lugar que vio nacer su don poético.
La infancia y la juventud fluyen entre la naturaleza del paisaje andaluz, el espíritu romántico, la personificación de las caracolas, las abejas, los lagartos y las ranas en un espacio lúdico donde se conjugan la descripción y el diálogo. Amanecía/ En el naranjel/ Abejitas de oro/ buscaban la miel. …Me han traído una caracola/. Dentro le canta/ Un mar de mapa. En el retrato poético, convive un canto metafórico y musical. También aflora la narrativa del pueblo del poeta: Cuando yo era niño vivía en un pueblito muy callado y oloroso de la vega de Granada. El caserío es pequeño y blanco y está todo besado de humedad. /En ese pueblo yo seré tierra y flores… Todo aquello pasó. De niño campesino me he convertido en señorito de ciudad, pero nunca olvido al pueblo.
Osmar Núñez evoca, en un tono íntimo y emocional, la poesía y la prosa por momentos con una lirica de gesticulación sobria y en otros de elocuente expresividad, transmitiendo emociones profundas. No sólo interpreta un personaje, sino que dialoga con Federico García Lorca, lo corporiza y le da voz con un rigor trascendente.
Cada gesto de este actor versátil, que interpretó a los personajes más diversos, se transforman en un Lorca real al punto que da la sensación de que es el poeta el que habla, recita, lee y dialoga. Mamá/ yo quiero ser de plata/ Hijo/ tendrás mucho frio/ Mamá/ yo quiero ser de agua/
El monólogo se torna canción y diálogo con la dirección y el acompañamiento musical de Analía Fedra García, sentada frente al piano. La puesta es sobria y precisa. Hay en el escenario además del piano, un banco y algunos objetos. Es adecuada para el despliegue de este gran actor que nos tiene acostumbrado a interpretaciones notables. Por eso el tono y el gesto exacto para cada texto, expresado desde el cuerpo y el espíritu.
Por momentos, la música acompaña al poemario. Unos instantes de cercanía y entrega expresiva de ambos actores, en la cadencia de unos fragmentos, muy bien elegidos por García Fedra, no exentos de placeres y heridas. Por eso funciona con un parlamento lirico y a la vez potente.
Osmar Núñez, nos traslada con su expresividad habitual, desde un “Caracol aventurero” hasta “Doña Rosita la soltera” Rosita/ ¿Por qué tus ojos traidores/ Con los míos se fundieron? / ¿Por qué tus manos tejieron/ Sobre mi cabeza, flores?
En Mariana Pineda, la potencia, la soledad, el sufrimiento y la muerte acontecen y se entretejen en cada verso. Pedro: ¡Quién pudiera pagarte lo que has hecho por mí, mi Marianita Pineda! / Toda mi sangre es nueva, porque tú me la has dado/ Exponiendo tu débil corazón al peligro/ ¡Qué sola estás, cercada de maliciosa gente!
Federico García Lorca es un poeta que escribió desde la memoria y nunca desde el olvido. El pasado es un tiempo de evocaciones no pendientes. Es un perpetuo presente donde nunca lo asesinaron. Él vive porque su poesía y su dramaturgia respiran a través de las décadas. Fluye su sangre renacida sobre la tierra que nutre las vides y los nogales. Asomo la cabeza/ Por mi ventana y veo/ Cómo quiere cortarla/ la cuchilla del viento/ En esta guillotina/ Invisible, yo he puesto/ La cabeza sin ojos/ De todos mis deseos. Metáforas que nos hablan del amor y de la muerte, como si la presintiera cercana, como de hecho ocurrió.
Hay una mixtura de poesía tradicional y de vanguardia. El deseo y la condición humana siempre incierta, expresan imágenes oníricas, en algunos casos de devenir amoroso y existencial. EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA. Amor de mis entrañas, viva muerte/ en vano espero tu palabra escrita/ y pienso, con la flor que se marchita/ que si vivo sin mí quiero perderte.
CON FEDERICO es una obra a corazón abierto, es imposible no emocionarse y disfrutar de las interpretaciones y los textos: /Con Federico, los lagartos lloran y los caracoles piensan en la vida eterna. Con Federico, el pueblo guarda leyendas y el cuerpo atesora deseos. Con Federico, pensamos en el teatro de hoy y de mañana. Con Federico, queremos dejar de ser pájaros cautivos. Y Con Mariana Pineda, parte Federico/
La vigencia de Lorca, un artista comprometido con su tiempo, está más presente que nunca. Por eso sus versos auguran un renacer, un deseo que no puede ser vulnerado por la muerte. DESPEDIDA Si muero/ dejad el balcón abierto/ El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo). El segador siega el trigo (Desde mi balcón lo siento). ¡Si muero, dejad el balcón abierto!
No hay en el poeta granadino una poesía redentora ni complaciente. No hay juegos estériles de palabras. Hay una mirada existencial profunda que prescinde de toda banalidad. Los sueños siempre son distintos, toman carnadura y vida propia. No son un simple recurso estético. Generan espacios de libertad y deseo.
Con Federico es una obra imprescindible por su sentimiento y plena vigencia. En ella conviven lo lírico y lo trágico en una evocación sensitiva y teatral que sumerge con fluidez en el mundo lorquiano.
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