Los legisladores Virginia González Gass (Partido Socialista Auténtico), Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica- ARI), Edgardo Form (Nuevo Encuentro) y Laura García Tuñon (Buenos Aires para Todos) participaron en el debate sobre la Nueva Escuela Secundaria (NES) que se realizó en el Salón Perón de la Legislatura Porteña.
Sin la presencia de la Directora General de Planeamiento Educativo del GCBA, los panelistas Susana Colli (Ademys), Pablo Imen (pedagogo e investigador de la UBA), Ariel Zigman (asesor en el Ministerio de Educación de la Nación) y Guillermo Parodi (Unión de Trabajadores Estatales), reflexionaron sobre la políticas educativas en la Ciudad junto a docentes, alumnos, padres y referentes de centros estudiantiles.
Todos ellos tuvieron la posibilidad de manifestar sus inquietudes y disidencias respecto al proyecto de reforma.
Uno de los principales cuestionamientos se relacionó con los peligros eventuales de las modificaciones curriculares, que alteran el espíritu inclusivo y democratizador que históricamente caracteriza a la escuela pública.
A esto se sumó el reclamo por la falta de atención a las demandas y propuestas elaboradas por la comunidad educativa.
Entre los puntos conflictivos que presenta la NES fueron mencionados la reducción de la carga horaria de materias centrales para la formación media, la cración de talleres poco relevantes para potenciar el crecimiento de los alumnos y la drástica reducción de la cantidad de orientaciones.
"Uno de los temas que más nos preocupa es la elección de las orientaciones. Hay muchísimas gamas de orientaciones en la Ciudad y se han reducido a 10" dijo la diputada González Gass.
"No hay una evaluación del impacto de este cambio curricular. No se aplicó en ningún colegio, ni existieron pruebas piloto. Para apuntar a un cambio curricular tenemos que tener una ley de educación y aquí en la ciudad eso no lo tenemos", agregó la legisladora socialista.
En un comunicado expresan que la implementación de cualquier reforma requiere una evaluación previa para conocer cuáles van a ser sus dificultades, aquellos aspectos problemáticos y los que requieran algún cambio. Para esto es necesario un trabajo diagnóstico en donde se elaboren planes, programas y proyectos calendarizados, a los efectos de presentar soluciones sobre problemas concretos.
Agregan que la política educativa en la Ciudad adolece de este diagnóstico porque la toma de decisiones las realiza el Poder Ejecutivo de forma unilateral sin escuchar a la ciudadanía, sean padres, alumnos o trabajadores docentes.