"Una de las bases para consolidar el modelo industrial iniciado en 2003 es profundizar las experiencias de asociación público-privada para el desarrollo de tecnología de punta", aseguró la ministra en un comunicado.
"Años atrás, a los científicos los mandaban a lavar los platos, pero forman parte del ADN de lo que queremos para nuestra industria: tecnología, innovación y más agregación de valor", afirmó.
Entre otras iniciativas, destacó la creación del centro de nanoelectrónica formado a partir de un consorcio integrado por el Ministerio de Industria, empresas privadas y universidades nacionales.
Asimismo, ponderó la creación de la vacuna contra la hidatidosis por parte de un laboratorio privado financiado con fondos públicos y el desarrollo de anticuerpos monoclonales a partir de una asociación ad-hoc entre laboratorios privados, el INTI, la Universidad de Quilmes y la UBA.
El Centro INTI de Micro y Nanoelectrónica del Bicentenario se creó mediante un consorcio público-privado integrado por las cámaras que agrupan a la industria electrónica y eléctrica, la empresa Unitec Blue, las fundaciones Argentina de Nanotecnología, Sadosky y Saber Cómo, y las Universidades Nacionales de San Martín, La Matanza y del Sur.
Otro caso de sinergia público-privada permitió a la empresa Tecnovax desarrollar la vacuna contra la hidatidosis, enfermedad parasitaria contagiosa con mayor cantidad de casos reportados en Argentina, muy por encima de la brucelosis y la leptospirosis.
En el 2009, el Ministerio de Industria otorgó un crédito por 400.000 pesos de una línea de financiamiento blando para pymes, para la construcción de un área específica de liofilización.
Actualmente, la empresa exporta sus productos a más de 15 países y en 2011, conjuntamente con acuerdos de investigación con el Ministerio de Ciencia y Tecnología, desarrolló la vacuna.
Para la creación de anticuerpos monoclonales, en 2010 conformó una asociación ad-hoc entre el Centro de Biotecnología del INTI, el laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad Nacional de Quilmes, el Instituto Roffo (UBA) y las empresas Romikin, Laboratorio Elea y PharmADN.
En tanto, la empresa Sinergium Biotech recibió financiamiento del Estado a través del Programa de Financiamiento Productivo del Bicentenario, lo que le permitió inaugurar la primera planta de elaboración de vacunas antigripales, estacionales y pandémicas, vacunas antineumocócicas y productos biotecnológicos del país.
La planta demandó una inversión de 250 millones de pesos (de los cuales 76,9 millones corresponden a un crédito del Bicentenario) y alcanzará una producción de 30 millones de dosis anuales, se informó.