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Macri y su extraña política de consolidación democrática. Por Virginia González Gass

  Legisladora porteña (Partido Socialista Auténtico) 

26.08.2013 10:40 |  Noticias DiaxDia  | 

La gestión de Mauricio Macri siempre ha priorizado el gasto público para promocionar su imagen. La inversión en infraestructura y los negocios inmobiliarios son desde 2007 el eje de su gestión. Aquel salto al bache, con el que promocionó su candidatura a Jefe de Gobierno y la foto armada con una niña en un basural de Villa Lugano, condensan años de artificios y ausencia de políticas sociales. Mientras tanto, la falta de vivienda digna, de acceso a una  educación inclusiva y el abandono del sistema de salud ceden a lógicas privadas y autoritarias. 
La Ciudad de Buenos Aires se ha convertido en una feria de vanidades a instancias de un aparato publicitario que tapa detrás de las obras, todos los baches que no miden en las encuestas. 
Como los locos no votan, se planifica un Centro Cívico en los Talleres Protegidos del Hospital Borda. Como los chicos no votan, se reforman los planes de estudio bajo criterios que promueven la competencia entre escuelas. Como los pobres seguirán siendo pobres, no se promueven soluciones para resolver los problemas de fondo con trabajo regular y una planificación a largo plazo. 
Estos afanes personales ajenos al interés colectivo aceleran un deterioro que se torna irreversible. La reurbanización constante con inauguraciones al cierre de cada proceso electoral sigue siendo la prioridad de un gobierno, que desconoce aquellos planteos básicos por los que se recuperó la democracia en 1983. 
Macri ha sido incapaz de solucionar los problemas del transporte público o la higiene urbana. Sus propuestas incumplidas, como la construcción de 10km de subte por año, se suman a una larga lista de inconsistencias que han quedado tapadas por una sobreactuada confrontación con el gobierno nacional y un aparato de propaganda que consume recursos de la Ciudad y que deberían estar destinados a resolver demandas urgentes. 
El fraude laboral en la contratación de celadoras para micros escolares -que llevan niños de bajos recursos a jardines de infantes y escuelas de otros barrios por falta de vacantes cerca de sus casas-, la irregularidad de los contratos profesionales en áreas clave como la salud o el incumplimiento de la ley de profesores por cargo (que terminaría con los maestros taxi), son sólo algunos ejemplos. 
El resultado de estas políticas irresponsables también ha llevado a que la Policía Metropolitana se transformara en un grupo de choque frente a formas de expresión legítimas y pacíficas como en la brutal represión en el Hospital Borda. 
La orden judicial del pasado 13 de agosto para reabrir el taller demolido N° 19 es un paso adelante. Lo cierto es que no se sabe aún si será en el mismo lugar de emplazamiento. De esta manera, prevalecen las nuevas formas de violencia pública acordes con un accionar de facto que no puede ni debe volver. 
¿Lo del Borda fue un hecho aislado? 
Los antecedentes de la ex UCEP (Unidad de Control del Espacio Público) demuestran una concepción de la política en la que para el macrismo todo vale, incluso golpear hombres y mujeres sin techo. 
El 6 de mayo pasado, el Jefe de Gobierno Mauricio Macri, el ministro de Desarrollo urbano Daniel Chain y el Procurador General de la Ciudad Julio Conte Grand, fueron apercibidos con una multa de 20 mil pesos cada uno por los hechos sucedidos en el  Borda. Hasta ahora nadie asumió la responsabilidad política. 
El actual director del SBASE (Subterráneos de Buenos Aires) y ex titular de la cartera de Ambiente y Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, junto al propio Macri, siguen siendo investigados por “coacción agravada y abuso de autoridad” en el proceder de la ex UCEP. 
Mientras tanto sigue su curso la investigación por las escuchas ilegales al dirigente de la comunidad judía Sergio Burstein, iniciada en 2009, en la que el Jefe de Gobierno continúa procesado. 
Esta forma de violencia política es también un bache que profundiza -y no salta- Mauricio Macri, curiosamente, a treinta años del retorno a la democracia. 
 
 
 
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