El INTI recibe las muestras de frutas y hortalizas frescas que toma Senasa a pedido del mercado concentrador que las comercializa en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén y en el laboratorio de Cipolletti se monitorean los indicadores microbiológicos de los vegetales para garantizar su inocuidad.
A solicitud del mercado concentrador del Neuquén y bajo estrictos controles, comenzó a funcionar el Programa de Control Microbiológico en frutas y hortalizas frescas. Se trata de un trabajo articulado con el Senasa, organismo responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, pesquera y forestal; y el Centro INTI Neuquén, a través de sus laboratorios de Cipolletti.
En el marco del Programa, el Mercado Concentrador solicita a los laboratorios de INTI los análisis de indicadores microbiológicos de hortalizas de hoja, para que luego se realice el muestreo, a cargo del Senasa, remitiendo las muestras al INTI, las cuales son analizadas por el laboratorio de microbiología.
Durante el muestreo, el Senasa, al tener el poder de policía, está habilitado para -en caso de ser necesario-, intimar al puestero a que le proporcione los datos de procedencia de la mercadería.
Los resultados obtenidos son confidenciales; sin embargo, el mercado concentrador autoriza al INTI a compartir con el Senasa los resultados de los estudios.
Las determinaciones recomendadas por este último, y basadas en los criterios establecidos en el Código Alimentario Argentino, son el recuento de microorganismos Escherichia coli genérica y la determinación de la presencia o ausencia de Salmonella spp.
Si uno de estos parámetros, o ambos, resultaran fuera de los límites permitidos, el Senasa interviene al productor.
En ese caso, se toma un muestreo más amplio ajustado siempre a los criterios del Código Alimentario Argentino, donde se incluye, además, la búsqueda de Escherichia coli O157:H7, causante del Síndrome Urémico Hemolítico.
“Esta última búsqueda ha tenido, habitualmente, más implicancia en el área de carnes, pero ahora se incorporaron a los vegetales dada la tendencia a los alimentos saludables y prácticas vegetarianas”, explicó Laura Vaca, del Laboratorio de INTI-Cipolletti, quien agregó: “muchos de los productores procesan mínimamente las frutas y hortalizas, y la E. coli O157:H7, que está muchas veces presente en el intestino de animales de sangre caliente, si hubiera situaciones higiénico sanitarias que no se estuvieran cumpliendo, como la falta de un buen lavado, podría llegar a las frutas y hortalizas, contaminándolas y, de esta manera, llegar al consumidor”.
Entre 2010 y julio de este año, el INTI se había hecho cargo del muestreo y los ensayos solicitados por el Mercado Concentrador del Neuquén. Estos ensayos consistían en detectar E. coli y coliformes fecales, indicadores de contaminación fecal. Una de las observaciones de ese período fue que la presencia de E. coli aumentaba en la época de primavera y verano. “Gracias a que empezamos con este trabajo hace tres años, se sentaron las bases para reforzar y mejorar los procedimientos”, afirmó Laura Vaca. “Es así que emprendimos el trabajo articuladamente con SENASA y con Mercado Concentrador, y se logró implementar un programa que adquiere importancia desde lo regional”, concluyó.
“De los datos obtenidos desde 2010 en este tema, surge la primera publicación en el Congreso Internacional de Microbiología de Alimentos, MICROAL 2012, y nuevamente en TecnoINTI de Neuquén”, sostuvo la técnica del INTI.