Ciudad de Buenos Aires, 18 de noviembre de 2013
Señora Presidenta de la República
Doctora Cristina Fernández de Kirchner
De mi mayor respeto:
Tengo el agrado de dirigirme a la señora Presidenta en carácter de vicepresidente nacional del partido UNIR, titular de la Junta Directiva de la Provincia de Buenos Aires de dicha institución política y presidente del bloque de diputados nacionales de Compromiso Federal. Lo hago interpretando los anhelos que me transmite innúmeros ciudadanos del común y también sectores y organizaciones sociales.
El fin precipuo de esta nota es solicitarle, precisamente en el feliz momento en que, repuesta en su salud, retorna al ejercicio del Poder Ejecutivo Nacional, que formule una gran llamado al diálogo con los partidos políticos enderezado hacia la búsqueda y encuentro de las grandes coincidencia en orden a las estrategias fundamentales que permitan solucionar los problemas colectivos.
¿Por qué primero los partidos políticos? Porque la política ha sido la responsable de muchos – quizás, todos –los graves obstáculos que traban nuestra marcha y porque es ella – la política – la única capaz de removerlos y abrir el camino común. En esa línea, el robustecimiento del sistema político y naturalmente de los partidos políticos cobra un alto relieve y la máxima importancia.
El reciente mandato que dio el voto popular ha sido más diálogo y más unión. En ese contexto es como se podrán acordar las ansiadas Políticas de Estado, esas estrategias compartidas por todos, más allá de los matices que unos y otros planteen. Son las metas comunes que nos tienen a todos del mismo lado, que no varían con los cambios de gobierno y que se piensan y ejecutan a largo plazo, ultrapasando finalidades inmediatas y obviamente sin tener en cuenta las próximas elecciones, sino el futuro común.
Me permito puntualizar algunas propuestas, quizás ejes del gran diálogo nacional que usted podría convocar:
1.- Más República: La Argentina necesita que sus tres poderes estén efectivamente divididos, aunque armónicos; que haya menos secretismo y más control de los actos oficiales; que se garantice la alternancia en el ejercicio del gobierno; que las instituciones se consoliden y trasciendan a los que las dirigen; que sea neta y contundente la distinción entre Estado y Gobierno de turno; El Estado debe profesionalizarse con una meta clara: que todos los que en él ingresen estén capacitados y alcancen el cargo por concurso;
2.- Más y mejor Democracia: La democracia debe ser un modo armónico y consensuado de vida y de resolución de los conflictos; por ende debe superar el mero formalismo para arraigar como filosofía y cultura de vida; la democracia debe imperar a fondo y con ello se erradicarán la violencia social, las amenazas a la convivencia pacífica y esa ascendente mala práctica de disentir en todo, por todo y en todo instante, impidiendo articular energías y esfuerzo en aras del común;
3.-La seguridad es un derecho humano esencial: Deben desplegarse los derechos humanos para que abarquen la seguridad de la vida y bienes de todos; es menester una gran Política de Estado en esta vital materia, coaligando jurisdicciones y actores, incluyendo, naturalmente, el destierro de la maldita corrupción que transforma a policías en ladrones, a jueces en cómplices y a políticos en partícipes necesarios;
4.- La calidad educativa: No podemos ni debemos conformarnos con el más del 6% del PBI para la Educación; el problema gravísimo de nuestra decadente educación está mucho más allá de ser un asunto presupuestario; es ineludible acordar una estrategia para recuperar la educación argentina, tanto pública como privada; hay que llenar de valores, motivación y modernidad el aula e integrar a la familia en el ámbito educativo;
5.- La cultura del trabajo: Volver a la dignidad del trabajo es una columna vertebral del resurgimiento argentino; todos los planes asistenciales deben tener ineludiblemente un norte: rehabilitar para el trabajo;
6.- La dignidad humana básica: La política debe asegurar dignidad básica a todos: ninguno con hambre ni excluido; todos con agua corriente, cloacas, atención preventiva de su salud y acceso a la educación;
7.- Volver al federalismo: La nueva ley de coparticipación federal de impuestos – incumplido mandato de la Constitución reformada en 1994 – es un única e inmejorable oportunidad para retornar al federalismo, no sólo fiscal; un país de la dimensión de la Argentina no puede ser achicado por una visión gubernativa centralista; la automaticidad distributiva de los impuesto y la introducción de plus por buena gestión mejorarán la independencia política de gobernadores e intendentes y los resultados de su gestión; El país requiere una política global descentralizadora que abarca lo demográfico;
8.-Corrupción: el cáncer de la corrupción tiene su matriz en la impunidad; por ende, un gran primer paso y un fortísimo mensaje será equiparar los delitos de lesa humanidad con los de corrupción, es decir su imprescriptibilidad; los autores de los fraudes contra el patrimonio común sabrán que la persecución punitiva del Estado será a perpetuidad;
9.- La libertad de expresión: Es un derecho y una garantía básica; hay que asegurarla, comenzando por una ley – que debe cumplirse, como todas, a rajatabla – que asigne equitativamente – en función de la importancia de cada medio en relación con sus lectores, oyentes o televidentes – la publicidad oficial, que deberá limitarse en cuanto a sus montos;
10.- Pacto hacia la prosperidad: la Argentina necesita destrabarse y lanzarse hacia la prosperidad acorde con sus inmensos recursos humanos y materiales; No es cierto que las inversiones sean inversamente proporcionales a las regulaciones estatales; no hay inversiones en un país sin controles donde rige la arbitrariedad; pero tampoco las hay en uno donde todo sean trabas y la mayoría de ellas motivo para la corrupción; necesitamos pactar y consensuar la apuesta a la prosperidad que incluye abrirnos a las inversiones de riesgo movilizadoras del trabajo y generadoras de la producción; que los bienes que produzcamos tengan cada vez más valor agregado tecnológico y de creatividad; que sean transables, además de satisfacer al mercado interno; que cada día nuestra organización económica sea más productiva; la eficiencia no es un término de derecha ni de izquierda ni de centro: es simplemente indispensable; Hay que introducir muchas reformas y poner fin a esa suerte de proclamadores de una posición popular, pero que se aferran conservadoramente a todo lo que cruje por desvencijado; Se requiere una estrategia para promover las PYMES, sobre todo en el interior y en ese contexto planes de primer empleo y trabajo joven; los “ni-ni” – ni estudian ni trabajan – constituyen un baldón para la sociedad y deben ser auxiliados mediante oportunidades de estudio y trabajo;
11.- Combate al narcotráfico: La droga dejó de ser un problema de la frontera, casi ajeno; se nos ha metido adentro, amenazando a todos y todo, desde la salud hasta la política y las instituciones; Es indispensable acordar su combate, poniendo la inteligencia criminal, el control fronterizo, la erradicación de las bandas y la recuperación de los adictos en un solo haz; esta cuestión es gravísima y exige acción y eficacia inmediatas;
12.- Del crecimiento al desarrollo: Es hora de pasar de uno al otro; es sustancialmente distinto engordar que fortalecerse; Hay que diseñar un Plan Nacional de Desarrollo Socio-Económico que abarque desde un plan de Viviendas hasta la potenciación tecnológica pasando por el aprovechamiento del inmenso Mar Argentino;
13.- Estrategia antártica: Hay que poner todos nuestros empeños para asegurar la presencia en la Antártida en la que estamos desde 1904; Es parte del futuro que soñamos para nuestro
14.- Acuerdo por el transporte público y la modernización de la infraestructura: la Argentina clama por modernizar su transporte, logística, infraestructura. Desde FFCC hasta puertos, cada vez estamos más rezagados. Este punto crucial para nuestro desarrollo exige un acuerdo propio de una política estratégica; jamás seremos desarrollados si no resolvemos esto;
15.- Cultura e identidad: Debemos acordar cómo afirmar lo nuestro sin vanidades ni aislacionismo; identidad propia como el único pasaporte legítimo para andar por el mundo – comerciando, estudiando o paseando – siendo bien argentinos, identificados, alegres de nuestra pertenencia y valorados como tales por los otros;
16.- Política Exterior: Mercosur, UNASUR, cambios en las Naciones Unidas, presencia en el África y el Pacífico, recuperar prestigio – una de las fuentes del poder nacional -, ampliar los horizontes de nuestro comercio, destrabarlo tanto para importar como para exportar y mucho más para reinstalar a la Argentina gravitantemente en la Región y en el orbe;
17.- Inflación: Como el cáncer inflacionario es recurrente en los últimos 60 años, es necesaria una estrategia de Estado para erradicarla no sólo en esta coyuntura, sino como una especie de patología nacional; la confianza es la articuladora más importante en una política antiinflacionaria y por ende se vincula con una política con mejores paradigmas;
18.- Más debate y menos discusión: La Argentina pide debatir, examinar, estudiar mucho más; pero también improvisar menos y discutir sólo lo ineludible; debemos marginar esa tendencia a discutir y disentir y a creer que el acuerdo encierra alguna turbiedad;
19.- El valor de la ejemplaridad: para recuperar a nuestro país existe una fórmula que más temprano que tarde producirá benéficos resultados: la ejemplaridad de los de arriba, quienes están situados en las cumbres políticas, sociales, económicas, culturales. Es tan intangible como incalculable el efecto fructífero de la ejemplaridad. Así como la corrupción es contagiosa, el buen ejemplo también.
Saludo a la señora Presidenta con mi mayor respeto.
Alberto Asseff-Presidente UNIR Buenos Aires-Vicepresidente UNIR Nacional-Presidente Bloque Compromiso Federal