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Fundación Creciendo Unidos: Una obra solidaria que empezó hace más de 30 años en el Oeste del GBA

 "La Hora Feliz del Niño” es el nombre del comedor que funciona en la localidad de Caseros, partido de 3 de Febrero, y forma parte una red que trabaja arduamente para desarrollar acciones concretas de inclusión para niños y jóvenes.

27.02.2014 10:15 |  De Comedores, Merenderos y Talleres protegidos Asociación Argentina  | 

El responsable y precursor de la Fundación Creciendo Unidos, fue el Pastor Julio Báez, quien en los años ’70,  empezó a trabajar por los vecinos de la zona de Villa Sarmiento de Morón, cuando se dio cuenta de que en ese barrio que él esquivaba todos los días, había muchas necesidades.

Con muchos años de esfuerzo y trabajo, la Fundación hoy tiene tres comedores en diferentes barrios del Gran Buenos Aires, en Caseros, Morón, y Virrey del Pino. Su misión es aportar al crecimiento del niño a fin de que sean sanos, felices, educados y formados en cuerpo, mente y espíritu.

En el comedor “La Hora Feliz del Niño” trabajan Pablo, Débora, y David Báez, hijos de Julio, y Sandra, quien ya de pequeña conocía a la familia. Se realizan distintas actividades de lunes a viernes, y los fines de semana asisten 120 chicos, donde los sábados se hace la copa de leche y el almuerzo, y los domingos, además de compartir los valores bíblicos, se ofrece el desayuno, almuerzo, y la merienda.

Los domingos además tenemos un segundo grupo, con chicos que tienen serios problemas sociales, y cuando hay un problema grave, hablamos con ellos para que estén contenidos y guiarlos por el buen camino”, indica David.

El comedor y la Iglesia del Ministerio Dios es Fiel, están ubicados frente a la conocida Villa Carlos Gardel, por lo que existen muchos prejuicios sobre la población que allí asiste, y según los Báez, “A pesar de ser un barrio que muchos consideran peligroso, a nosotros jamás nos han faltado el respeto”.

Con la Fundación, colabora la gente de la Iglesia y también los vecinos, algunos con mano de obra y tiempo, y otros económicamente. “Los papás de los chicos nos han ayudado mucho, creo que respetan mucho la memoria de mi papá” agrega David, quien es un referente importante de esta comunidad.

 

El comienzo

 

 

 

                Toda buena historia tiene un principio y un fin.  Les contamos el comienzo y el presente… porque esta historia tiene un final abierto.

El Pastor Báez llegó al barrio con la copa de leche y la enseñanza religiosa dentro de la villa, en uno de los monoblocks. Al tiempo conoció a Viviana, quien sería su esposa y quien lo acompañaría codo a codo en su tarea social, y lo mismo harían sus hijos años más tarde.

Con los ahorros de toda la vida compraron un galpón viejo lleno de chatarra donde había funcionado una línea de colectivos, y con la colaboración de los miembros de la Iglesia y los vecinos, hicieron el piso y levantaron las paredes de lo que es hoy el comedor.

Como su lema era “Iremos donde nadie quiere ir”, no se conformó con las Iglesias Bíblicas y comedores de Bs. As., sino que además fundó instituciones en Córdoba, Rio Negro, Chubut, Misiones, y en otras provincias más. 

Muchos de los que hoy colaboran con la Fundación fueron alumnos suyos, como el caso de Sandra, una de las encargadas del comedor: “Julio fue como un papá, él me iba a buscar a mi casa, me lavaba la cara, me trataba como a una hija más. Hoy, aquí estoy”, dice.

Hace 5 años el Pastor falleció a los 56 años a causa de un ACV, pero su legado sigue vigente: su familia continúa con su obra y muchas personas en todo el país lo recuerdan con amor y respeto, porque él siempre demostró que con esfuerzo, se puede salir adelante.

 

 

 

Necesidades:

Materiales de construcción para poder terminar el piso

Aberturas

 

La Hora Feliz del Niño

Teléfono: 4697- 0560

Encargados: Sandra, Julio, Pablo y Débora

Facebook: Fundación Creciendo Unidos

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