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Omar Ramos

Por Omar Ramos

 Escritor / Periodista

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Solo queda saltar - Nueva novela de María Rosa Lojo

 
Solo queda saltar - Nueva novela de María Rosa Lojo

04.12.2018 08:15 |  Ramos Omar | 

       Años atrás comenté para el suplemento Radar Libros, de Página 12, “Árbol de familia”, de María Rosa Lojo, donde la escritora cultiva una curiosa forma de la novela familiar: relato autobiográfico que no deja de lado la más pura ficción y reconstruye los caminos del exilio español  de forma íntima y con mirada colectiva.  

   En esta oportunidad, la autora ha publicado “Solo queda saltar”, editorial Santillana, otra novela de inmigración gallega que arriba a la Argentina, donde las hermanas Celia e Isolina, huérfanas, de dieciocho y diez años, viajan a Buenos Aires. Allí reside el tío Juan, a quien no conocen, emigrado años atrás, las alberga y enseguida Celia comienza a trabajar en el almacén de ramos generales del tío. 
 
   La novela está estructurada en dos partes: La primera, cuaderno de Celia, 1948, y la segunda, cuaderno de Isolina, 2018. Tanto el cuaderno de notas o diarios de Celia, como el texto de Isolina, están escritos en primera persona por las protagonistas, con un elaborado trabajo del lenguaje, por momentos descriptivo, de escritura ágil y profunda, donde el suspenso está presente en la primera página en una circunstancia traumática para Celia que se irá develando a través de la trama, “Detrás de mí, todavía lejanos, se oyen los gritos de los hombres que me cazan…”    
 
   La historia central de las protagonistas, que se inicia con el recuerdo de su padre preso por el franquismo, la nostalgia por Finisterre, el Fin de la Tierra, y la vida que van forjando en la Argentina, se va encadenando con la de otros personajes como el tío Juan, que también vivió en la Patagonia, donde se produjeron huelgas obreras durante el primer gobierno de Yrigoyen. El tío Juan habla y da su opinión: “Y la sangre de los hombres, fusilados de diez en diez, de cien en cien, siguió a la de las ovejas”.    
 
      El retrato de los carnavales, preciso y detallado, se abre a la indagación sobre la identidad de los inmigrantes, mantenerla y a la vez  acceder a la  nueva patria, donde nacieron sus hijos. 
      Celia e Isolina aprenden y cantan el himno nacional argentino, “habíamos estudiado  la letra y la música para no parecer y quizás para no ser extranjeras”, ven mapas del país que incluyen las Malvinas, y retratos de Perón y Evita, que llevó el trigo a España.  Pero el amor a su patria de origen pervivirá en ellas, como así también el objetivo de lograr lo que no pudieron sus padres y sus abuelos. Tratarán de satisfacer las metas de “los que quisieron tanto  y no pudieron casi nada”.  
 
       Las dificultades y las discriminaciones en la nueva tierra, que por momentos padecen los protagonistas de esta historia de inmigrantes, integrada por mujeres esforzadas y diestras, no sólo son para los extranjeros sino también para los argentinos pobres.     
  
      La nostalgia, “la morriña”, también adquiere las formas de cartas que escribe, con demora, Celia a los que se quedaron del otro lado del mar, “la mar está  lejos, muy lejos de la pampa verde”.          
 
   La trama se permite, a través de los personajes, reflexiones existenciales, teológicas y políticas, que adquieren rigurosa actualidad. “No soy creyente. Y supongo, que Dios, si existe, tampoco.  “Hay quienes no se dirigen la palabra, después de haber sido íntimos, porque los divide la política”. 
 
    La última dictadura argentina, se revela, con su accionar de muerte y desaparición de personas, en el cuaderno  de  Isolina, cuando encuentra unas páginas sueltas escritas por su hermana.       
 
        “Solo queda saltar” es un nuevo y siempre valioso aporte literario de María Rosa Lojo, que da cuenta de cómo la inmigración gallega, conformó con otras colectividades extranjeras y también originarias, nuestra identidad nacional. 
 
  
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