¿POR QUÉ UN CONGRESO DE LENGUAJE INCLUSIVO?
Pensar en el lenguaje inclusivo es retomar las voces de los colectivos de mujeres, travestis, mujeres y
varones trans que a lo largo de nuestra historia no fueron reconocides. De aquellas voces que durante
mucho tiempo, y actualmente, ponen en tensión un sistema binario, patriarcal y excluyente de las
personas que no se sujetan a la norma establecida.
Este sistema normativo binario está determinado por estructuras que ordenan las relaciones de poder.
Una de estas estructuras está sostenida a través de los estereotipos de géneros en todos los ámbitos.
Desde hace algunas décadas el movimiento de mujeres y el movimiento travesti y trans empezó a
intervenir el lenguaje para ser visibilizade en las redacciones cotidianas. La resignificación del símbolo
cibernético Arroba (@) para designar la presencia de la femineidad, para romper con el genérico
masculino implicó un fuerte cuestionamiento sobre las omisiones de las mujeres en la escritura.
Sin embargo, aún con la utilización del @, seguían ausentes las identidades no binarias. Es así que el
movimiento trans y travesti también hizo su aporte, o su reclamo, al uso del lenguaje con la
incorporación del símbolo matemático “X” para no designar a ninguno de los dos géneros sino, por el
contrario, hacer lugar a quienes no se sienten definides en el marco de un sistema binario. Es así que el
uso de la “X” fue utilizado en la escritura de quienes manifestaron una voluntad de incluir a todas las
personas más allá de su género o identidad autopercibida.
La dificultad de llevar a la oralidad el texto escrito con el símbolo matemático fue lo que promovió la utilización de la letra “E” como la estrategia para incluir a este colectivo, y a su vez a todas las personas.
Hablar a través de la “E” permitió fortalecer la intervención del colectivo trans y travesti. Hoy en día,
podemos escuchar a niñes que de manera fluida se refieren a las personas de manera inclusiva, y es en esas instancias en donde se manifiestan los cambios culturales que vamos construyendo para evitar la discriminación.
Este Congreso tiene por objeto abordar el ámbito del lenguaje como uno de los escenarios en donde se
disputan esas relaciones de poder.
Es retomar la lucha de los movimientos de mujeres que empezaron a cuestionar una sociedad centrada
en la figura masculina; los movimientos de la diversidad sexual que cuestionaban un sistema normado
por la heterosexualidad; los movimientos de las travestis que luchaban y siguen luchando por ser
reconocidas en una sociedad que les invisibiliza, criminaliza y patologiza, generando su exclusión y
discriminación por su identidad autopercibida.
Hoy, son las nuevas generaciones, de nuestra Patria grande latinoamericana y en nuestro país
específicamente, quienes retoman esas luchas apropiándose de ellas. Desde hace algunos años, a partir del reclamo instalado con la consigna #NiUnaMenos, esta organización cobró una masividad que fue potenciada principalmente por adolescentes mujeres, mujeres trans, travestis, varones trans y también varones, que lograron instalar en las escuelas y en las calles los reclamos en contra de los femicidios, por la Educación Sexual Integral, en contra de las muertes por abortos clandestinos, en contra del homolesbo-trans odio, y en contra de la discriminación en general.
Marcar la agenda pública no hubiera sido posible sin una construcción y organización social tan fuerte
como la que se logró en nuestro país a lo largo de nuestra historia. Pero es loable destacar que la fuerza de estas y estos nuevos protagonistas logró construir un punto de encuentro entre jóvenes, niñes y adultes. Y ese punto de encuentro generó un terreno fértil para animarnos a discutir y redefinir las
relaciones políticas sobre nuestros cuerpos, las relaciones de poder entre los géneros, y que ese poder
también se manifiesta a través de la palabra, de lo nombrado y de lo silenciado.
Estos nuevos métodos de discusión, que se sienten fuertes en las calles también ingresan a las aulas, con las asambleas de los centros de estudiantes que exigen recibir educación sexual integral; en los hogares, en donde jóvenes y adultes ponen en tensión los paradigmas preestablecidos; en los partidos políticos; en los parlamentos; en las redes sociales, en donde a la velocidad de la fibra óptica referentes de todas las edades, oficios, saberes y países pueden fortalecer los argumentos a favor y en contra del control de los cuerpos.
La frase tan utilizada en los carteles y pancartas “somos las voces de las que ya no tienen voz” permitió
realzar las voces de las víctimas de femicidios, de las muertas por abortos clandestinos, de las travestis
que vivieron y murieron sin ser reconocidas como personas con derechos, de las víctimas de trata que
aún están desaparecidas, como de tantas víctimas o potenciales víctimas de un sistema que excluye
pero que, entendemos, estamos a tiempo de modificar.
Entendemos que esta organización y lucha está en plena ebullición, y que esta perspectiva de género
interviene todos los días nuestro lenguaje para fortalecer los debates y para animarnos a pensarnos a
nosotres mismes"- expresan en la convocatoria.