La norma que reconoce a la infertilidad humana como una enfermedad y que establece la gratuidad en los tratamientos de fertilización asistida por parte del sector público y privado tuvo como eslabón original a la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires y, recientemente, se extendió a todo el país.
Sin embargo, algunas particularidades que se fueron presentando con la puesta en funcionamiento de la legislación exigen una permanente actualización. Es por eso que el diputado Juan Carlos Juárez, del Frente Amplio Progresista, picó en punta en la elaboración de proyecto para ampliar y fortalecer la ley. En este caso, con una propuesta que eleva la edad máxima de una mujer para acceder a los tratamientos de 40 a 45 años.
“Si bien ciertos parámetros indican que la fertilización asistida tiene mayor eficacia en mujeres menores a 35 años, no menos cierto es que una mujer no tiene edad para sentirse madre y anhelar cumplir dicho objetivo”, afirmó el legislador. “La fertilidad asistida no debe entenderse como un simple proceso de asistencia con influencias económicas, sino como el camino en el que esa mujer, aun con más de cuarenta años, no lee índices ni parámetros, sino solamente desea encontrar esa máxima expresión del amor que es un hijo”, agregó.
La inclusión de este grupo de mujeres en la norma no es otra cosa que una manera de proteger a las minorías. Incluso desde el punto de vista económico, dado que la influencia será de muy bajo impacto en lo estrictamente operativo.