| MINISTERIO DE EDUCACION
Día de las Escuelas de frontera: sin límites para enseñar y aprender
Tres experiencias de directoras de establecimientos educativos. Jardín de Infantes rural Nº 908 de Bahía San Blas, límite con Río Negro; Secundaria de Islas Nº 7 de Baradero, límite con Entre Ríos y Escuela Agropecuaria Nº 1 de Pellegrini, límite con La Pampa.
15.03.2016 08:48 |
Noticias DiaxDia |
Para que todo niño, niña y adolescente pueda asistir a clase por más alejado que sea el lugar en el que habita, es que se estableció un Día de las Escuelas de Frontera, que se celebra hoy, 14 de marzo. Es en conmemoración a la promulgación de la Ley 19524, sancionada en el año 1972. Tuvo por objetivo atender la situación de estos establecimientos que han constituido, en muchos casos, el único recurso para poder estudiar al que tienen acceso quienes habitan en zonas, muchas veces, inhóspitas. Docentes de esos establecimientos educativos rescatan el valor del esfuerzo como motor de enseñanza.
“El paraíso”
“Algo así como el paraíso”, describe a su institución Marisa Álvarez, directora del Jardín de Infantes Nº 908 “Basilio Villarino” ubicado en Bahía San Blas, en la Isla del Jabalí, partido de Patagones, último distrito de la provincia de Buenos Aires, en el límite con Río Negro, donde el curso de agua se transforma en una frontera fluvial.
Hasta allí llega Marisa diariamente, tras recorrer 40 kilómetros de ruta y 60 de ripio, y regresa desandando el mismo camino y la misma cantidad de tiempo: una hora y media para ir, otra hora y media para regresar.
“La naturaleza y las estaciones del año definen nuestro viaje”, cuenta Marisa, para quien cada día es una pintura, un amanecer distinto y un atardecer diferente. “Pese al camino, el 99 por ciento del viaje es satisfacción, porque hay vocación y la responsabilidad de saber que te están esperando y uno tiene que llegar”, cuenta.
El establecimiento se encuentra en la localidad de Bahía San Blas, a unos 100 kilómetros de Carmen de Patagones, ciudad cabecera del distrito, dentro de una reserva natural denominada Isla del Jabalí. Hasta allí se avanza sobre una ría divisoria de las dos provincias, imposible de transitar cuando la marea sube, debiéndose ingresar en forma obligada por un puente de una sola mano.
La localidad tiene 1200 habitantes estables y una comunidad educativa nucleada en la escuela secundaria Nº 5, la primaria Nº 7 “Islas Malvinas” y el jardín de infantes Nº 908. Muchos de los alumnos son de la bahía, pero también están quienes habitan en los alrededores o en algunos campos. “Nuestra comunidad es migratoria, con gente que viene en busca de trabajo, sea del interior de nuestra provincia o de otras”, explica Marisa.
“Más allá de la soledad del camino, siento un gran acompañamiento de mis colegas, de mis inspectores, del consejo escolar, de la Provincia, de la Nación. Por ejemplo, en este momento estamos en plena obra de ampliación del Jardín y eso nos hace sentir acompañados y felices”, agrega.
“La escuela es todo”
Por su parte, Moira Fiori dice que para los chicos de la comunidad isleña “la escuela es todo. Es el centro educativo pero también el centro social”. La frase define a la comunidad que rodea a la escuela secundaria Nº 7 del Paraje Los Laureles, sobre el río Paraná Guazú, en Baradero. Limítrofe con Entre Ríos, esta escuela suele recibir matrícula de esa provincia.
La frase también define al conjunto de la oferta educativa existente en la zona. Además de la ES Nº7, en el paraje Los Laureles funciona la escuela primaria Nº 27 y el JIRIM Nº 10. En tanto, en el paraje Vuelta de los Patos funciona el anexo de la escuela Nº 7, la escuela primaria Nº 25 y el Jardín de Infantes Nº 9.
La actividad de cada día comienza muy temprano. Ya a las 7 de la mañana emprende un viaje de tres horas desde el puerto de Baradero para regresar recién a las 5 de la tarde. Similares horarios implican la idea y el regreso hasta y desde el Paraje de Los Patos, donde también hay escuelas.
En el viaje van levantando a los alumnos de todos los niveles, primario, inicial, secundario, que integran el conglomerado educativo. Moira señala su importancia al reiterar que “para estos chicos la escuela es todo. Basan su vida en la escuela que les brinda todas las atenciones. Toda la comunicación que tienen hacia el continente y hacia el exterior de su contexto es la escuela”.
La comunidad isleña de estos parajes es de pocos recursos económicos, viven sobre el río en construcciones precarias. Moira lleva 5 años ya como directora de la escuela y reconoce estar “feliz” por la tarea y señala que adora ir a su escuela. “Me ayudó mucho en lo personal a valorar lo que tengo ante las carencias de otros”, explica.
“Amo la vida rural”
Yanina Costa, directora de la Escuela de Educación Secundaria Agraria Nº 1 de Pellegrini, ubicada en la ruta nacional Nº 5, kilómetro 502, a 7 kilómetros de la planta urbana, cuenta que sus primeras horas como docente, hace 13 años, eligió hacerlas en la institución que ahora dirige, porque “amo la vida rural”.
Es el único establecimiento educativo agrario de la zona, fundamental para quienes quieren obtener una salida laboral vinculada al agro, y a él asisten 100 alumnos, no sólo bonaerenses, sino también de la limítrofe provincia de La Pampa, procedentes de las localidades Catriló, Quemú, Lonquimal y Anguí.
Se trata de una escuela de residencia donde los alumnos ingresan el domingo a las 9, pasan la semana en ella y se retiran los viernes a las 12. Por eso, los estudiantes elaboran productos caseros para abastecer el comedor donde desayunan, almuerzan, meriendan y cenan. Verduras y hortalizas son cultivadas por ellos; al igual que preparan dulce de leche y yogurth en el tambo.
“Ellos valoran la escuela, es su casa, porque de domingo a viernes están con los profesores residentes, son los que les ayudan con las tareas, organizan la higiene. Entonces su familia también empiezan a ser los docentes y los auxiliares”, asegura Yanina.